Relato: Una nueva visita de los dinosaurios espaciales
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Fuente de la imagen: Pexels
Un mes ha pasado desde que dos tiranosaurios llegaron a la Tierra en su nave espacial. En ese momento del día, el internet explotó en una vorágine de locura; entre memes, teorías conspirativas y una pizca de asombro combinada con incredulidad, la gente se cuestionaba si los dinosaurios realmente se extinguieron o en realidad habían desarrollado una civilización avanzada en términos de tecnología, la cual pudo permitir que escaparan del meteorito.
Los paleontólogos, el sector académico más consternado al respecto, intentaron responder a dicho dilema con ruedas de prensa, videos explicativos y publicaciones en todas las redes sociales posibles. Los aficionados a las teorías conspirativas no se quedaban atrás, pues llegaron a acusar a los gobiernos de hacer un megamontaje con objetivos muy oscuros; algunos miembros de esta última comunidad protagonizaron conflictos de alto tono con personas dedicadas a desmontar cualquier bulo posible.
Al margen de estas discusiones, los ciudadanos del estado mexicano de Yucatán no perdieron el tiempo; se dedicaron a elaborar y compartir memes con curiosos hashtags como "dinokibis", "dinosauriosenyucatan", "dinovisita" y "joseluisypedroenmerida".
Justo cuando las cosas estaban empezando a calmarse, la nave espacial de José Luis y Pedro aterrizó de nueva cuenta en el parque de Santiago.
Pero no estaban solos: Con ellos venían una pterodáctilo llamado Pancracia y un triceratops llamado Pánfilo. Esa vez, su misión no era solo comprar kibis, sino también tamales, panuchos y salbutes.
De inmediato la gente sacó sus teléfonos para tomar fotos o transmitir en vivo la nueva visita de los dinosaurios. Algunos llegaron a acercarse a saludarlos y pedirles una fotografía de recuerdo mientras los meseros de los puestos de comida les entregaban los menús para que hicieran comparativa de precios.
Al alboroto se unieron miembros de la Guardia Nacional y de la Policía Municipal, quienes trataban de mantener a la gente alejada, temiendo ante todo que hubiese algún conflicto que derivase en desgracia. No obstante, pronto se vieron rebasados; por lo consiguiente, decidieron dejar las cosas como estaban y en su lugar pidieron a los dinosaurios unas fotografías del recuerdo.
El internet una vez más se volvió un avispero; fotografías y memes aparecieron, con hashtags como "dinococina", "dinotamales", "pancracialatamalera" y "panfilopanucho".
"Ma'are, ahora Yucatán es famoso hasta entre los dinosaurios", comentó un comensal mientras terminaba de degustar su mondongo a la andaluza.
De forma repentina, algo vibró en uno de los bolsillos de los pantalones de José Luis; éste, con cierto esfuerzo, sacó un curioso aparato parecido a un celular y, llevándoselo a la cabeza, respondió: "¿Sí, mamá?"
"José Luis, ya que estás por allá, aprovecha comprarme unas diez tortas de cochinita y cinco kilos de relleno negro... ¡Ah! Y no olvides buscarme unas chanclas talla 3, un rebozo como ese que le conocen como chiapaneco, y unos cinco cuadraditos dulces que venden en ese lugar llamado El Colón".