Hola amigos

Hoy como todos los domingos tenemos una cita con @c0ff33a en #SublimeSunday y @ace108 con #BeautifulSunday
Aunque hoy no es un domingo especial, por lo menos para mí.
El espíritu de los tiempos pasados se ha presentado ante mí cuando menos lo esperaba.

Estábamos paseando y pensando en que el tiempo se equivocaba, que nos lo pronosticaron muy malo, con muchas lluvias y viento.

Todo lo contrario ha salido esta mañana con 23 grados un cielo con pocas nubes y mucho viento.
Un domingo de otoño perfecto.
Llegamos al parque que suele ser nuestro destino y le vemos.
He creído que editar las fotografías con el estilo Grunge, nos trasladaba más a esa época y lo que mi mente sintió cuando lo vió.

El Barquillero

Así ha empezado todo.

Masque lo ví, en ese mismísimo instante retrocedí muchos, muchos años, justo cuando era adolescente que antes era mucho más tarde que ahora.
Corría con mi amiga por la calle con unas pesetas en los bolsillos, teníamos una meta, la cual era dulce y quebradiza.

Nuestras trenzas se quedaban atrás de la velocidad que corríamos y reíamos ,deseando que hoy tendría los recortes de los Barquillos, eran otros tiempos no había golosinas ni todas esas cosas que tiene ahora la juventud, así que para nosotros era un día especial.

Al portal al que íbamos era una fábrica de barquillos, si conocéis los barquillos sabréis que se rompen con mucha facilidad y ahí es donde nosotras lo aprovechamos, los pequeños trozos nos los vendía en una bolsa y para nosotros era el mejor tesoro.

Hay me trasladé en un momento, ¿es el espíritu del barquillero que me quiere hacer una mala jugada, enseñándome el tiempo que ha trascurrido?

Pero no me sentí mal, ni lamente los años que tengo encima, ni añore las trenzas y aquellas piernas desgarbadas que corrían como locas sin cansarse.

Mi sonrisa cubrió mi boca y pensé en la adolescencia loca y sin preocupaciones, sin teléfonos, ni ordenador, donde nuestros días pasaban a base de imaginación y una bolsa de trozos de barquillos.

Cuando alguna vez paseando los domingos con mis hermanos, ellos me hacían rabiar y me tiraban de las coletas, corríamos empujándonos y riendo a un volumen que solo los niños tienen.

Cuando veíamos al Barquillero nos deteníamos y nuestras miradas se cruzaban, sabíamos lo que teníamos que hacer, correr donde ama o aita (mamá o papá).

Gritar los tres al unísono:

Por favor ama, por favor, así una y otra vez hasta que sus oídos ya estaban hartos de voces y metía la mano en su pequeño bolso.
Corríamos al barquillero y degustábamos en nuestras papilas el dulzor de la miel y el azúcar mucho antes de que ama llegara y pidiera.

Eso habría sido un #BeautifulSunday y #sublimesunday de hoy en día.

Conseguir el barquillo en tiempos que no te mimaban con dulces.
Por eso creo que el fantasma de otros tiempo no ha visitado este domingo dejándome un sabor dulce en la boca.

Maravillosos domingo a todos