Daiquirí, rompiendo reglas || Daiquirí, breaking rules #Danceweekend
La música latina es sumamente exigente, pues la gran mayoría de sus ritmos se estructuran sobre una par de células rítmicas, conocidas como “la clave”, en la cual una de las células es de dos golpes y la otra, de tres.
El ritmo que marcarán los demás instrumentos, tales como las congas, bongós, timbales, piano y hasta la misma voz, tiene que ir siguiendo el orden en que estén las dos células, ya sea primero la de tres y luego la de dos, o a la inversa.
El gran “drama” de los músicos que interpretan los géneros tropicales, está en saber ajustarse a esta regla, la cual es parte distintiva de la música y el sello que la identifica.
Sin embargo, muchas veces los músicos cometen errores a la hora de aplicarlas, o de manera consciente, rompen con la estructura y “cambian la clave”. En ocasiones esto es aceptado, dependiendo de la canción y el arreglo, pero en general, no es bien visto.
Esa característica es una de las razones por la que mucha gente ama el género, pero para otros esto es una complicación y, por lo tanto, no les gusta.
En los años 80, un músico de origen cubano, por muchos años radicado en Venezuela y dedicado profesionalmente a los jingles, decidió romper ese patrón. Sin duda, no era por falta de conocimientos, pues conocía a fondo la esencia y el significado de la clave, pero decidió lanzar un proyecto que fuera contra ese principio.
Latin music is extremely demanding, since most of its rhythms are structured on a pair of rhythmic cells, known as "la clave", in which one of the cells has two beats and the other has three.
The rhythm that will mark the other instruments, such as congas, bongos, timbales, piano and even the voice itself, has to follow the order in which the two cells are, either first the one of three and then the one of two, or the other way around.
The great "drama" of the musicians who play tropical genres is to know how to adjust to this rule, which is a distinctive part of the music and the seal that identifies it.
However, many times musicians make mistakes when applying them, or consciously break with the structure and "change the clave". Sometimes this is accepted, depending on the song and the arrangement, but in general, it is not well seen.
That characteristic is one of the reasons why many people love the genre, but for others this is a complication and, therefore, they don't like it.
In the 1980s, a musician of Cuban origin, for many years based in Venezuela and professionally dedicated to jingles, decided to break this pattern. Undoubtedly, it was not for lack of knowledge, since he knew in depth the essence and meaning of the clave, but he decided to launch a project that went against that principle.
Chamito Candela
El nombre de ese músico es Alberto Slezynger y su proyecto se llamó Daiquirí. Su objetivo fue hacer una música que sonara tropical, alegre y sabrosa, pero que no tuviera la dependencia de la clave. Mantuvo, eso sí, el uso de los palitos que suelen marcarla y aunque estás marcaban la clave en todas las canciones, los arreglos, voces e instrumentos no se aferraban a su ritmo.
El éxito del grupo fue inmediato. La receptividad en la radio, en los medios de comunicación social, fue instantáneo y su presencia en fiestas se hizo obligatoria.
Una de las cosas más llamativas del éxito del grupo, fue que logró entrar en el gusto de muchas comunidades que hasta ese momento no disfrutaban los ritmos latinos. Daiquirí se volvió invitado regular en fiesta en zonas donde antes solo se escuchaba música llanera o vallenatos colombianos, llegó a público juvenil que andaba más con los sonidos rockeros y se hicieron asiduos en los eventos de las comunidades, judías, italianas y portuguesas, que con Daiquirí encontraron una forma de “bailar salsa”, según solían decir ellos mismos.
Un fenómeno musical que aún vive en el recuerdo de los que vivieron la época y que tienen a Alberto Slezynger a lanzar nuevamente un disco y volver a la palestra musical.
That musician's name is Alberto Slezynger and his project was called Daiquirí. His goal was to make music that sounded tropical, cheerful and tasty, but that did not depend on the clave. He kept, however, the use of the sticks that usually mark the clave, and although these marked the clave in all the songs, the arrangements, voices and instruments did not cling to its rhythm.
The group's success was immediate. Receptivity on the radio, on social media, was instantaneous and their presence at parties became mandatory.
One of the most striking things about the group's success was that it managed to enter into the taste of many communities that up to that moment did not enjoy Latin rhythms. Daiquirí became a regular guest at parties in areas where before only llanera music or Colombian vallenatos were heard, reached young audiences who were more into rock sounds and became regulars at events of Jewish, Italian and Portuguese communities, who with Daiquirí found a way to "dance salsa", as they used to say themselves.
A musical phenomenon that still lives on in the memory of those who lived through the era and that has led Alberto Slezynger to once again release an album and return to the musical limelight.
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By @ylich
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Oh, no conocía Daiquirí, suena bien y es cierto, hay algo diferente en esa música, que si no me lo dices no sabría qué es. Pero te confieso que en el tema de los ritmos estoy un poco perdida. ¿Entonces Alberto Slezynger era de origen cubano? Interesante.
Sí, Alberto tiene muchos años que se fue a Miami, donde sigue como productor musical con bastante éxito, pero principalmente en el área de comerciales. Aunque también ha hecho algunos intentos de retomar Daiquirí, pero sin lograr le éxito inicial.
¡Gracias por comentar! 😉
Era no. Es de origen cubano, pues sigue vivo. Pero debe ser mayor ya...
¡Correcto! Acabo de enterarme que nació en 1953, en La Habana. Desde pequeño se vino a Venezuela y hace 20 años se fue a Miami. 😉
Lo que sí, es que sigue haciendo música, pero para una empresa productora suya.
Como no recordar a Daikirí! Estaba yo saliendo de mi niñez cuando ellos estaban de moda, y por supuesto era música obligada en fiestas, en el bus y hasta en los ratos libres en el liceo.
Creo que esos músicos que se salen de la norma, siempre tienen éxito, ya que ofrecen algo fresco dentro de lo conocido.
Recuerdo que una vez conocí a un saxofonista de la orquesta sinfónica dominicana, que llegó a tocar con Juan Luis Guerra, y me contaba que gracias a su formación en música popular antes de entrar a la sinfónica, fue que pudo agarrarle el ritmo a los arreglos de 4:40 pero que no todos eran capaces de hacerlo.
¡Así es! La formación académica es muy distinta a la formación popular. Pero el mejor punto es tener amabas escuelas y muchos de esos músicos destacados que uno conoce, llegaron a donde están por esa misma razón.
¡Gracias por comentar!
Saludos ylich la buena epoca del sello disquero sonografica donde estaban Adrenalina Caribe de Evio dimarzo hace poco tiempo vi un reencuentro de la banda.
¡Así es! De tiempo en tiempo se vuelven a reunir. Pero ya las cosas no son iguales... 😉
¡Gracias por comentar!
chamoooo candelaaa, de pana que soy un hombre de 50 atrapado en el cuerpo de uno de 25, esta música me la enseño mi papá.
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cuando mi pure bebe licor se sienta en la sala a poner sus videos de los 80s y me muestra todo tipo de canciones de sus tiempos y este grupo me pareció que un diamante en bruto, un grupo que pocos recuerdan pero rompió los patrones para su época, hasta su estilo de vestimenta considero que estaba avanzado.
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bendiciones para usted