That day I left school very late, it was 9:00 PM sharp. When I arrived at the bus stop, it was pouring rain and thunder was rumbling in the city of Caracas. There was no one on the streets and a chilly wind was blowing through the light shirt I was wearing, which gave me little protection from the cold. I hugged myself as I continued to wait.

I was worried that the bus would not arrive, as it had already happened to me once before, when it never showed up and I had to walk down to the subway (which was nowhere near). But, to my great relief I heard the characteristic sound of the engine and there was my salvation arriving where I was.

Screeching and screeching it stopped in front of me and opened its door. I climbed in and noticed that it was almost empty except for a few passengers who appeared to be asleep. The driver gave me a cold look before closing the doors and starting. I was shocked at that look, “maybe he had a bad day,” I thought.

I sat almost at the end, wishing we could get to the subway quickly. However, something didn't feel right. The air inside the bus was heavy and cold, and an uneasy feeling began to take hold of me. I looked around and noticed that the other passengers were not moving at all. They looked like statues, motionless and pale.

It occurred to me to look out the window to see where we were going, I was struck by how dark the streets looked and I was overcome with terror when I did not recognize them. Where were we? The bus continued to move forward while increasing its speed, I decided to get up and tap the shoulder of a lady who was sitting further ahead.

-Excuse me, do you know what area this is? I don't think the bus has ever been in this area before....

Just as I was about to continue talking to her, she turned around and there was no face, just a skull in its place. I turned away abruptly and ran for the door, convinced she was hallucinating. I dared to turn around and the lady, with a normal face, was looking at me like I was crazy.

-The stop please. -I said to the driver.

The man didn't answer me and turned sharply around a corner, making me fall into one of the seats. I kept accelerating faster and faster, I was terrified, I had no idea what was happening.

Suddenly, the bus came to a dead stop. The lights flickered and went out, plunging everyone into total darkness. I felt a shiver run down my back, I was still clinging to the seat I had fallen into, my hands aching from the force with which I was doing it. I heard a moan of pain from one of the passengers, I was still in shock and did not dare to move.

I felt something icy land on one of my hands and when I looked up to see what it was, it was a blackened skeleton hand... I felt death pass at that very moment and a feeling of loneliness and uneasiness invaded me... I had never felt so much sadness and hopelessness.

Panic began to take hold of me, helping me to come out of my stupor and realize that we had been in an accident. I jumped out of the seat and felt around in the dark for the door. I tried to open it, although I couldn't, I still didn't understand where we were....

-Help! HELP ME! -I shouted at the top of my lungs.

-Sabrina... Sabrina! -Someone said to me in the distance....

Everything began to darken and, a tiredness and faintness enveloped me completely... I kept hearing my name being called.

I opened my eyes. I was in the classroom with two classmates trying to wake me up and the teacher's unfriendly face. I sat up without being able to avoid a yawn and some of them laughed. It turns out that I had fallen sound asleep for a few minutes....

When I got out of class, given the terrible and vivid nightmare I had, I decided to make an exception and ask one of my classmates who had a car for a ride. I thought she would say no, but she readily agreed and even dropped me off at my front door.

The next day, I learned that at night there had been a terrible accident on the highway, in which a van and a bus collided. Four people were killed and the rest were seriously injured.

The bus involved in the accident was the same one I always took at the bus stop and that day, because of the heavy rain, it had deviated from its usual route.

Ese día salí de clases muy tarde, eran las 9:00 PM en punto. Cuando llegué a la parada de autobús, llovía a cántaros y unos truenos retumbaban en la ciudad de Caracas. No había nadie en las calles y un viento gélido traspasaba la camisa ligera que llevaba puesta, la cual me protegía muy poco del frío. Me abracé a mí misma mientras seguía esperando.

Estaba preocupada pensando en que el autobús no llegaría, pues ya me había ocurrido en una oportunidad, en la que no apareció nunca y tuve que bajar a pie hasta el metro, (el cual no quedaba nada cerca). Pero, para mi gran alivio escuché el sonido característico del motor y ahí estaba llegando mi salvación hasta donde yo estaba.

Chirriando y rechinando se detuvo ante mí y abrió su puerta. Subí y noté que estaba casi vacío, salvo por unos pocos pasajeros que parecían estar dormidos. El conductor me lanzó una mirada fría antes de cerrar las puertas y arrancar. Quedé sorprendida ante aquella mirada, “tal vez tuvo un mal día”, pensé.

Me senté casi al final, deseando que llegáramos rápido al metro. Sin embargo, algo no se sentía bien. El aire dentro del autobús era pesado y frío, y una sensación de inquietud comenzó a apoderarse de mí. Observé a mí alrededor y me di cuenta de que los otros pasajeros no se movían en absoluto. Parecían estatuas, inmóviles y pálidas.

Se me ocurrió mirar por la ventana para ver por dónde íbamos, me llamó la atención lo oscuras que se veían las calles y me invadió el terror cuando no las reconocí. ¿Dónde estábamos? El autobús seguía avanzando mientras aumentaba cada vez más la velocidad, decidí levantarme y tocar el hombro de una señora que estaba sentada más adelante.

-Disculpe, ¿sabe qué zona es ésta? Creo que el autobús nunca se había metido por aquí…

Justo cuando iba a seguir hablándole, ella volteó por completo y no tenía rostro, en su lugar solo estaba una calavera. Me alejé bruscamente y corrí hacia la puerta, convencida de que estaba alucinando. Me atreví a voltear y la señora, con un rostro normal, me observaba como si estuviera loca.

-La parada por favor. -Le dije al conductor.

El hombre no me contestó y viró bruscamente por una esquina, haciéndome caer en uno de los asientos. Seguía acelerando cada vez más, estaba aterrorizada, no tenía idea de qué estaba sucediendo.

De repente, el autobús se detuvo con un frenazo mortal. Las luces parpadearon y se apagaron, sumiendo a todos en la oscuridad total. Sentí un escalofrío recorrer mi espalda, seguía aferrada al asiento en el que había caído, las manos me dolían por la fuerza con la que lo estaba haciendo. Escuché un quejido de dolor de uno de los pasajeros, yo todavía estaba en shock y no me atreví a moverme.

Sentí algo helado posarse sobre una de mis manos y cuando alcé la vista para ver de qué se trataba, era una mano de esqueleto ennegrecida… Sentí la muerte pasar en ese mismo instante y una sensación de soledad y de desasosiego me invadió… nunca había sentido tanta tristeza y desesperanza.

El pánico comenzó a apoderarse de mí, ayudándome a salir de mi estupor y darme cuenta de que habíamos tenido un accidente. Salté del asiento y palpando a oscuras di con la puerta. Intenté abrirla, aunque no pude, aún no entendía en dónde estábamos…

-¡Auxilio! ¡AYÚDENME! -Grité a todo pulmón.

-Sabrina… Sabrina. -Me dijo alguien a lo lejos…

Todo comenzó a oscurecerse y, un cansancio y desvanecimiento me envolvió por completo… seguía escuchando que me llamaban.

Abrí los ojos. Me encontraba en el salón de clases con dos compañeras tratando de despertarme y la cara de pocos amigos del profesor. Me incorporé sin poder evitar un bostezo y algunos se rieron. Resulta que me había quedado profundamente dormida durante unos minutos…

Al salir de la clase, dada la pesadilla tan terrible y vívida que tuve, decidí hacer una excepción y pedirle el aventón a una de mis compañeras que tenía carro. Pensé que me diría que no, pero aceptó de buena gana y hasta me dejó en la puerta de mi casa.

Al día siguiente, me enteré de que por la noche hubo un terrible accidente en la autopista, en el que una camioneta y un autobús chocaron. Murieron cuatro personas y el resto resultó gravemente herido.

El autobús involucrado en el accidente era el mismo que siempre tomaba en la parada y ese día, por la fuerte lluvia que hubo, se había desviado de su ruta habitual.

My instagram account:

@artevezo

Thanks for reading! ⭐

Vote la-colmena for witness
By @ylich

---

Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0

---

_{Cover made in Canva | Image made in Leonardo AI | Translation: DeepL | @ikasumanera Divider}