Así, con toda la gracia y propiedad de la auténtica felicidad
Heme aquí, en el mismo sitió, exactamente parado donde suelo detenerme tras hacer mi vida cotidiana, entre mi cama, la computadora y el gimnasio. Este último lo dejé, que era el que me daba calma al hacer ejercicio durante horas y horas.
Decidí dejarlo a un lado, pese a que era el lugar más seguro que tenía en el planeta. El sacrificio obedecía a intentar algo diferente, como muchos de los intentos que hice y no me llevaron a nada.
A pesar que transcurro todavía entre mi habitación y la computadora, esta vez, noto algo distinto. La sombra es otra, no se ve igual que en otros tiempos, es como si bajo aquel umbral de la luz del bombillo, o la claridad del día, hubiese otra persona, pero de cierto modo, soy el mismo y también no lo soy.
Es cierto lo que dicen los proverbios, si uno visita un lugar, el que quiera que sea, llámese el supermercado, la playa, la montaña, o tu lugar favorito, casi siempre verá todo igual, pero jamás y nunca tú serás el mismo, porque puede que todo lo material haya permanecido en el mismo sitio, pero uno se ha movido y distanciado de ser quien solía ser, así sientas que sigues parado donde siempre.
Usando la mirada pesimista, siempre me veía con cierta resignación, pese a que, con algo de entusiasmo, lo disfrazaba poniéndome encima una buena cara. Luego disimulaba que, en verdad, me sentía estancado. Muy adentro sabía que aquella avanzada no era suficiente, pero le decía a todos, esto mismo que me repito hoy.
Bajo esa premisa, sé que puedo perder credibilidad. Porque es que de cierto modo tenía razón, no estaba en el lugar correcto, donde el entusiasmo y la emoción no tienen el maquillaje de obligarte a decirte que estás bien, cuando no lo estás y que aquello se lo dices a la gente, o a ti mismo, para no derrumbarte.
Normalmente trataba de apartarme de mis peores versiones y tras un ligero arqueo de pasos, notaba que seguía detenido, o no tan distanciado de aquella persona a la que le huía y que trataba de evadir porque me avergonzaba debido a que no había resultados sólidos que me permitieran sonreír así, con toda la gracia y propiedad de la autentica felicidad.
Es tan cierto eso como que, cuando tus sombras son aliadas tuyas, no hace falta ningún histrionismo, todo lo contrario, existe en ti una vitalidad demostrable en energía, en ideas, en creatividad, en ansiedad positiva, en espíritu, que te dice que finalmente eres otro, transitando por el mismo camino, sí, justo por ahí, entre tu habitación y el lugar donde está la computadora, con rutinas parecidas, pero con una sensación auténtica de bienestar y que te permite darte cuenta que eres otro, el ser que querías ser.
Algo cambia dentro de ti, la motivación es otra y la ambición quiere más, en especial para alguien tan impaciente como yo. Se siente demasiado placer en verte al espejo y ver que eres otro, debido a que se te dieran las cosas y que se te siguen dando, y que con aquella energía puedes resultar imparable.
Hace tiempo escribí algo llamado,la disciplina de las cosas que no me gustan. Recuerdo que cuando hice ese texto, prácticamente me obligué a redactarlo, no creía mucho de lo que sugería en mis líneas, pero sabía que había una parte científica aplicándose a mi realidad, por lo que aquella era de mis últimas esperanzas para recordarme que no podía rendirme.
Durante ese momento, escribía mucho, dándome aliento yo mismo y, a su vez, tratando de dárselo a los demás, para poder resistir. Al final me rendí, sí, tuve que hacerlo, ya que rendirme (como lo he hecho numerosas veces), eran las vacaciones de mis intentos infructuosos, era decir basta al positivismo prorrateado de todas mis decepciones, era mi forma para reorganizarme, para tomar fuerza y volver a creer en mí.
Que el asunto no sería, precisamente, creer en mí, sino en ver que la cosecha diera fruto, en vez de podrirse cada vez que sembraste una semilla.
Me estaba desapareciendo, me aleje de todo el mundo, me aislé, pero no echándome la culpa, o echándosela a la vida, sino trazando un nuevo camino. Con decirles que hace una semana hubo una fiesta en mi casa, tenía mucho tiempo sin compartir con algunas amistades. Tanto así que uno de ellos me dijo: "Chamo, tenía tiempo sin verte". Yo le respondí: "Yo también tenía tiempo sin verme".
No se los niego, hubo momentos muy tristes, había muchos insomnios (todavía los hay, pero estos son por buenos motivos) en los que la mente era monstruo que no me dejaba dormir con sus ruidos. Ahora la mente, un poco más saneada, hace melodías (que igual no me dejan dormir, je je), ahora resuena con ideas positivas que puedo realizar para darme cuenta que esa realidad que me tenía físicamente en el mismo lugar, es espiritualmente, o energéticamente, totalmente distinta a los mismos sitios que transcurro, entre mi cana, la computadora y el gimnasio.
Gracias a Dios, pero sobre todo a mí mismo, mucho ha comenzado a cambiar para bien.
Es decir, la distancia entre mi cama, mi computadora y el gimnasio sigue siendo exactamente la misma. Me demoro lo mismo yendo y viniendo en esos trayectos. Visto desde lo científico, a lo que abogo como periodista, es la misma cantidad de pasos, es la misma rutina, pero hay otro ser vivo dentro de mí que se da cuenta que sí está mucho más lejos de donde redacto este post.
Quizá no me creas, y no te culpo, en algún momento ni yo me lo creía. Por primera vez en muchísimo tiempo, ya sé cómo darme cuenta que hay un vórtice espiritual que puede cambiar tu realidad, así te pasees por las mismas rutinas de siempre.
Cuídense. Amén puedan darse cuenta pronto que la conciencia y la espiritualidad pueden viajar muy lejos, así tú permanezcas, o creas que estás, detenido.
PRESS HERE FOR ENGLISH VERSION
Here I am, in the same place, standing exactly where I usually stop after doing my daily life between my bed, the computer and the gym. I left the latter, which was the one that gave me calm when I exercised for hours and hours,
I decided to leave it aside, even though it was the safest place I had on the planet. The sacrifice was to try something different, like many of the attempts I made that led me to nothing.
Even though I still go between my room and the computer, this time, I notice something different. The shadow is different, it does not look the same as in other times, it is as if under that threshold of the light bulb, or the clarity of the day, there is another person, but in a certain way, I am the same and I am not the same.
It is true what the proverbs say, if you visit a place, whatever it is, be it the supermarket, the beach, the mountain, or your favorite place, you will almost always see everything the same, but you will never and never be the same, because everything material may have remained in the same place, but you have moved and distanced yourself from being who you used to be, even if you feel that you are still standing where you always have been.
Wearing the pessimistic look, I always looked at myself with a certain resignation, even though, with some enthusiasm, I would disguise it by putting on a good face. Then I would pretend that, in truth, I felt stuck. Deep inside I knew that this advance was not enough, but I told everyone the same thing I repeat to myself today.
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Under that premise, I know I may lose credibility. Because I was right in a way, I wasn't in the right place, where enthusiasm and excitement don't have the makeup of forcing you to tell yourself that you're fine, when you're not, and that's what you tell people, or yourself, so you don't fall apart.
I usually tried to move away from my worst versions and after a slight arch of steps, I noticed that I was still stopped, or not so far away from that person I was running away from and trying to avoid because I was ashamed because there were no solid results that would allow him to smile like that, with all the grace and property of authentic happiness.
It is as true as that, when your shadows are your allies, there is no need for histrionics, on the contrary, there is a demonstrable vitality in you in energy, in ideas, in creativity, in positive anxiety, in spirit, that tells you that you are finally another, walking along the same path, between your room and the place where the computer is, with similar routines, but with an authentic feeling of well-being and that allows you to realize that you are another, the being that you wanted to be.
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Something changes inside you, the motivation is different and the ambition wants more, especially for someone as impatient as me. It feels too much pleasure to look at yourself in the mirror and see that you are someone else because things were given to you and are still being given to you, and that with that energy you can be unstoppable.
Some time ago I wrote something called,
During that time, I was writing a lot, giving myself encouragement and, in turn, trying to give it to others, so that I could resist. In the end I gave up, yes, I had to, because giving up (as I have done numerous times), was my vacation from my unsuccessful attempts, it was to say enough to the positivism prorated with disappointments, it was my way to reorganize myself, to take strength and believe in myself again.
The point was not to believe in me, but to see the harvest bear fruit, instead of rotting every time you sow a seed.
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I was disappearing, I moved away from everyone, I isolated myself, but not by blaming myself or life, but by tracing a new path. To tell you that a week ago there was a party at my house, I had a long time without sharing with some friends. So much so that one of them said to me: “Chamo, I haven't seen you for a long time”. I replied: “I also had a long time without seeing me”.
I do not deny it, there were very sad moments, there were many insomnia (there still are, but these are for good reasons) in which the mind was a monster that did not let you sleep with its noises. Now the mind, a little bit more sanitized, makes melodies, which still do not let me sleep, however, now resonate with positive ideas that I can realize that this reality that had me physically in the same place, is spiritually, or energetically, totally different from the same places that I spend, between my dog, the computer and the gym.
Thanks to God, but mostly to myself, much has begun to change for the better.
I mean, the distance between my bed, my computer and the gym is still exactly the same. It takes me the same amount of time to get to and from the gym. Seen from a scientific point of view, what I advocate as a journalist, it is the same amount of time, it is the same routine, but there is another living being inside me realizing that I am much farther away from where I am writing this post.
You may not believe me, and I don't blame you, at some point even I didn't believe it. For the first time in a very long time, I know how to realize that there is a spiritual vortex that can change your reality, even if you go through the same old routines.
Take care of yourselves. May you soon realize that consciousness and spirituality can travel very far, even if you remain, or believe you are, detained.
Posted Using InLeo Alpha
Internamente uno cambia de enfoque, ya sea la manera de pensar, nuevas decisiones,otros objetivos, realidades aunque externamente siga todo igual.
y es lo mejor, cambiar de adentro hacia afuera, trabajar en lo interno para que luego se haga realidad en lo externo. Saludos, señorita. Gracias por la visita
Miguel lo importante es que estas de regreso y eso es muy bueno. El que te hayas encontrado
Un abrazo @miguelmederico