"Creo en el niño Jesús, mi relato personal"/"I believe in the baby Jesus, my personal story" (ESP/ENG)

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“Quien tiene fe jamás andará a oscuras en la vida…”

Saludos a todos. “Creo en el niño Jesús, mi relato personal”. Es un cuento que los llevará al corazón de la tradición navideña. Experimenten en forma breve mi aventura para conservar la ilusión del niño Jesús, superando obstáculos inesperados. Descubran cómo la generosidad y la fe hacen que lo imprevisible haga realidad los sueños más anhelados. ¡Es una historia verdadera que refleja el verdadero espíritu navideño…Lee y comenta.

Imagen creada por AI de Cami

Creo en el niño Jesús, mi relato personal.

A mis 61 años de edad, aún sigo creyendo en el niño Jesús. En mi infancia mis cuatro hermanos y yo disfrutábamos las navidades como todos con la ilusión de recibir el preciado regalo de navidad.

El 24 de diciembre nos vestíamos tempranos y salíamos a explotar cohetes y raspar saltapericos, gozábamos un bolón y nuestros padres solo nos miraban para evitar cualquier accidente que en las fechas decembrinas eran cotidianos.

Pero a eso de las 9 de la noche, mientras otros apenas salían a dormir nosotros nos acostábamos temprano para darle oportunidad al niño Jesús colocaran de colocar los regalos debajo del arbolito en un rincón de la sala.

Al otro día el primero que se despertara tenía la tarea de buscar a los otros. Corríamos descalzos y semidesnudos a la sala. Cada regalo tenía el nombre de nosotros. Los destapábamos y pasábamos ese 25 de diciembre sin oler el guarapo de panela que nos acostumbraba a tomar la abuela.

Bonitos recuerdos, pero llegó el día en que crecimos y formamos familias. Me pregunté muchas veces qué tendría que hacer para no romper la tradición del regalo del Niño Jesús.

En unas navidades mi hijo Jorge tenía 5 años, mi felicidad era que a esa edad él creía en el niño Dios. Así que esperaba con ansias la llegada del 24 para acostarse temprano y al siguiente día destapar su regalo.

Imagen creada por AI de Cami

Lo difícil vino después porque Jorge le pidió al niño Jesús una consola de juego llamada Gameboy. Y no tenía los recursos para adquirirla nueva así que busqué una de segunda mano y la conseguí por medio de una compañera de trabajo, la única condición que imponía era su cancelación de inmediato porque con ese dinero ella le compraría el regalo a uno de sus hijos.

Trabajaba en otra ciudad y llegó la fecha de regresar y aun no tenía el dinero completo para comprar el aparato, recuerdo que ese día mi amiga me llamó varias veces a mi extensión telefónica pero nada solo le decía que se esperara un momento.

Comencé a sudar, mi corazón latía fuertemente, cómo llegarle al hijo sin su regalo, cómo se lo explicaría, el estrés me envolvió. Yo creo en el niño Jesús y él no me podía fallar. Recuerdo que me faltaban 365 bolívares. Llamé a varios para que me lo prestaran y nada cada quien tenía sus dificultades económicas. Llegando la hora de la salida me senté frente al escritorio cerré los ojos y medité la situación.

Aplaqué mi corazón en ese momento, cuando alguien tocó a la puerta, adelante, le dije. Era un socio que tenía años sin verlo. Sonriente se sentó frente a mí y dijo” pasaba frente del edificio y recordé que tenía una deuda pendiente con usted. Quedé sin respiración, yo solo lo escuchaba.

“Creí oportuno saldar esa deuda, aquí tiene y me disculpa la tardanza, eran 365 bolívares. Gracias por todo.” El socio notó mi silencio, sin embargo con una sonrisa se levantó y se fue.

Con el dinero en mis manos solo me quedó llorar porque el niño Jesús sí existe y hasta hoy sigo creyendo en él…

Imagen creada por AI de Cami

J.R.M.(@siondaba)


Gracias por leer. Hasta la próxima.



English Version


“Who has faith will never walk in darkness in life…"

Greetings, everyone. "I believe in the baby Jesus, my personal story." It's a tale that will take you to the heart of Christmas tradition. Experience briefly my journey to preserve the illusion of baby Jesus, overcoming unexpected obstacles. Discover how generosity and faith make the unpredictable come true. It's a true story reflecting the real Christmas spirit... Read and comment.

Imagen creada por AI de Cami

I believe in the baby Jesus, my personal story.

At 61 years old, I still believe in the baby Jesus. In my childhood, my four siblings and I enjoyed Christmas like everyone else, with the excitement of receiving the precious Christmas gift.

On December 24th, we would dress early and go out to explore fireworks and enjoy traditional holiday treats. Our parents would watch over us, trying to prevent any accidents that were common during the holiday season.

But around 9 in the evening, while others were just going to bed, we would go to sleep early to give the baby Jesus the opportunity to place the gifts under the little tree in a corner of the living room.

The next day, the first one to wake up had the task of finding the others. We would run barefoot and half-naked to the living room. Each gift had our name on it. We would unwrap them and spend that December 25th without smelling the panela guarapo that our grandmother used to make us drink.

Beautiful memories, but the day came when we grew up and started our own families. I often wondered what I would have to do to not break the tradition of the Baby Jesus' gift.

In one Christmas, my son Jorge was 5 years old. My joy was that at that age, he believed in the Baby Jesus. So, I eagerly awaited the arrival of the 24th for him to go to bed early and unwrap his gift the next day.

Imagen creada por AI de Cami

The difficult part came later because Jorge asked Baby Jesus for a gaming console called Gameboy. I didn't have the resources to buy it new, so I searched for a second-hand one and got it through a coworker. The only condition was an immediate payment, as she needed the money to buy a gift for one of her own children.

I worked in another city, and the time to return came, but I still didn't have the complete amount to buy the device. I remember that day my friend called me several times at my office extension, but all I could say was to wait a moment.

I started to sweat, my heart was pounding, figuring out how to face my son without his gift. Stress enveloped me. I believe in Baby Jesus, and he couldn't fail me. I was short of 365 bolívares. I called several people to borrow it, but everyone had their economic difficulties. As the time to leave approached, I sat at my desk, closed my eyes, and contemplated the situation.

I steadied my heart at that moment when someone knocked on the door. "Come in," I said. It was a business associate I hadn't seen in years. Smiling, he sat in front of me and said, "I was passing by the building and remembered I owed you money." I was breathless, just listening.

"I thought it was appropriate to settle that debt. Here you go, and I apologize for the delay. It's 365 bolívares. Thank you for everything." The associate noticed my silence, but with a smile, he stood up and left.

With the money in my hands, all that was left for me was to cry because Baby Jesus does exist, and to this day, I still believe in him...

Imagen creada por AI de Cami

J.R.M.(@siondaba)


Thank you for reading. Until next time.




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Nunca había escrito algo tan personal y que me haya movido el piso en aquellos tiempos. Gracias a la comunidad @es-literatos por su valioso apoyo. Mil bendiciones.

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