[Esp-Eng] Entrada al Concurso de minicuentos de Literatos | Koponokok
Ya está por cerrar las recepciones el Concurso de minicuentos: Celebrar la novela Moby Dick: portento de la naturaleza y destino humano y aquí estoy yo, una vez más escribiendo mi aporte, como una forma de invitar y estimular a otros autores a incorporarse a esta actividad organizada por Literatos y patrocinada en esta oportunidad por el nuevo testigo de Hive, @la-colmena.
Como siempre lo afirmo, esta es una oportunidad muy especial de uno retarse a profundizar en la práctica literaria, que no solo tiene que ver con la creatividad, sino también con la organización de ideas y el dominio del lenguaje, porque aparte del reto de crear una historia original y bien contada (al menos es lo que uno intenta), tienes que ser capaz de hacerlo (en este caso) en un máximo de 500 palabras.
Para mí, cada concurso de estos, se convierte en un aprendizaje profundo. Por esta razón aprovecho para invitar a todos a asumir ambos roles, tanto de lector de variado contenido, como creador de textos, a partir de lo que se va aprendiendo.
Mi participación de hoy tiene muchos elementos tomados de la vida real, de experiencias cercanas y de problemáticas que conozco de cerca.
Aclaro que en Venezuela no existen tigres (Panthera tigris), solo una variedad de jaguares, pero que siempre han tenido el nombre de "tigre" entre la población y es por eso que uso esa denominación en la historia, aunque en la vida real se trate del jaguar (Panthera onca).
The Mini-story contest: Celebrating the novel Moby Dick: portent of nature and human destiny is about to be closed and here I am, once again writing my contribution, as a way of inviting and stimulating other authors to join this activity organized by Literatos and sponsored this time by Hive's new witness, @la-colmena.
As I always say, this is a very special opportunity to challenge yourself to go deeper into literary practice, which not only has to do with creativity, but also with the organization of ideas and the mastery of language, because apart from the challenge of creating an original and well-told story (at least that's what one tries to do), you have to be able to do it (in this case) in a maximum of 500 words.
For me, each of these contests becomes a deep learning experience. For this reason I take this opportunity to invite everyone to assume both roles, both as a reader of varied content, and as a creator of texts, based on what you are learning.
My participation today has many elements taken from real life, from close experiences and from problems that I know closely.
I clarify that in Venezuela there are no tigers (Panthera tigris), only a variety of jaguars, but they have always had the name "tiger" among the population and that is why I use that name in the story, although in real life it is the jaguar (Panthera onca).
English version below
Kaponokok
Me llamo Maichak. No disfruto ser vocero de temas escabrosos, pero sé que la trama en torno al indio Genaro, no es veraz. Si siguiera vivo, muchos querrían hacer lo que al santo —cuyo nombre escogieron los misioneros para no llamarlo por su nombre indígena— y gustosos lo decapitarían.
Es cierta la fama que se ganó, de perder los estribos cuando bebía. Esto sucedía cuando algún töponken (los que nacen vestidos, los criollos) empezaba a brindarle y casi a obligarlo a beber aguardiente, para divertirse a costillas suyas.
Entonces se tornaba grosero, agresivo; lo que producía risas en el bar. Pero en casa, terminaba en violencia doméstica, a pesar de que Kaponokok (su verdadero nombre), se había ganado el prestigio de buena persona y buen esposo.
El creciente consumo alcohólico en la comunidad y más criollos alentándolo, perjudicaron su reputación, Por eso, al acusarlo de matar a su esposa, Wampachi, y a su hijo, lo atribuyeron a un trance etílico y celebraron su muerte.
— ¡Si no bebes esta botella, fondo blanco, no eres macho y tu mujer va a terminar montándote cachos con un criollo!— era de las bromas lanzadas en el bar del caserío, cerca de Jengibral.
Bien sé que la fantasía del desalmado es de las peores fábricas de mentiras y causa de injusticias. Decidí contar esta historia, ante afirmaciones que, aunque creíbles, distan de la realidad.
La frase enunciada en el bar, antes que partiera el indio, quedó grabada en los presentes y asumieron que Genaro había encontrado a Wampachi en brazos extraños, pero la realidad era otra. Próximo a la choza, sintió ruido y decidido, cargó la escopeta. Se acercó y vio un tigre de gran tamaño abalanzarse sobre su mujer.
Genaro no podía dispararle por temor a darle a su mujer y lo hizo al aire. Ella, de muerte herida por el zarpazo, gritó que el animal vino por el niño. Antes que el tigre derrumbara una pared de la choza para huir y la luz del mechero se apagara, vieron cerrarse los ojos de la mujer.
En la oscuridad, con un solo cartucho en la escopeta y su machete, Genaro tomó al hijo rumbo a una nueva colonia de misioneros. Los rugidos de dos tigres —seguramente pareja— los acompañó en el recorrido.
El primer disparo disipó la borrachera y los sentidos del indio sabían dónde estaban las fieras, cada vez más cerca.
Presintiendo perder su presa, los animales atacaron y Genaro ordenó a su hijo, correr. Este oyó los gritos del padre, quien disparó y blandiendo el machete empezó a espantarlos, corriendo tras ellos. El niño, en shock, no pudo explicar en la misión, ni quien era ni qué pasó.
Cuando hallaron los cuerpos, ella en la casa y él en las cercanías, animales y selva habían hecho estragos y solo dio pie a especulaciones que pronto se tornaron versión oficial.
Años más tarde, en la misión, el niño salió de la conmoción y lo primero que recordó fue a su padre llamándolo: ¡Maichak!
Kaponokok
My name is Maichak. I do not enjoy being a spokesman for lurid topics, but I know that the plot around the Indian Genaro is not true. If he were still alive, many would want to do the same to him as to the saint -whose name the missionaries chose so as not to call him by his indigenous name- and would gladly behead him.
It is certain the fame that he earned, of losing his temper when he drank. This happened when some töponken (those who were born dressed, the Creoles) began to toast him and almost forced him to drink aguardiente, to have fun at his expense.
Then he would become rude, aggressive; which produced laughter in the bar. But at home, it would end in domestic violence, even though Kaponokok (his real name) had earned the reputation of being a good person and a good husband.
Growing alcohol consumption in the community and more creoles encouraging him, damaged his reputation. So, when he was accused of killing his wife, Wampachi, and his son, they attributed it to an alcoholic trance and celebrated his death.
— "If you don't drink this bottle, white bottom, you are not macho and your wife is going to end up cheating on you with a Creole," was one of the jokes thrown at the bar of the farmhouse, near Jengibral.
I know well that the fantasy of the heartless is one of the worst factories of lies and cause of injustice. I decided to tell this story in the face of statements that, although credible, are far from reality.
The phrase uttered in the bar, before the Indian left, stuck in the minds of those present and they assumed that Genaro had found Wampachi in the arms of strangers, but the reality was different. Near the hut, he heard a noise and decided to load his shotgun. He approached and saw a large tiger pounce on his wife.
Genaro could not shoot it for fear of hitting his wife and shot it in the air. She, mortally wounded by the claw, screamed that the animal had come for the child. Before the tiger broke down a wall of the hut to escape and the light of the lighter went out, they saw the woman's eyes close.
In the darkness, with only one cartridge in the shotgun and his machete, Genaro took the son on his way to a new missionary colony. The roars of two tigers - probably a couple - accompanied them on the journey.
The first shot dissipated the drunkenness and the Indian's senses knew where the beasts were, getting closer and closer.
Sensing the loss of their prey, the animals attacked and Genaro ordered his son to run. He heard the screams of his father, who fired and, brandishing his machete, began to scare them away, running after them. The boy, in shock, could not explain to the mission who he was or what happened.
When the bodies were found, she in the house and he nearby, animals and jungle had wreaked havoc and only gave rise to speculation that soon became the official version.
Years later, at the mission, the boy came out of the shock and the first thing he remembered was his father calling him: Maichak!
Vote la-colmena for witness
By @ylich
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Nice write up.. the father is a great hero..
La imaginé perfecta en mi mente.
Que bueno saber que es solo un cuento, pero igualito me pasó como ese niño: quedé en shock!
Es una experiencia horrible tener que lidiar con un Cunaguaro de esos, su ferocidad y sentido de caza va más allá de lo que podamos hacer para defendernos ante un ataque de ese animal.
Tu relato es muy llamativo porque presenta lo cotidiano de la cultura indígena y de todo ese mundo de hombres bebedores... Como siempre que puedo leer sus escritos, me quedo admirada por su gran fluides como escritor de prosa y poemas. Gracias @ylich por estar ahí y compartir con todos nosotros.
It's good to know that it's just a story, but it happened to me like that boy: I was shocked!
It is a horrible experience to have to deal with one of those Cunaguaro, its ferocity and sense of hunting goes beyond what we can do to defend ourselves against an attack of that animal.
Your story is very striking because it presents the everyday of the indigenous culture and that whole world of drinking men.... As always when I get to read your writings, I am in awe of your great fluency as a writer of prose and poems. Thank you @ylich for being there and sharing with all of us.
Saludos @ylich
Aunque en la historia merodean elementos foráneos no deja de tener un sabor latinoamericano en el estilo de narrar.
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A pesar de la limitada cantidad de palabras, estas me hicieron viajar fácilmente por los linderos de tu historia. Me encantó el cierre del relato; una reivindicación de los sucesos que, en lo personal, me parecieron cautivantes. Y la narrativa, agradable y admirable.
Todo un gusto leerte. Saludos de corazón 💙 @ylich
¡Qué golpe tan fuerte sufrió Maichak al vivir ese infierno! Pobre.
Excelente forma de mostrar lo que dices al principio de la publicación sobre la organización de ideas y el dominio del lenguaje. Sin duda, este tipo de actividades son un reto del que siempre surgen buenas historias. Saludos.