Ámame en todas las estaciones

Ámame, en el verano de mi vida... Cuando mis pasiones estén a flor de piel y el sol de mis deseos caliente y derrita todos tus fríos inviernos...

Cuando mi luz interna ilumine por largas horas, cuando la noches sean cortas y casi no veas oscuridad en mí, cuando con mi presencia dé vida a los que me rodean...

Ámame, en la primavera de mi vida... Cuando mi vida y mi cuerpo sean fructíferos, cuando florezcan todos los colores de mi cuerpo, cuando dé a luz para ti muchos hijos, cuando mis brotes estén tiernos, delicados y verdes...

Cuando germine de la nada proyectos, cuando engendre y cumpla objetivos, cuando dé a luz infinidades de bondades y te colme de dulces frutos y olores primaverales...

Ámame, en el otoño de mi vida, cuando me inunde un fresco y constante aire tibio, cuando las hojas de mi vida comiencen a caer y menguar, cuando los verdores se transformen en sequedades...

Cuando se acerque más y más la oscuridad a mi vida, cuando las noches sean más largas, cuando paulatinamente se asomen las gotas de lluvia y sean pocas las plantas verde que sobrevivan en mi corazón...

Ámame, en el invierno de mi vida, cuando todo sea muy frío y se congelen todos los sentimientos, cuando solo broten de mis ojos torrentes de lluvia temprana y se escarchen los sueños...

Cuando solo haya una gran tempestad de viento imparable en mi interior, cuando no haya retoños, frutos o flor... Cuando los días sean muy cortos y me inunde la oscuridad interna...

Ámame en el invierno de mi vida, porque será en la estación que más te necesitaré, querré tener cerca tu calor...

Ámame, así, en cada estación... Porque cada una de ellas de vida a algo, son los matices que generan cambios.

Ámame, que yo te amaré a pesar del frío, el calor, el viento y la sequedad... Te amo y no importa en qué estación de mi vida esté, yo, no te dejaré de amar.