El maestro

Un anciano veía videos graciosos en 3speak en su tablet nueva. Sonreía levemente tapándose la boca como si quisiera contener su alegría. Luego de un rato guardo la tablet en una pequeña mochila negra, cruzó los brazos y se dispuso a tomar una siesta.

Desde la banca que quedaba justo enfrente, un sujeto lo observaba, sus intenciones no eran nada buenas, quería apoderarse de la mochila con la tablet mientras el anciano dormía. Volteo hacia todas partes y se dispuso a cometer la fechoría, pero en el preciso momento que tocó la mochila, un grupo de guardias fuertemente armados apareció de la nada tomando al sujeto por sorpresa.

-Solo quería verla, se los juro-

-Por favor llevence a este sujeto y ensenñenle que no se le debe robarle al maestro-

Inmediatamente se lo llevaron del parque hasta una iglesia que no estaba muy lejos de ahí.

El sujeto no dejaba de temblar de miedo. Empezó a recordar todos los hermosos momentos que pasó con su familia, especialmente con hija para quien quería robar la tablet. Todo eso tal vez se acabaría...

Al fin le quitaron la funda de almohada que cubría su rostro. El lugar en el que estaba parecía un salón de clases, con paredes de ladrillo, seguridad en las ventanas y hasta un pizarrón verde.

-A ver señor, ponga las manos-

Le ordenó un sujeto enorme con una regla de treinta centímetros. Acto seguido le pegó fuertemente en las manos como si se tratara de un estudiante de primaria en los años setentas.

-Ahora va a escribir doscientos veces "No debo robarle al maestro-

Algo confundido y muy poco adolorido de las manos, el sujeto se dispuso a obedecer la orden.

Más tarde los ocho guardias entraron al salón bromeando entre ellos.

-Tantos guardias para cuidar a un anciano-

Exclamó el sujeto algo confundido

-Cuidarlo? Solo debemos evitar que se enoje-

-Porque? Que pasa si se enoja?-

-Nadie lo sabe, esas son las órdenes y hay que seguilas-

-Mientras nos paguen-

Jajajaja

-Si, pero no tienen curiosidad?-

En eso apareció un sujeto con bastante sobrepeso y una enorme cicatriz en el rostro

-Quieres saber lo que pasa?-

Le dijo al sujeto mientras habría una puerta que daba a una gran galería de nichos con osamentas

-Denle a este sujeto un arma y un traje gris Oxford, ha y una corbata guinda. Ahora trabaja con nosotros. Y ustedes, ya dejen lo de la escuelita-

-Por qué, el jefe dijo que tenía que aprender...-

-Escucha amigo, las armas no son para proteger al maestro, son para contenerlo-

No muy lejos de ahí el maestro terminaba de comerse un helado mientras una niña pequeña observaba la tablet que se asomaba de la pequeña mochila negra.

-Hola pequeña, te gusta mi tablet?-

-Si, yo quería una, pero mi padre está desempleado y me dijo que no podía comprarmela-

-Pues, puedes llevarte mi tablet si lo deseas-

-Gracias señor-

Dijo la pequeña mientras se alejaba alegremente con la pequeña mochila negra...