Las semillas de las plantas son un recurso invaluable.

Algunas veces tenemos la suerte de aparecer en el momento indicado, esto nos pasó al estar en la comarca, tuvimos el placer de ver las semillas de nuestro amado árbol de guachipilin.

Esta es una especie que yo adoro por su forma, por su corteza y por su madera acorazonada que es tan fuerte como el acero y puede resistir las inclemencias del tiempo durante unos 40 años sin inmutarse por lo que se vuelve un grandioso recurso.

Aquí tenemos una pequeña rama con la cual procedemos a apreciar las pequeñas vainas que albergan las tan apreciadas semillas con lo que tratadas adecuadamente son el recurso que nos permite que la especie continúe su ciclo de reproducción y distribución.

Es una rareza verlas de esta forma parecen capullos de mariposas de seda y tienen las pequeñas vainas un pequeño diámetro de unos tres centímetros de largo por medio de circunferencia de forma semiovalada.

Este árbol es el que en sus raíces y tallos se albergan unos hongos comestibles llamados tenquiques o (pseudofistulina radicata) el cual es una maravilla para la cocina.

De ahí la importancia de esta planta, aparte de su usabilidad como recurso renovable y productor de estos magníficos hongos.

Estos son unos árboles jóvenes muy jóvenes bastante, que tienen una vida de unos 30 años de crecimiento hasta que se sientan fuertes y frondosos, fueron traídos desde largas distancias a la espera de repoblar este lugar con ellos.

Gracias por la visita recuerden material propio fotos incluidas.