Lena había logrado burlar las autoridades, era muy sigilosa y astuta, llevaba el valioso diamante consigo y nadie podía si quiera imaginarlo, le encantaba sentirlo en el bolsillo de la chaqueta Chanel que había obtenido aprovechándose de una viuda millonaria deprimida.

Emprendió un largo viaje a tierras lejanas para comenzar una nueva vida llena de riquezas, en la cual no levantar sospechas. Se dedicaba al hurto y al engaño, había obtenido su boleto de primera clase seduciendo y prometiendo amor eterno a un acaudalado caballero.

Viajaba en una embarcación lujosa y elegante.

Una noche salió a la cubierta a respirar aire fresco, era una mujer solitaria, solo andaba entre la multitud cuando planeaba hacer alguna fechoría. Había muchas actividades en el interior del barco y todos andaban muy entretenidos, aprovechó el momento para contemplar las estrellas.

Ella siempre había amado las estrellas, con el diamante que había robado se sentía dueña de una. Estaba embelesada contemplando el cielo, planificando su nueva vida y de pronto escuchó una voz.

— Lena, Lena, tengo un tesoro para ti.

Buscó por todas partes y no vio a nadie.

— Aquí abajo, Lena, soy yo, el delfín mágico.

— ¿Qué tienes para mí, delfín de ojos de diamante?

Los ojos del delfín brillaban más que el diamante que Lena robó y que todas las estrellas.

— Sé que tienes un valioso diamante, Lena, lo necesito para curar a mi madre que está muy enferma, tu diamante, bueno el diamante que robaste, tiene un componente que necesito para terminar la fórmula. A cambio te daré un diamante más valioso, único en el mundo.

— ¿Cómo puedes tener un diamante tan valioso, delfín de ojos deslumbrantes?

— El mar guarda muchos misterios, Lena.

— ¿Cómo sabes mi nombre?

— Los animales sabemos más de lo que los humanos pueden imaginarse. Además, yo soy un delfín mágico -De pronto un hermoso diamante emergió del mar, era una pieza hermosa, única y deslumbrante - Puedo hacer que este diamante llegue a tus manos si me das el tuyo. No lo pienses, Lena, este diamante te hará la mujer más rica del mundo y la más respetada.

Lena se sintió hipnotizada por la mirada del delfín y sin pensarlo lanzó el diamante que había robado hacia las frías aguas .

El delfín, con alegría, comenzó a saltar en el agua. Le dio las gracias a Lena, se hundió en el agua y el diamante que le prometió, quedó flotando en el aire.

Ella estiraba las manos tratando de agarrarlo, pero este cada vez se alejaba más de ella. Desesperada, casi cae al mar tratando de llegar hasta el diamante y este comenzó a elevarse cada vez más y más.

Lena se quedó sin aliento al sentirse engañada por un delfín, fue testigo como el diamante se convirtió en una estrella muy brillante y resplandeciente.

Se quedó mirándola desconcertada, recordando como ella también había engañado a muchos, solo para despojarles de alguna pertenencia. Miró la estrella fijamente como si hubiese entrado en una especie de trance, sintió una luz intensa entrar por sus ojos.

Desde ese, día todo cambió en ella, cambió su manera de relacionarse con el mundo porque cambió su manera de ver al mundo. Fue como si la luz que entró por sus ojos hubiese llenado todo su ser de luz, desde entonces solo vivía para iluminar su camino y el de los demás.