Por no cruzar palabras (Relato corto) / For not crossing words (Short story)

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Claro, yo soy más bajo, ¿por eso no me veía? No. Simplemente no quería.

Le caí a patadas a su moto, entonces salió corriendo a la calle y nos dimos duro. Mi nariz sangró que jode. Le rasguñé el cuello.

En realidad ese día comenzó todo. No iba a dejar que nadie me quitara mi ambiente. La culpa es de él. El nuevo era él. Tenía que respetar.

¿Y Helen? ¿Y Javier? ¿Y Jorge? ¿Y…? Todos se la pasaban con él. Cuando volví después de seis meses la frialdad los había abarcado.

Los demás me saludaban por miedo, pero él no me saludaba porque no me conocía. Eso es cierto, aún así, cuando yo digo “Hola” o “Buenos días” o lo que sea, me tienen que responder.

Entonces comencé a mirarlo feo cada vez que lo encontraba en los sitios de reunión después de clases. Tampoco le importó.

¿Qué se cree? No. ¿Qué se creía? Andaba con sus amiguitos en los cafés, manejaba su moto deportiva y cargaba unos buenos lentes de sol, esos que olvidó ese día en la mesa de la cafetería y lo hicieron regresar, justo cuando yo llegaba y estaba buscándolo para hacerle saber al muy pendejo que a mí nadie me ignora así por mucho tiempo.

Nunca me dirigía la palabra, por eso lo maté.



FIN



GRACIAS POR LEER



Texto escrito como ejercicio durante el taller literario “Violenta imaginación”, dictado por el escritor brasileño Paulo Sandrini en Caracas, Venezuela.



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Sure, I'm shorter, is that why he didn't see me? No. He just didn't want to.

I kicked the shit out of his bike, then he ran out into the street and we hit each other hard. My nose bled like hell. I scratched his neck.

That day really started it all. I wasn't going to let anyone take my environment away from me. It was his fault. He was the new guy. He had to respect.

And Helen? And Javier? And Jorge? And...? They were all hanging out with him. When I returned after six months the coldness had embraced them.

The others greeted me out of fear, but he didn't greet me because he didn't know me. That's true, still, when I say "Hello" or "Good morning" or whatever, everyone has to answer me.

So I started giving him ugly looks every time I met him at after-school hangouts. He didn't care either.

What does he think he is? No. What did he think he was? He was hanging out with his little friends in the cafés, driving his sport bike and carrying some nice sunglasses, the ones he forgot that day on the cafeteria table and they made him come back, just when I was arriving and was looking for him to let the asshole know that nobody ignores me like that for a long time.

He never said a word to me, that's why I killed him.



THE END



THANKS FOR READING



Text written as an exercise during the literary workshop "Violent Imagination", dictated by the Brazilian writer Paulo Sandrini in Caracas, Venezuela.



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7 comments
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🥺😥 no me gusta recordar eso

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Tomé ese triste suceso como desencadenante para crear el texto que me pedían en el taller 😟

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