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Vive cada día de forma distinta,
como si tuvieras mil vidas
en una sola;
vívela, porque vida solo hay una.

Vívela con una sonrisa genuina,
no forzada; si un día no te sientes
bien, está bien que te sientas así,
pues somos humanos.

Ser humano es aceptar que eres luz
y oscuridad a la vez, que puedes tener
tus días buenos y tus días malos;
aceptar eso te hará consciente de muchas cosas.

No dejes que los extremos del equilibrio
te estén jorobando la paciencia;
siempre busca equilibrar tu mente,
y no permitir toxicidades.

Porque hay una etapa en la vida
en la que ya te hartas de tanta
toxicidad, y buscas movilizarte
para bien tuyo.

Incluso Dios te da mil señales
para decirte que tu ciclo en
ese círculo ya terminó, y que
debes irte para sanar y empezar desde cero.

Vive cada día de forma distinta;
ríe, baila, canta, tararea,
escucha música, deja que tu
propia imaginación te lleve a lugares felices.

Y algún día, cuando mires todo atrás,
te darás cuenta de que es un mal ciclo,
un círculo del que no siempre sales
a tiempo, pero lo logras y vives en
sana paz.