Queridos lectores, ¿cómo explicarles lo que sucedió y cambió mi vida para siempre? Pedirles, a estas alturas de mi andanza, que me crean puede resultar inverosímil, pero aquí está la verdadera historia.

Me llamo Daniel, y esta historia les pondrá la piel de gallina, a pesar de que el protagonista es un animal aparentemente inofensivo.

Todo empezó una mañana cuando desperté en una habitación oscura, llena de más polvo de lo normal. La pequeña mesa estaba cubierta de papeles amarillentos y libros antiguos. De repente, observé una mariposa negra parada en la ventana. La miré fijamente y sentí que algo iba a suceder, algo que no podía explicar. Aquella mariposa logró ponerme nervioso con su presencia, como si estuviera observando mi estadía, como si pudiera leer mis pensamientos. De repente, un impulso surgió en mi interior. Quería deshacerme de ella como un hombre, pero aspiré ser justo y hacerlo como un insecto, igual que ella.

Transcurrió el día, y cada vez que llegaba a la habitación, ella estaba allí mirándome, traté de evitar su mirada.

En la siguiente noche, estaba en la cama leyendo un libro cuando sentí un dolor intenso en la espalda. Confundido, busqué en el espejo. Allí donde había una marca de nacimiento, había una extraña protuberancia. Me sobresalté; no había visto nada igual antes. Mostré mi temor, miré hacia la ventana, donde aún en la esquina de la ventana yacía la negra mariposa, sin quitar la mirada de mis andanzas.

La protuberancia comenzó a crecer gradualmente. De forma repentina, sentí una presión intensa en la espalda, estremeciéndome el cuerpo como si estuviera siendo atravesado por un rayo. Caí al suelo retorciéndome de dolor, mientras la piel se rasgaba y se abría bruscamente, dejando salir un líquido translúcido y pegajoso. De la abertura en la espalda comenzaron a emerger dos alas, mientras mi cuerpo se acortaba, se encogía, y las piernas se estiraban alargándose de una forma anormal, convirtiéndose en delicadas patas. La piel cambió, tornándose suave, delicada, brillante, como la de una crisálida. Mis ojos se agrandaron, se volvieron multifacéticos, dando lugar a la visión como si todo alrededor estuviera cubierto por una fina capa de polvo.

Finalmente quedé inmóvil, transformado en medio de la cama. Emergieron las dos alas, y eran de un color dorado intenso, con manchas negras en las puntas. Las patas delgadas y elegantes, el cuerpo delgado y estilizado. Mi visión se distorsionó, los colores se volvieron más intensos y los olores más fuertes. Finalmente me di cuenta de que había experimentado la metamorfosis que había anhelado. Al principio me movía con torpeza, pero poco a poco aprendí a volar, sintiendo la brisa en las alas.

La mariposa negra fue el motivo de mi transformación. Ahora salgo en su búsqueda. Su intento de amedrentarme llegó a su fin. Me siento más poderoso, aleteo fuerte y me dirijo hacia el exterior del recinto. En dos oportunidades ella me lanza contra el vidrio de la ventana y una vez contra la pared, logrando romper mis hermosas alas. La lucha es intensa, pero finalmente triunfo. Ella sale despavorida, perdiéndose entre los matorrales que dividen el jardín. Por fin pude quitarme esa mirada. Siento la satisfacción de haber logrado mi objetivo. Exhausto, el perchero es mi lugar de descanso.

Pero algo extraño comienza a suceder. La transformación no es reversible, estoy atrapado en esta forma.

El sol se está ocultando en el horizonte y comienzo a ver las luces encendiéndose en las casas vecinas. Nadie me encontrará ni se dará cuenta de lo sucedido. Con mi tristeza, comienzo a volar en círculos, alejándome de mi vida humana. De repente, me doy cuenta de que estoy solo y que la vida no es tan fácil como había imaginado.

Este es mi hogar, todavía me quedo aquí, observando el mundo desde un ángulo diferente. Ahora se darán cuenta de lo que ha ocurrido en mi vida. Después de contarles lo que me pasó, si creen mi historia, huiré de mi propia familia, ya que al intentar regresar, me lanzan palos y periódicos enrollados. Regresaré a volar entre las flores.

Yo... como una mariposa.

Dear readers, how can I explain to you what happened and changed my life forever? Asking you, at this stage of my journey, to believe me may seem implausible, but here is the true story.

My name is Daniel, and this story will give you goosebumps, even though the protagonist is an apparently harmless animal.

It all started one morning when I woke up in a dark room, filled with more dust than usual. The small table was covered in yellowed papers and old books. Suddenly, I noticed a black butterfly perched on the window. I stared at it intently and felt that something was about to happen, something that I couldn't explain. That butterfly managed to make me nervous with its presence, as if it was observing my stay, as if it could read my thoughts. Suddenly, an impulse arose within me. I wanted to get rid of it like a man, but I aspired to be fair and do it like an insect, just like it.

The day went by, and every time I entered the room, it was there looking at me. I tried to avoid its gaze.

On the following night, I was in bed reading a book when I felt a sharp pain in my back. Confused, I looked in the mirror. Where there was a birthmark, there was now a strange protrusion. I was startled; I had never seen anything like it before. I showed my fear, looked towards the window, where the black butterfly still lay in the corner of the window, not taking its gaze off of me.

The protrusion began to grow gradually. Suddenly, I felt intense pressure on my back, my body convulsing in pain as if being struck by lightning. I fell to the ground writhing in pain, as the skin tore and ripped open abruptly, releasing a translucent, sticky liquid. Two wings began to emerge from the opening in my back, while my body shortened, shrank, and my legs stretched out and lengthened in an abnormal way, turning into delicate legs. The skin changed, becoming soft, delicate, shiny, like that of a chrysalis. My eyes widened, became multifaceted, giving way to vision as if everything around was covered in a fine layer of dust.

Finally, I remained motionless, transformed in the middle of the bed. The two wings emerged, and they were of an intense golden color, with black spots on the tips. The legs were thin and elegant, the body slim and stylized. My vision distorted, the colors became more intense and the scents stronger. Finally, I realized that I had experienced the metamorphosis I had longed for. At first, I moved clumsily, but gradually learned to fly, feeling the breeze on my wings.

The black butterfly was the reason for my transformation. Now I go out in search of her. Her attempt to intimidate me came to an end. I feel more powerful, fluttering strongly and heading towards the outside of the enclosure. Twice she throws me against the window glass and once against the wall, managing to break my beautiful wings. The struggle is intense, but I finally triumph. She flees in terror, getting lost in the bushes that divide the garden. I could finally get rid of that stare. I feel the satisfaction of having achieved my goal. Exhausted, the coat rack is my resting place.

But something strange begins to happen. The transformation is not reversible, I am trapped in this form.

The sun is setting on the horizon and I begin to see the lights turning on in the neighboring houses. No one will find me or realize what has happened. With sadness, I begin to fly in circles, distancing myself from my human life. Suddenly, I realize that I am alone and that life is not as easy as I had imagined.

This is my home, I still stay here, observing the world from a different angle. Now they will realize what has happened in my life. After telling them what happened to me, if they believe my story, I will run away from my own family, as they throw sticks and rolled-up newspapers at me when I try to return. I will return to flying among the flowers.

I...as a butterfly.