Micro-cuento de Thriller Psicológico "La Rata..."/Short Psychological Thriller Story "The Rat..."(ESP/ENG)
“La memoria del dolor es un espejo que nunca se empaña, peor aún nunca conoce la paz.”
La Rata
La Rata
La Rata
La Rata
La tarde cae lentamente mientras me acerco a la casa materna, desde aquí veo la empalizada construida con troncos de mediano grosor. Hoy están idénticos a los que ayude en su momento, a cortar con mi difunto padre. Cada metro en mi acercamiento me despierta recuerdos oscuros, retazo de vida que prefiero olvidar.
Antes de entrar a la casa frente al pequeño porche, cierro los ojos y espero que el aire del atardecer me transporte a aquel fatídico día.
Las imágenes llegan como una cinta de película: el maltrato brutal de mi padrastro hacia mi madre vivido infinita veces. Sentir impotencia al verla sufrir y casi perecer en mis manos. No pude hacer nada en ese entonces, pero hoy, con valentía vengo a cruzar el umbral.
El interior del inmueble se revela ante mí descuidado y lleno de polvo, que hacen juego con los destrozos emocionales que mi familia sufrió durante años. Los muebles en la misma ubicación cubiertos con sábanas blancas con algunas manchas de moho, mientras las paredes desconchadas transpiran un efecto de abandono. El aire rancio llena de misterio cada rincón.
Presiento que algo anda mal. No se quita de mi cuello esta sensación como si alguien me estuviese observando. Produciéndome un ahogo esta revelación, y lo peor es que consigue paralizarme en plena sala. Mi corazón late fuerte. De pronto, mis ojos se topan con un par de destellos que se reflejan desde la oscuridad.
Un animal emerge de las sombras, es más grande de lo normal. Los destellos eran sus ojos brotados y rojos pareciendo arder con mucha furia. La escalofriante abertura de su boca revela sus dientes afilados. La adrenalina recorrer mis venas y mi instinto de supervivencia se impulsa. Veo ante mis ojos: una rata.
El roedor se abalanza con una bestialidad hacia mí. Me defiendo rápidamente, lo hago por instinto y logro esquivar sus afiladas garras. El tiempo pasa entre forcejeos y entre una lucha extrema de cuerpo a cuerpo, cada uno buscando la victoria.
Finalmente, escapo del gigantesco animal y me apresuro a salir de la casa con la ropa desmembrada. Subo al carro, y miro por el retrovisor. Es entonces cuando veo cómo la rata se muestra en el porche y comienza a transformarse.
El animal, en una metamorfosis de pesadilla, se convierte en el hombre que torturó a mi madre. Su figura arqueada y su mirada sádica me devuelven al pasado que creí enterrado. No puedo creer en lo ocurrido. El horror me abruma y la huida se convierte en una lucha interna pero debo mantener la cordura.
Lejos de aquella pesadilla real o fantasía, lo cierto es que el inesperado desenlace me ha atrapado en un traumático recuerdo. La casa, ahora custodiada por el hombre inhumano, la ha convertido en una prisión aterradora.
Los gritos de mi madre, el miedo y la frustración, todo vuelve para atormentarme. La casa es un recordatorio constante de los terribles eventos que presencié y la culpa no me deja en paz.
Es triste saber que ese hogar está atrapado en un vicio del que no puedo escapar. El ser que antes era una Rata y ahora tiene forma humana, sonríe con satisfacción mientras su presencia maligna todo lo domina.
Nunca más volveré. Así termina mi relato, en un tono trágico y siniestro. El pasado regresa, no para sanar heridas, sino para abrir nuevas, más profundas y aterradoras. En mis sueños, la historia se repite, atrapándome en una pesadilla eterna que jamás podré olvidar.
English Version
“The memory of pain is a mirror that never clouds, worse yet it never knows peace.”
The Rat...
The Rat...
The Rat...
The Rat...
The afternoon slowly fades as I approach my mother's house. From here, I see the palisade built with medium-thick logs. Today, they look identical to the ones I once helped cut with my late father. Each step closer awakens dark memories, fragments of life I prefer to forget.
Before entering the house, in front of the small porch, I close my eyes and hope that the evening air will transport me to that fateful day.
The images come like a film reel: the brutal mistreatment of my stepfather towards my mother, lived countless times. Feeling powerless as I watched her suffer and nearly die in my hands. I couldn't do anything then, but today, with courage, I come to cross the threshold.
The interior of the house reveals itself to me, neglected and full of dust, matching the emotional destruction my family endured for years. The furniture in the same positions, covered with white sheets with some mold stains, while the peeling walls exude an aura of abandonment. The stale air fills every corner with mystery.
I sense something is wrong. I can't shake off the feeling around my neck as if someone is watching me. This revelation chokes me, and worst of all, it paralyzes me in the middle of the living room. My heart beats strongly. Suddenly, my eyes catch a pair of gleams reflecting from the darkness.
An animal emerges from the shadows, larger than normal. The gleams were its bulging, red eyes, seeming to burn with great fury. The chilling opening of its mouth reveals sharp teeth. Adrenaline courses through my veins, and my survival instinct kicks in. Before my eyes: a rat.
The rodent lunges at me with bestial ferocity. I defend myself quickly, instinctively dodging its sharp claws. Time passes in a struggle of life and death, each of us fighting for victory.
Finally, I escape the giant animal and rush out of the house with my clothes torn. I get into the car and look in the rearview mirror. It is then that I see the rat standing on the porch, beginning to transform.
The animal, in a nightmare metamorphosis, becomes the man who tortured my mother. His hunched figure and sadistic gaze bring me back to the past I thought was buried. I can't believe what has happened. Horror overwhelms me, and the flight becomes an internal struggle, but I must keep my sanity.
Far from that real or fantasy nightmare, the unexpected outcome has trapped me in a traumatic memory. The house, now guarded by the inhuman man, has turned into a terrifying prison.
The screams of my mother, the fear, and the frustration, all return to haunt me. The house is a constant reminder of the terrible events I witnessed, and the guilt won't let me be at peace.
It's sad to know that home is trapped in a vice from which I cannot escape. The being that was once a rat and now has a human form smiles with satisfaction while its malignant presence dominates everything.
I will never return. So ends my tale, in a tragic and sinister tone. The past returns, not to heal wounds but to open new ones, deeper and more terrifying. In my dreams, the story repeats, trapping me in an eternal nightmare I will never forget.
Me disfrute leyendo esta historia. Muy buena la narrativa, envuelve en la oscuridad que le imprimiste a la trama. Muy buen trabajo.
Excelente tarde.
Saludos @rinconpoetico7, me complace que esta corta narrativa te haya gustado. Agradezco tu visita y comentario. Abrazos.
Está bueno el cuento, me gustó. ya siguiéndote.
Hola @mostrorobot, gracias por lee, comentar y seguir mi cuenta. Bendiciones y abrazos.
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