Breve reseña de Sayonara no Asa ni Yakusoku no Hana o Kazaro/Short review of Sayonara no Asa ni Yakusoku no Hana o Kazaro [ESP/ENG]

Es una historia hermosa, en el cual Maquia es una linda joven de apenas 15 años que pertenece al clan de los lorph que separados del resto de la humanidad por su cualidad en cuanto a la longevidad, viven en conjunto solo con ellos mismos tejiendo sus hilos y trasmitiendo sus sentimientos a través de ellos, la vida de todos eran cómodas y felices, eran conocidos como el clan de la separación por lo cual su vida y atributos creo más la ambición por tenerlos y obtener su longevidad.

Un día los de Mezarte el pueblo que se encontraba en guerra decidió atacarlos y quedarse con la princesa para poder no solo que ayudaran a controlar a los dragones que tenían, los cuales luego de un tiempo se descontrolaban y se queman, eran especies legendarias que solo los lorph podría entender por el tiempo vividos, y, por otro lado, tener hijos con ellos para que vivieran muchos años y así permanecer en el reino. Durante ello Maquia consigue escapar y en su huida encuentra a un bebe huérfano a quien le pone el nombre de Ariel.

Sin saber cómo cuidarlo, con apenas 15 años, aunque en su clan la adolescencia puede ser más larga de lo normal ella acepto al niño y lo cuido como una madre, sin saber cómo era ello, lo cuido y le enseño de todo, dando una vida mejor, pero al crecer los sentimientos de Ariel cambian, por lo cual es necesario separarse, ya que Maquia solo lo ve como su hijo, aunque no lo fuera dio su tiempo y cariño a ello.

Las vidas de ambos se ven en caminos diferentes, Ariel consigue un nuevo amor y formar una familia, en cambio Maquia vive prisionera de los Mezarte hasta que al fin ello acaba y consigue tener un rumbo diferente separados de aquello que conoció antes, realmente se sufre el tener una vida larga y ver que a todos los que conociste mueren, pero no hay que arrepentirse de ello y disfrutar cada segundo de aquellos momentos que se pudo recrear.

Una parte que me quedo en la mente fue cuando dice “Las madres no deben llorar” en mi caso siento que no lo aplico jeje, pero realmente las madres nos hacemos fuertes para que nuestros hijos estén bien y puedan continuar, pero las lágrimas no son signo de debilidad, son la forma de desahogarse y sacar lo bueno o lo malo que se tiene por dentro.

Ficha técnica

Dirijido por Mari Okada de Japón en el año 2018. Género: Cine bélico
Estudio de animación Productora P.A. Works

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Fuente

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