Cuando el exterminio de los gatos casi acaba con Europa
Es necesario destacar que para ese entonces el 90% de la población europea formaba parte del sector social dedicado al vasallaje, debían rendir tributo a un señor feudal (un amo protector), este a su vez al rey y todos al Papa dado que este es considerado el enviado de Cristo en la tierra. Como podrán notar, la sumisión era considerada una virtud y la rebeldía o independencia eran por lo general castigadas por alejarse de los patrones de conducta cristiana. Igual que con los humanos, estos lineamientos fueron trasladados al mundo animal, en donde los perros por su conducta fiel eran aceptados y los gatos por su carácter individualista se ganaron el desprecio de los adeptos a Cristo.
Para el cristianismo de la época, un gato negro era lo mismo que un demonio, un ser diabólico que debía ser desterrado de hogares, templos, castillos o ciudades, posteriormente esta creencia se trasladó hacia todos los felinos domésticos. Una tarde del año 1223 el Papa Gregorio IX emite una bula la cual denominó "Vox in rama" donde describe aquelarres de brujas conviviendo con gatos negros e invitando a la población cristiana (todos en Europa) a exterminar a los felinos. Por todo el continente se extendió la práctica de cazar gatos, ya daba igual si eran negros o de otro color simplemente había que acabar con la herejía que ellos representaban.
Un siglo después de esta bula, sucedió un hecho escalofriante en el puerto de Génova, en Italia. Dos barcos llegaron desde Persia aparentemente vacío, cuando lo amarraron al puerto se pudieron percatar que toda la tripulación estaba compuesta de cadáveres, ningún sobreviviente. La peste negra llegaba a Europa. Era algo simplemente dantesco, las personas se desplomaban en las calles y allí fallecían, no importaba la clase social, si eras vasallo, príncipe, rey o Papa, la peste negra, bueno, en realidad la fiebre bubónica (nombrada así por los bultos que desarrollaban en las axilas quienes la padecían) venía al asecho y si te alcanzaba no te perdonaba la vida.
La peste negra o fiebre bubónica acabó con el 40% de la población de Europa (4 de cada 10 personas sucumbieron ante esta enfermedad) y como cosa curiosa el agente transmisor que provocaba el contagio de esta enfermedad fue una pequeña pulga la cual eran transportadas por ratas. Evidentemente ante la práctica ancestral de asesinar gatos en nombre de la fe cristiana la población de roedores aumentó exponencialmente en un siglo ya que no tenían enemigos naturales que les cazaran.
Ciertamente no existen pruebas de que haya habido una relación entre la reducción de felinos con la propagación de la peste negra, sin embargo, desde mi punto de vista, los gatos hubieran sido grandes aliados de los humanos controlando la población de ratas, transportadoras del agente causante de este holocausto.
Internacionalista Carlos D. Pérez Guerrero (@waraira777)
He vivido en lugares infestados de ratas y ratones. Ha bastado llevar UN SOLO gatito y como por arte de magia los roedores se esfuman. Desde la primera vez que vi ese fenómeno no he dejado de tener a esos felinos en altísima estima. Muy interesante tu post.
Correcto, hoy en día en casa tenemos un gato, y la verdad que desde que tenemos al minino los roedores brillan por su ausencia.
Congratulations @waraira777!
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