Piezas perdidas
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PIEZAS PERDIDAS
Un alijo entre mis emociones, suelos indomables de mi corteza un poco errante, que inconscientemente suele irse a lugares extraños, donde se sienta y manifiesta palabras disruptivas, desórdenes que me dejan en migas.
Despreocupado de los continuos movimientos que debo hacer, ya absorbido por el mar de la realidad y dando por hecho que no soy más que un desecho del cual los peces pueden disfrutar. Siempre con una falsa honestidad, presionado por el hecho de agradar y sacar de por medio algo que me sea de utilidad y, así, no quedar tan atrás.
Deseos y prejuicios, estacas que se afirman en el frío arte de estar vivo y en qué sus lienzos no se pintan a mano simple y, la creatividad, sería tener la voluntad de hacer mal, ignorando la paciencia y reemplazándola por una plenitud espuria.
Todo se vuelve opaco, mi vista, como ves, se ha cegado por las mañas de querer ir más allá; en el amor, en las metas o en cumplir aquellas experiencias pensando que se harían realidad. Y no, no se puede confundir con la decepción, la vida es llevadera y concurre a mostrarte obras maestras, es el avance en mi persona, es la frustración que me doma y crea más que insólitas garras que desprenden mis más sinceras palabras, dejándome en un absoluto e imberbe descontrol.