Tal vez, sea el último carnaval... Narrativa corta//"Maybe, it's the last carnival... Short story (ESP//ENG)

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“La alegría es eterna para los que saben vivir sus momentos…”

Saludos a todos. "Tal vez, sea el último carnaval…" es una corta narrativa donde Fausto y Carla son una pareja que desafían el tiempo para revivir sus días de juventud. Sumergiéndose en la alegría y la música, bailan en las calles de la ciudad en época de Carnaval. Les invito a experimentar la emoción de recordar viejos tiempos y disfrutarlos a pesar de la edad. No dejes que el mañana los detenga, ¡vivamos el momento! Acérquense y sean parte de una experiencia única que guardarán para siempre. A continuación el texto para su consideración y respectivos comentarios.

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Tal vez, sea el último carnaval...

Fausto lucha por levantarse de la cama, sintiendo la presión de los años en los huesos. A sus 86 años, es fácil entender que sus movimientos sean torpes; sin embargo, para esa edad, su mente parece estar muy activa. Mira a su esposa Carla, quien es un año menor que él. Ella duerme tranquila, sin percibir el ruido de los ancianos desayunando en el comedor principal del asilo donde están alojados. Se acerca a ella y le besa en la frente, despertándola suavemente.

- ¿Qué hora es? - le pregunta ella, bostezando.

- La hora de escapar - le responde él, sonriendo.

Hoy es el día que Fausto planeó desde hace meses, para ir a celebrar el carnaval con su esposa. Conectarse con gratos momentos de su juventud y además de recordar el día en que conquistó a su amor.

Aquel hombre de canas y arrugas que ocupan la mayor parte de su cuerpo se viste con la ropa que ha escondido debajo del colchón: un traje de luces y una capa roja para él, un vestido de flamenca y un abanico para ella. Se pone una peluca rubia y un bigote falso, y le pinta los labios y las mejillas a su esposa, que se ríe con ganas. Parecen dos chicos tremendos, que solo piensan en sus años de mozos y sobre todo para rememorar sus travesuras.

Salen de la habitación con cuidado, evitando a las enfermeras y a los vigilantes. Se dirigen a la salida, donde los espera un taxi que han reservado previamente por teléfono. El conductor los mira con curiosidad, pero no dice nada. Le dicen que los lleve al centro de la ciudad, donde se celebra el carnaval.

Al llegar, se bajaron del taxi mezclándose con la multitud que bailaban. Cantaron y jugaron con personas que mostraban sus atuendos de multi-color. Se sienten felices y llenos de energía. Se tomaron de la mano y se dejaron hipnotizar por la música que había en el ambiente. Recuerdan sus viejos tiempos, cuando se conocieron, enamorándose y al final de todo se casaron en medio de una de fiestas de Carnaval. Con esas imágenes en mente se besaron apasionadamente como si fuera la primera vez.

Pasan todo el día disfrutando, visitando múltiples comparsas a lo largo de la calle principal sin pensar en el mañana. Al caer la noche, deciden volver al refugio, aunque el viaje de retorno fue lluvioso, sabían que las consecuencias de su fuga eran amenazantes. Pero no les importó, habían tenido el mejor día de sus vidas.

Al llegar al refugio, el espectáculo que tenían ante sus ojos se volvió inquietante: las luces estaban apagadas, la fachada abandonada y, lo peor de todo, se sorprendieron al encontrar la puerta cerrada con llave.

Tocan el timbre, pero no suena. Nadie les abre. Miran por la ventana, cubierta con trozos de maderas en forma oblicua impidiendo un poco la mirada hacia dentro. De pronto, se enciende una bombilla y ven que hay otras personas en su habitación, ocupan sus camas, sus armarios, sus fotos. Son otros, que los miran con indiferencia.

Se dan cuenta de que nadie los ha extrañado, buscado o recordado. Han pasado de ser desconocidos, intrusos, a unos simples fantasmas.

Sintiendo el frío de la noche y el vacío de su existencia, se abrazan con fuerza. Se miran a los ojos, buscando consuelo. Se quitan sus máscaras diciéndose que se aman, y se querrán para siempre. Saben que nada ni nadie podrá separarlos.

A la entrada del recinto, como fantasmas, intentan llamar la atención de los transeúntes con sus disfraces, mientras continúa el carnaval.

Otro año más, quizás sea el último, pero por los momentos guardaran sus máscaras en un lugar diferente.

Fuente

J. R.M.(@siondaba)

Gracias por leer. Hasta la próxima.



English Version


"The joy is eternal for those who know how to live their moments..."

Greetings everyone. "Maybe, it is the last carnival..." is a short narrative where Fausto and Carla are a couple who defy time to relive their youth. Immersing themselves in joy and music, they dance in the streets of the city during Carnival season. I invite you to experience the excitement of remembering old times and enjoying them despite age. Don't let tomorrow stop you, let's live the moment! Come closer and be part of a unique experience that you will cherish forever. Below is the text for your consideration and respective comments.

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Maybe, it's the last carnival...

Fausto struggles to get out of bed, feeling the weight of years in his bones. At 86, it's easy to see his movements as clumsy; yet, for his age, his mind seems sharp. He looks at his wife Carla, a year younger. She sleeps peacefully, oblivious to the elderly breakfasting in the main hall of their nursing home. He kisses her forehead, gently waking her.

- ¿What time is it? - she asks, yawning.

- Time to escape - he responds, smiling.

Today is the day Fausto planned for months, to celebrate carnival with his wife. To reconnect with joyful moments of their youth and reminisce about the day he won her love.

That man, with gray hair and wrinkles covering most of his body, dresses in clothes hidden under the mattress: a suit of lights and a red cape for him, a flamenco dress and a fan for her. He puts on a blonde wig and a fake mustache, painting his wife's lips and cheeks, making her laugh heartily. They seem like two mischievous kids, only thinking about their youthful years and remembering their antics.

They leave the room carefully, avoiding nurses and guards. They head to the exit, where a taxi they reserved awaits. The driver looks at them curiously but says nothing. They tell him to take them to the city center, where carnival is celebrated.

Upon arrival, they get out of the taxi and blend in with the dancing crowd. They sing and play with people wearing multi-colored costumes. They feel happy and full of energy. They hold hands and let themselves be hypnotized by the music. They remember their old times, falling in love and eventually marrying amidst carnival festivities. With those images in mind, they kiss passionately as if it were the first time.

They spend the whole day enjoying, visiting multiple troupes along the main street without thinking about tomorrow. As night falls, they decide to return to the shelter. Although the journey back was rainy, they knew the consequences of their escape were threatening. But they didn't care; they had the best day of their lives.

Upon arriving at the shelter, the sight before their eyes becomes unsettling: the lights are off, the facade abandoned, and worst of all, they're surprised to find the door locked.

They ring the bell, but it doesn't sound. No one opens for them. They look through the window, covered with pieces of wood obliquely blocking the view inside. Suddenly, a light bulb turns on, and they see other people in their room, occupying their beds, closets, photos. They are others, looking at them with indifference.

They realize that no one has missed them, searched for them, or remembered them. They've gone from being strangers, intruders, to mere ghosts.

Feeling the cold of the night and the emptiness of their existence, they hug each other tightly. They look into each other's eyes, seeking comfort. They take off their masks, telling each other they love and will love each other forever. They know that nothing and no one can separate them.

At the entrance of the shelter, like ghosts, they try to attract the attention of passersby with their costumes, while the carnival continues.

Another year, perhaps the last, but for now, they will keep their masks in a different place.

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J. R.M.(@siondaba)

Thank you for reading. Until next time.






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8 comments
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Interesante lectura, me mantuvo motivado a terminarla. Gracias por compartir.

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Hola @viejaescuela, encantado de que motivara mi texto, mil gracias por la visita y el comentario. Abrazos

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¡Felicitaciones!


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Realizar los sueños también cuesta... pero lo importante es disfrutar y vivir intensamente cada momento de la vida..

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Gracias @pinero por tu visita y comentario. Es cierto, a veces los sueños se hacen difíciles de alcanzar, pero en algún momento de la vida podemos tener la posibilidad de hacerlos realidad.

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