Entre la iluminación y la comunicación

Cuando empecé a utilizar una cámara profesional para tomar fotografías, todo cambió.

Como todos, estaba acostumbrado a las cámaras de foco fijo, esas en las que solamente tenías que encuadrar tu escena favorita y oprimir un botón, luego venía la tarea de llevarlo a revelar y hacer unas cuántas impresiones. Por supuesto que si la escena era nocturna, teníamos que usar unos cuadros que se llamaban flashes. Pero con la aparición de la cámara profesional las cosas eran diferentes, tuve que aprender a diferenciar entre las diferentes sensibilidades de película, entre las diferentes aperturas de lente y la velocidad de obturación. En cambio, las fotografías salían más bonitas, ya no era el foco fijo una limitación y una ventaja, ahora había que enfocar, y uno tenía la posibilidad de decidir que enfocar y que no, logrado mejores contrastes por enfoque y no nadamás por iluminación y tamaño.

Sin embargo esta hermosa historia no duró para siempre. Con la llegada de las cámaras digitales, para la mayoría de nosotros, todas esas cosas quedaron obsoletas. El Avance de la tecnología dejó algunos sin trabajo, incluso los que hacíamos fotomontajes en la ampliadora y efectos con telas y otros trucos de laboratorio, fuimos sustituidos por aplicaciones de manipulación de imágenes. Algunos nos adaptamos a lo nuevo, pero otros decidieron mejor dedicarse a otra profesión.

Así son las cosas cada vez más fácil y sin embargo la creatividad permanece. Por más que uno sepa utilizar las herramientas electrónicas, el trabajo de un profesional se nota. No es solo cuestión de que la foto se vea "clarita" está debe comunicar, debe inspirar, el enfoque y la iluminación correcta, en la mayoría de los casos, ahora es mérito de la cámara.

Por eso considero que las imágenes que comunican e inspiran son valiosas y bellas, sin importar que la iluminación no sea la mejor, sin importar que hallan sido incluso tomadas con celular. Pero bueno, esa es solo mi opinión.