[ESP-ENG] POLOS
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«El hombre puede soportar las desgracias que son accidentales y llegan de fuera. Pero sufrir por propias culpas, ésa es la pesadilla de la vida».
«Man can bear misfortunes that are accidental and come from outside. But to suffer for one's own faults, that is the nightmare of life».
— Oscar Wilde
E S P A Ñ O L
POLOS
Gina y Georgina eran gemelas, pero sus personalidades eran muy dispares la una de la otra. A los cinco años de edad, anhelaban separarse y dormir en habitaciones distintas. A los quince años, Gina presentaba una personalidad más rebelde mientras que Georgina era más dócil y obediente. A los veinte años, Gina se había ido de su casa a perseguir sus pasiones, mientras que Georgina se quedó a acompañar a su madre. Ambas tenían sentimientos de extremo a extremo y veían la vida de diferente manera.
Años después, Gina volvió a su casa paterna con las ilusiones rotas y con solo pocas cosas en dos maletas. Georgina, quien aún vivía allí, ignoraba sorprendida las aventuras de su hermana desaparecida desde que se fue. La atendió muy bien y le preparó uno de los cuartos; aquel que era suyo desde niña, y mientras se disponía a preparar el café, se quedó en silencio mirando a su hermana cabizbaja.
Su madre ya había muerto y Georgina se preguntó si Gina ya lo sabía antes de volver. No preguntó por ella en ningún momento, era tan fría como siempre y sus diálogos al principio eran tan escasos como las miradas fijas entre ellas. El retorno de su hermana le había afectado mucho, pues en ese momento, Georgina estaba gozando una nueva relación. Le había dicho a su novio que su hermana había muerto hace mucho tiempo por andar en sus malas jugadas, y que desde ese día siempre lo lamentó.
Georgina ahora tenía que hablar con la verdad, por lo que sentó a su hermana y se pusieron a charlar seriamente.
—¿En serio le dijiste eso? ¿Qué yo había muerto? —Espetó Gina con asco mientras miraba fijamente a su hermana.
—Sí, pero lo hice porque pensé que no volverías. —Expresó Georgina con tono fuerte —. Apareces de repente y quieres que ignore tus años de ausencia. Yo me quedé a cuidar a nuestra madre; la cuidé, la bañé, la alimenté, y tú ni un mensaje enviaste para nosotros.
Gina se levantó del asiento con mirada retadora, las palabras de su hermana eran fuertes pero ya estaba acostumbrada a la hostilidad.
—Pues, parece que te favoreció mucho el hecho de que me haya ido, hermanita. Te quedaste con la casa de nuestros padres y convenciste a nuestra madre que no me dejara nada a mí. Al menos ya puedes decir, que algo es tuyo.
Todo quedó en suspenso tejido por un silencio sepulcral. Gina, después de haberle dicho esas palabras crueles a su hermana, se dio la vuelta y se metió a su cuarto con una mirada de satisfacción. Todo parecía apuntar que Gina había llegado para quedarse, y por sus aparentes fracasos, Georgina temía que fuera para siempre.
Necesitaba que la mentira sobre su hermana sea real, así su novio no pensará que ella es una persona cruel. Tomó el arsénico que guardaba su padre en la cochera de la casa e hizo con él algo motivado por la desesperación. Hizo de cena una sopa crema de auyamas; la preferida de Gina, colocó cantidades considerables de arsénico en su comida y convocó a su hermana con la excusa de ofrecerle disculpas. Ambas charlaban, reían poco mientras Georgina observaba muy atenta como su hermana se comía gustosa aquel plato con el veneno.
Después de haber cenado, Gina comenzó a sentirse mareada y empezó a toser descontroladamente. Se tumbó al suelo junto al sofá y se sujetaba el cuello como si le faltara aire. Georgina no dejaba de fijar su mirada en ella, y lo último que se llevó de su desdichada hermana, fue una mirada de odio que ansiaba la más terrible de las venganzas. Después de unos minutos, Gina dejó de respirar.
Para concretar su plan, Georgina necesitaba más tiempo, por lo que escondió el cuerpo de su hermana en la cochera, bien oculto entre escombros y envuelto en sábanas viejas, mientras pensaba en como deshacerse de ella. Esa misma noche, se iba a ver con su novio y necesitaba esconder cualquier evidencia que la implicara, incluyendo la cena y las cosas de Gina.
Después de haber limpiado, subió a su cuarto, tomó una ducha relajante, se vistió, se arregló el cabello y luego bajó para esperar a su novio. Mientras bajaba las escaleras, divisó despavorida a dos personas en su sala comiéndose a besos; era su novio con su hermana gemela, esbozando una sonrisa mientras cometía su fechoría.
FIN
E N G L I S H
POLES
Gina and Georgina were twins, but their personalities were very different from each other. At five years of age, they longed to be separated and sleep in different rooms. At fifteen, Gina had a more rebellious personality while Georgina was more docile and obedient. By the age of twenty, Gina had left home to pursue her passions, while Georgina stayed behind to accompany her mother. Both had feelings from extreme to extreme and saw life differently.
Years later, Gina returned to her parental home with broken illusions and only a few things in two suitcases. Georgina, who still lived there, was surprised and unaware of the adventures of her sister who had been missing since she left. She took good care of her and prepared one of the rooms for her; the one that had been hers since she was a child, and while she was preparing the coffee, she stood silently looking at her sister with her head down.
Her mother had already died and Georgina wondered if Gina knew that before she came back. She didn't ask about her at any point, she was as cold as ever and their dialogue at first was as sparse as the stares between them. Her sister's return had hit her hard, for at the time, Georgina was enjoying a new relationship. She had told her boyfriend that her sister had died a long time ago because of her bad moves, and from that day on she always regretted it.
Georgina now had to speak the truth, so she sat her sister down and they got into a serious conversation.
-Did you really tell her that? That I was dead? -Gina spat in disgust as she stared at her sister.
-Yes, but I did it because I thought you wouldn't come back. -Georgina expressed in a strong tone. You show up all of a sudden and want me to ignore your years of absence. I stayed to take care of our mother; I looked after her, bathed her, fed her, and you didn't even send a message to us.
Gina stood up from her seat with a challenging look, her sister's words were strong but she was already used to hostility.
-Well, it looks like it worked in your favor that I'm gone, sis. -You kept our parents' house and convinced our mother not to leave anything to me. At least you can now say that something is yours.
Everything was suspended in a sepulchral silence. Gina, after having said those cruel words to her sister, turned around and went into her room with a satisfied look on her face. Everything seemed to point to the fact that Gina was here to stay, and because of her apparent failures, Georgina feared it was for good.
She needed the lie about her sister to be real, so her boyfriend wouldn't think she was a cruel person. She took the arsenic her father kept in the garage at home and did something with it motivated by desperation. She made a cream of pumpkin soup for dinner, Gina's favorite, put considerable amounts of arsenic in her food and called her sister over with the excuse of apologizing to her. They both chatted, laughed a little while Georgina watched very attentively as her sister gladly ate that dish with the poison.
After dinner, Gina began to feel dizzy and started coughing uncontrollably. She lay down on the floor next to the sofa and held her neck as if she was short of breath. Georgina kept fixing her gaze on her, and the last thing she got from her wretched sister, was a look of hatred that craved the most terrible revenge. After a few minutes, Gina stopped breathing.
To carry out her plan, Georgina needed more time, so she hid her sister's body in the garage, well hidden in the rubble and wrapped in old sheets, while she thought about how to get rid of her. That same night, she was going to see her boyfriend and needed to hide any evidence that implicated her, including dinner and Gina's things.
After she cleaned up, she went upstairs to her room, took a relaxing shower, got dressed, fixed her hair and then went downstairs to wait for her boyfriend. As she went downstairs, she spotted in terror two people in her living room making out; it was her boyfriend with his twin sister, smirking as he committed his misdeed.
Excelente relato, me encantó la forma en que se solucionó la historia, se nota un trabajo de orfebre y mucha pasión por la escritura.
Muchas gracias por la apreciación @leonardoalmaguer, de verdad es certero lo que dices. ¡Saludos!
Un final literalmente inesperado. Siempre encantada con tus historias. ¡Saludos!
Gracias por el apoyo y el comentario, ¡Saludos!
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