Poema: La vida con el paso de los años

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Conforme creces,
conforme tu mente
va agudizándose,
conforme pasan los años,
el corazón va dándose cuenta
de que ya no hay nada más por
descubrir excepto que
el mundo que de niño
encontraba fascinante
ahora es más extraño,
sombrío, con pequeñas luces
en el aquí y en el allá.

La esperanza que tenías de un
futuro mejor persiste,
aunque débil, aunque a punto
de extinguirse,
aunque la realidad cruel
te diga que ya no hay esperanza
con hechos y palabras.

Pero tú te aferras a ella
como si fuera lo que te impulsa
a seguir luchando, contra viento
y marea, contra las expectativas
de lo que la gente quiere,
persiguiendo el sueño con persistencia
inusual, porque sabes que en cualquier
momento te permitirá vivir verdaderamente
en dignidad.

En tu corazón sabes qué es
lo que te impulsa, lo que te
mueve, lo que te permite seguir adelante,
con prueba y error, mejorando tu arte,
tu persona, tu espíritu, el alma misma.

Al final te das cuenta de que
lo que para la gente es una ilusión
de tontos, para ti es
el sueño que te impulsa a luchar,
la esperanza por una tranquilidad
que no has conseguido a raíz
de tantos eventos en la juventud
y en la vida adulta.

Lo lloras, lo sufres,
pero entiendes que todo parte
de un solo proceso;
quizás la gente no lo entienda
a voluntad o por inercia,
y comprendes que eso es natural,
pues pocos comprenderán
que estás luchando, aunque
no lo aparentes.

Nunca pierdes la fe, no
mientras estés consciente
de que no todo está perdido.