Hispaliterario 30/ Más que una carta de Navidad...// More than a Christmas letter...[esp. / eng.]

avatar

“El tiempo tiene sentido cuando logramos ver lo que oculta el corazón…”

¡Saludos a todos! La navidad es una época para observar un poco más allá de lo que nos oculta el corazón. Agradezco a @hispaliterario por esta nueva invitación que toca ese tema: las fiestas decembrinas. "Más que una carta de Navidad...", nos sumerge en una emotiva narrativa de un padre que armó un árbol especial para su hijo discapacitado. La historia da un giro inesperado cuando la carta al niño Jesús, escrita por el niño, revela un deseo conmovedor. Les invito a leer esta historia llena de amor, esperanza y magia navideña y comparte tus comentarios.

Hago extensiva para que participen en esta iniciativa a @aibi93 y a @lonaican. Enlace del post de invitación:Click aquí

Fuente

Más que una carta de Navidad…

Me siento solo en el sofá, contemplando el árbol de Navidad que armé con esmero para mi hijo. A pesar de su discapacidad, la sonrisa siempre iluminaba su rostro. Hace dos años, un 23 de diciembre, tuvo complicaciones de salud y no pudo regresar del hospital. Murió en mis brazos sin abrir su regalo de Navidad. Fue un golpe devastador que aún resuena en mi alma.

Desde entonces, la tristeza y el vacío se han apoderado de mí. No hay ánimo para celebrar nada, ni siquiera para vivir. El árbol de Navidad es el último vínculo visible que tengo con él.

Aún no puedo creer que Alex nos haya dejado. Su carta yace aún sobre el árbol sin que nadie lo tocara, Al pie del árbol aguarda su regalo envuelto con papel rojo y verde, dejado como testamento de un amor eterno.

Esta noche, mientras concluyo la decoración, mis ojos se posan en el papel lleno de polvo: su carta. La tomo entre mis manos temblorosas y comienzo a leer las palabras escritas por mi pequeño.

"Querido niño Jesús

Te escribo para pedirte un favor muy especial. Sé que eres bueno y que puedes hacer milagros. Solo quiero uno: poder caminar. No por mí, sino por papá. Él se esfuerza tanto por cuidarme, llevarme al colegio, al médico y al parque.. Me dice que me quiere mucho, y yo también lo quiero a él. Pero, está triste. Sufre por mí, quiere que yo fuera como los demás niños. Te pido la oportunidad de caminar, aunque sea por un momento, para poder abrazarlo y decirle que todo va a estar bien, que no se preocupe por mí, que yo soy feliz. Ese sería el mejor regalo de Navidad que me podrías dar y que yo le podría dar a él. Gracias, niño Jesús.

Alex"

Tras leer la carta, las lágrimas se tornan incontrolable. No puedo creer lo que acabo de descubrir. Mi hijo solo quería mi felicidad sin importar la suya. ¿Cómo no me di cuenta de su deseo? Alex sabe que lo di todo por él.

De repente, siento algo sobre mi hombro. Lo miro, es una mano pequeña. A su vez lo acompaña una voz que susurra en mi oído, mientras una presencia cálida invade mi corazón. Es él, mi hijo, mi Alex. Su figura se materializa frente a mí. Lo miro y lo veo sonreír, con ojos chispeantes y su pijama de superhéroes favorita. Me dice:

"Aquí estoy. He venido a verte. Mira, puedo caminar. El niño Jesús me lo concedió. Estoy libre de medicamentos y no tengo dolor. Estoy bien, papá. Y tú también debes estar bien. No llores por mí. Siempre estaré contigo, en tu mente, en tu alma, en tu corazón. Feliz Navidad. Te quiero mucho, papá."

Estoy atónito, sin palabras ni acciones. Solo lo abrazo, lo beso, para sentir su presencia. Este momento es el mejor regalo de Navidad que he recibido y experimentado.

Alex comienza a caminar por la habitación, saltando y corriendo lleno de alegría.

"Papá, las Navidades son para celebrar", me dice. "No para estar triste."

Las palabras de Alex resuenan en mi corazón. Pero, como estar feliz sin su presencia. Ahora entiendo su grandioso mensaje. Las Navidades son para estar con la familia y los amigos, para compartir y disfrutar.

Abrazo a Alex y le digo: "Te amo, hijo."

Todo se dio gracias a la carta de Alex. Mi corazón se detuvo por segundos. Mi hijo se aleja lentamente lo envuelve una luz incandescente y desaparece detrás del árbol.

Es el momento más difícil y doloroso porque no quería que se fuera. Cierro los ojos, la aceptación es mi calma. Nunca olvidaré lo sucedido con Alex. Su carta se convirtió es un mensaje de amor que trasciende el tiempo y la distancia.

Agarro la estrella y la coloco en el tope del árbol. Lloro. No puedo tener a Alex aquí, pero me ha devuelto la alegría y la fe en la magia de la Navidad…

Fuente

J.R.M.(@siondaba)


Gracias por leer. Hasta la próxima.



English Version


“The time makes sense when we manage to see what the heart hides...”

¡Greetings everyone! Christmas is a time to look a little beyond what the heart conceals. I appreciate @hispaliterario for this new invitation that touches on the theme of the December festivities. "More than a letter for Christmas..." immerses us in an emotional narrative of a father who crafted a special tree for his disabled son. The story takes an unexpected turn when the letter to baby Jesus, written by the child, reveals a touching desire. I invite you to read this story full of love, hope, and Christmas magic, and share your comments.

I extend an invitation for @aibi93 and @lonaican to participate in this initiative. Invitation post link:Click Here

Fuente

More than a Christmas letter...

Alone on the sofa, I gaze at the Christmas tree I carefully crafted for my son. Despite his disability, his smile always illuminated his face. Two years ago, on December 23, health complications prevented him from returning home. He died in my arms, without opening his Christmas gift—a devastating blow still echoing in my soul.

Since then, sadness and emptiness have consumed me. No enthusiasm for celebration or even living remains. The Christmas tree is the last tangible connection I have with him.

I still can't believe Alex left us. His untouched letter rests on the tree; at its base, his gift wrapped in red and green, a testament to eternal love.

Tonight, while finishing decorations, my eyes land on the dusty paper: his letter. I take it with trembling hands and read his heartfelt words.

"Dear Baby Jesus

I'm writing to ask for a very special favor. I know you're good and can work miracles. I want just one: to walk. Not for me but for Dad. He tries so hard to care for me, take me to school, the doctor, and the park. He says he loves me a lot, and I love him too. But he's sad. He suffers for me, wishes I were like other kids. I ask for the chance to walk, even for a moment, to hug him and assure him everything will be okay, that he shouldn't worry about me because I'm happy. That would be the best Christmas gift you could give me and that I could give him. Thank you, Baby Jesus.

Alex"

After reading, tears become uncontrollable. I can't believe what I've discovered. My son only wanted my happiness, disregarding his own. How did I not notice his wish? Alex knows I gave everything for him.

Suddenly, I feel something on my shoulder. I look—it's a small hand. Simultaneously, a voice whispers in my ear, a warm presence envelops my heart. It's him, my son, Alex. His figure materializes before me. I look at him, and he smiles with sparkling eyes in his favorite superhero pajamas. He says:

"I'm here. I've come to see you. Look, I can walk. Baby Jesus granted it. I'm free from medication and pain. I'm fine, Dad. And you must be fine too. Don't cry for me. I'll always be with you, in your mind, in your soul, in your heart. Merry Christmas. I love you, Dad."

I'm stunned, speechless. I just embrace and kiss him to feel his presence. This moment is the best Christmas gift I've received and experienced.

Alex begins to walk around the room, jumping and running with joy.

"Dad, Christmas is for celebrating," he says. "Not for being sad."

Alex's words resonate in my heart. But how to be happy without his presence? Now I understand his profound message. Christmas is for being with family and friends, for sharing and enjoying.

I hug Alex and say, "I love you, son."

All thanks to Alex's letter. My heart stops for a moment. My son slowly fades into an incandescent light behind the tree.

It's the most difficult and painful moment because I didn't want him to go. I close my eyes; acceptance is my solace. I'll never forget what happened with Alex. His letter became a message of love transcending time and distance.

I grab the star and place it atop the tree. I cry. I can't have Alex here, but he has restored my joy and faith in the magic of Christmas...

Fuente

J.R.M.(@siondaba)


Thank you for reading. Until next time.




0
0
0.000
10 comments
avatar

Página 2.png

From Venezuela, our witness drives decentralization and the adoption of Web3 technology, creating opportunities for the local community and contributing to the global ecosystem. // Desde Venezuela, nuestro testigo impulsa la descentralización y la adopción de la tecnología Web3, generando oportunidades para la comunidad local y contribuyendo al ecosistema global.


Sigue, contacta y se parte del testigo en: // Follow, contact and be part of the witness in:

Hive
Discord
Twitter
FanBase
Trail
Delegaciones: 10 - 50 - 100 - 500

Vota por el testigo @Hispapro // Vote for the @Hispapro witness

Keychan - Hive.blog - Ecency - Peakd

0
0
0.000
avatar

Un giro bastante inesperado en la vida del padre pero que no me llega por el echo de, porque esperar dos años para leer la carta dejada por el niño. Aun asi, es una historia conmovedora y que despierta muchas emociones. Excelente.

0
0
0.000
avatar
Saludos, @fragozar01. Gracias por tu visita y comentario. Comparto contigo una historia real. Por razones laborales, llegué a interactuar con padres que, por alguna razón de la vida, perdieron a sus hijos antes de lo previsto (decisión de Dios). En esos encuentros, nunca entendí por qué ellos (los padres) dejaron todo lo perteneciente a sus hijos intacto: camas, muebles, cuadernos, cepillos, peluches, pues todo. Traté en lo profundo de entenderlos, y me tocó decirles que era hora de dejarlos ir, ya que a ellos no les gustaría ver a sus seres queridos sufriendo de por vida. Recordemos que la vida es única y los que estamos aquí debemos seguir adelante hasta que Dios lo permita. No es fácil, amigo.

Ahora bien, que un padre haya esperado dos años para tocar algo que su hijo escribió en su momento, lo aprendí de la propia vida, que puede pasar, y que haya regresado ese ser de luz para enseñarle que la vida tiene que continuar, personalmente, creo en eso...

Abrazos...

0
0
0.000