Short Story "Historia corta" | Mephist

— ¿Dimitri estas seguro de esto?

Luca observo con pavor el filo de la espada y sollozó al sentir el frio del metal en su cuello.

— Nunca había estado más seguro de algo.
Con un movimiento Dimitri corto el cuello de su hermano y su cabeza rodo por el circulo de runas que se disponían alrededor de la habitación. Sangre a borbotones fluyo al son que su rostro se salpicaba con ella y una luz cegadora le iluminaba el rostro.

— Haz hecho bien joven mortal.
La voz se alzaba por encima de todo, una voz que parecía provenir de ningún lado pero que sin embargo los pasos cercanos hacían entender que había alguien más allí.

— ¿Cuántos años más nos quedan?
— Un sacrificio, aunque pequeño…. mmm… déjame pensarlo.

— Basta de bromas centinela, habla ahora.
Dimitri tomo con fuerza su espada, preparado para cualquier cosa que viniera.

— No hay que apresurarse…
La luz se volvió tinieblas y entre la oscuridad una mano se posó sobre el hombro de Dimitri.

— Cuarenta años, solo eso puedo darte.

— ¡Es muy poco!

— El tiempo es relativo mortal. Pero eso es lo que puedo dar.

Las runas se tornaron escarlata y la sangre que se había esparcido por figuras celticas en el suelo rápidamente fue absorbida por estas. Dimitri sintió un sabor extraño en su boca y un dolor punzante en su espalda.

— No triunfaras… lo voy a impedir.

— Haz vivido casi cuatro mil años intentando acabar conmigo... y dime ¿Cuántas veces e sido yo mismo que te a dado otra oportunidad?

La figura se rió histéricamente y su sombra camino hacia la oscuridad.

— ¡Todo este dolor tendrá su fin!

— Y hasta que ese día llegue la apuesta sigue en pie. Tu sangre, la de tu familia, será tu fortuna y tu maldición. Solo uno podrá matarme, y hasta que ese día llegue seguiré dándote más tiempo a cambio de la vida de tus prójimos.

Su risa volvió a resonar en aquella habitación y las runas dejaron de emitir su brillo al tiempo que algo se escribía en la espalda de Dimitri, formas rúnicas estaban ahora allí, marcando un destino peor que la muerte.

— “Solo uno traerá fin a la tragedia” ¿Eso dice la leyenda? Pero ¿serás tú? ¿o quizás uno de tus hijos? Lo cierto es que esperare ese día con ansias Dimitri… el día en que tengas que recurrir al mismo al que le juraste matar para acabar con la maldición.
La sombra se esfumo en un instante. Dimitri se quedó solo en aquel lugar, en silencio, derramando una a una sus lágrimas sobre el cuerpo de Luca, su hermano. No había peor pecado que ese, pero ambos lo sabían; sin su sacrificio aquello seguiría pasando, era necesario, no, era su deber. Mefisto no continuaría con su cadena de muerte.

— Cuarenta años… serán los últimos.