Saludos, valientes de #Hive y #SWC. Hoy les traigo las memorias visuales de mi entrenamiento del pasado viernes. El día, en su esencia, no ofreció mayores sorpresas, pero el entrenamiento se convirtió en el verdadero protagonista, un acto digno de ser contado. Llegué un poco más tarde de lo usual, tras atender algunas tareas extra. Sin perder un instante, me sumergí en el calor del entrenamiento, dedicando los primeros momentos a calentar mis manos y mente, preparando el cuerpo para lo que vendría. La agilidad fue el enfoque inicial, una habilidad que exige precisión y control. El corazón de mi práctica se centró en el 540, un movimiento dinámico que he estado perfeccionando. Cada intento fue una danza con la gravedad, buscando ese punto perfecto de equilibrio y fuerza. La sesión no terminó ahí; un poco de tensión añadió un toque de desafío adicional. Plancha, front, y algunos hefestos cerraron la jornada con un broche de fuerza y determinación. Así fue mi viernes, un día en el que cada movimiento contó una historia de esfuerzo y crecimiento. Espero que disfruten las imágenes y, si lo sienten, su apoyo siempre es bienvenido. ¡Hasta la próxima aventura, compañeros!