Relato: La liberación de Anne
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Anne Shephard-Christie sabía que el amor es doloroso. Lo sabía muy bien, mejor que nadie. Lo sabía y sin embargo no quería admitirlo.
No es que sea una mujer orgullosa, pero tampoco quería quedar como una tonta delante de sus amistades de la alta sociedad en aquella mañana de 1902, en la terraza de uno de los pisos más elegantes de Nueva York. No delante de Percival Christie, su marido.
Percival era atractivo, miembro de otra familia prominente. Era un hombre de mundo, pues había viajado por el África, por las Indias Orientales, por las islas del Pacífico, hasta por la Europa misma. Un hombre que la ignoraba por todo lo alto, desde el amanecer hasta el anochecer.
Y a Anne eso era lo que más le dolía: haberse casado enamorada de un hombre que idealizó, chocando con la realidad de encontrarse con un hombre que no solo no la amaba, sino que también la menospreciaba por ser de origen clasemediero. Un desprecio respaldado por toda la familia de él, quienes la veían como una intrusa, como una bufona para su divertimento.
Sus cuñadas en especial le recordaban cada minuto sobre cuán insignificante ella era para ellos.
Amar sin ser correspondida... Amar, amar, amar...
Pero ella ya se cansó de no ser amada, de no ser respetada, de ser dejada en el rincón del recuerdo.
Por primera vez en cinco años de matrimonio, ella decidió empacar sus cosas y abandonar a su esposo. No dijo ningún adiós, ni siquiera dejó una carta de despedida. En plena noche, ella se marchó aprovechando que su marido y su familia política no estaban en casa; se prometió no mirar atrás, se prometió enterrar ese dolor y comenzar de nuevo en algún lugar lejos de Nueva York.
¿De qué trabajaría? Ella ya lo pensaría. Su difunta madre no la había criado para ser una esposa inútil; le había enseñado a costurar, a bordar, a llevar la contabilidad de la casa, a preparar su propia comida.
Su madre... La misma mujer que, antes de morir, le había advertido que Percival no era el hombre para ella. ¡Ay, tonta de ella misma! ¿Por qué no escuchó a su madre en ese momento?, ¿por qué se dejó llevar por el sentimentalismo y la idealización? Si le hubiera hecho caso a su madre, ella quizás se habría casado con alguien mucho mejor, o quizás con un hombre que la trataría bien y la respetaría, que le daría su lugar como esposa.
Percival y su familia se podrían irse al carajo en lo que a ella respectaba. Buscaría su propio futuro, lucharía por ello con uñas y dientes, como bien lo hicieron sus padres en su infancia. Sabía que no debía depender de nadie más que de ella misma.
Lucharía y saldría victoriosa. De eso estaba segura.
Buen episodio de esta historia casi novelada de amor, decepción y búsqueda de libertad femenina. Saludos, @vickaboleyn.
@commentrewarder
¡Muchas gracias por tu comentario, @josemalavem ! Esta historia se me ocurrió mientras planeaba los capítulos 19 y 20 de Una terrícola en Titán, y me llegué a preguntar cómo podría ser la vida de las mujeres en un matrimonio de esa naturaleza.
¡Saludos y que tengas una excelente semana!
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