Inocencia o Destino / Innocence or Destiny
Las experiencias paranormales en ocasiones son descritas como algo aterrador, y no están lejos de la realidad sin embargo la mayoría de estas les ocurren a personas que esperan ver un fantasma o divisar como algo levita por sí solo.
Pero -- ¡yo considero que el suspenso sin alivio y la incertidumbre del no saber es mucho más terrorífico que ver algún ente paranormal o extraterrestre, ya que por lo menos de esta forma sabes a que te enfrentas! --.
La experiencia que les contaré dejo marcado a Diego por mucho tiempo, que lo recuerda como lo más terrorífico de su vida. Sucedió hace mucho tiempo cuando el señor diego solo tenía diez años de edad.
En aquel tiempo él iba constantemente a la casa de sus abuelos a visitarlos, Vivían en un pueblo que no tenía más de trescientos habitantes, en el estado Yaracuy en Venezuela aun así sus abuelos Vivían en una pequeña hacienda a las afueras de dicho pueblo más o menos a quince minutos de distancia, las leyendas y relatos de las personas del lugar de carácter paranormal son comunes en aquellos pueblos de ese estado.
Y muchas personas dicen haber visto toda clase de criaturas, espantos y apariciones en sus linderos y fronteras desde: (ovnis, duendes y hadas, hasta brujas, chupacabras, demonios y vampiros, etc.).
A pesar de tener una corta edad diego, si creer en alguna de todas estas historias, jamás fue testigo de alguna hasta ese día. Digo una vez me comento directamente que Siempre que iba a visitar a sus abuelos:
-- ¡Rogaba por no me tocara experimentar uno de esos sucesos trágicos de índole paranormal, aunque pensar en ello, le parezca emociónate presencia algo no muy común y fuera de la rutina monótona de la tranquilidad de la vida en el rancho le puede parecer cautivador a muchos, debo agregar, por aquel entonces en mi inocencia juvenil, no pensaba mucho en ello, pero si estaba en el frenesí de la juventud y el juego, explorar cada arbusto, riachuelo, loma, matorral y copa de árbol como cualquier niño a esa edad!— Me comento Diego sonriendo, mientras me relataba a detalle lo que les narraría hoy.
La casa de los abuelos de Diego carecía de luz eléctrica, y por ello él le tenía un especial recelo a toda la propiedad en horas la noche, ya que era imposible divisar algo en el exterior de la casa en las noches sin luna llena. Y aparte de esto la neblina densa era muy común en aquella región, esto no hacía más que empeorar las cosas, en todas las ocasiones que Diego visito a sus abuelos dormía en una de las habitaciones de la planta superior que tenía el techo de láminas de zinc rojo, ya que el techo anterior de madera había sido removido por lo viejo la estructura; y esto hacía que escuchar los ruidos de la noche y de los animales a lo lejos se hacía muy sencillo.
Ya entrando la noche Diego, intentaba evitar no ir en ningún lado fuera de su cama, e incluso evitaba ir al baño pasado las once de la noche, después de escuchar una vez a sus abuelos afirmaban haber visto deambulando al mismísimo diablo montado en un caballo negro como la noche, ondeando al viento un sobrero llanero elegante de cuero negro, riéndose de las almas incautas que se cruzaban en su camino. Los días que aparecía por los pueblos de la región ya entrada la madrugada, siendo sus víctimas aquellos a los que no se le volvía a ver más por el pueblo o los alrededores, solo quedaban ropas chamuscadas y casa vacías como sí se fueran desvanecidos en fuego y azufre. Por lo que el pequeño Diego en las noches vigiaba por todos lados hasta quedarse dormido.
Una de las cuantas noches en las que fue de visita, Diego se preparaba para dormir sus abuelos le dieron las buenas noches, después de un largo día ayudándolos en el rancho y terminado sus tareas escolares de vacaciones, donde su única recompensa era descansar y jugar unas cuantas horas antes de que anocheciera en el parque cerca del samán. Que estaba a unos veinte metros del patio posterior de la casa, el cual su abuelo y su padre había fabricado para el papá de Diego cuando aún era un pequeño para que jugara, ese árbol era mucho más viejo que la casa y de la permanencia de la familia de Diego en la propiedad, al cual le colgaban de una de sus ramas dos cuerdas ya rotas y carcomida como si hace años hubo un columpio en ellas, echo con unos listones de madera o un viejo caucho, que ya estaban algo elevadas del suelo debido al crecimiento durante años del gran y viejo árbol.
Esa noche después de darle las buenas noches sus abuelos fueron a su habitación, en la plata baja de la casa, el niño intentando conciliar el sueño tratando de pensar quién pudo haber colocado esas cuerdas, esa noche en específico estaba helando como ningún otra lo que le hacía algo complicado quedarse dormido.
Aunque intento calentase con dos sabanas, el frío era tal que comenzó a pensar para levantarse he ir a buscar algo con que calentarse un poco más, pero justo en ese instante comenzó a escuchar un tintineo que se empezó a incrementarse más y más. Parecía como si un objeto de metal golpeara una superficie de roca sólida violentamente.
Diego quiso encontrarle sentido a ese sonido, y parecía que era el balde grande de peltre con el que se sacaba agua del pozo en el patio.
Había algo en el ambiente esa noche que le daba una mala sensación, así como cuando alguien o algo te ve y se te erizas los sentidos, el niño pensó que quizás sería el viento que esa noche soplaba bruscamente o que todo era producto de su imaginación, aunque la pesada cubetas seguía sonado azotada contra la piedra furiosamente, como si alguien lo estuviera azotando más y más seguido.
Si le pareció extraño que sus abuelos por semejante ruido violento contra las piedras del pozo no los despertara, Diego se levantó de la cama e intento asomarse por la ventana del cuarto para ver si podía divisar algo. Pero la niebla y la oscuridad no se lo permitían, cuando otro ruido anexo al ya mencionado empiezo a escucharse esta vez, se trataba de algo que corría de un lado al otro con pisadas muy rápidas como si fueran la de un perro, pero algo distintas como si se tratase de algo mucho más veloz que un simple animal de granja, se escuchaban afuera de la cerca recorriendo todo el perímetro de la propiedad.
Entonces pensó que se trataría de algún animal salvaje que pasaba por allí, ya que eso era perfectamente normal en esa región y más si estaban algo alejados de otras casas del pueblo, pero era extraño que llegaran a esas horas de la noche. Nuevamente intento no pensar en ello para intentar calmarse y dormir, pero de repente aquel sonido de pisadas corriendo empezaron a escucharse dentro de la casa y no era posible que aquello que corría se metieran así tan fácilmente, ya que él estaba seguro de que sus abuelos cerraban muy bien con candados todas las puertas y ventanas, pero sin duda aquellas pisadas se escuchaban en el corredor de abajo. Diego no supo que hacer en ese momento, aunque su curiosidad le decía que fuera a echar un vistazo a ver si era alguna clase de animal que encontró por donde meterse a la casa, pero su instinto le decía que no lo hiciera.
--¡Podría ser un simple animal salvaje y si no lo era y si era algo más, algo desconocido! -- pensó Diego.
Mientras pensaba todo esto, aquel sonido se acercó más y más hasta que fuese lo que fuese que provocara aquel ruido ahora se encontraba afuera de la puerta de su habitación, lo cual por el susto se acostó en su cama de un solo salto desde la ventana y se arropó de pies a la cabeza mientas veía hacia la puerta por entre las sábanas que lo cubrían. La incertidumbre lo carcomía no sabe que había hay afuera, podría ser cualquier cosa sin embargo el sonido se detuvo abruptamente lo cual asusto mucho más a Diego, ya que no sabía dónde se encontraba ahora aquella cosa empezó a voltear a todos lado lleno de miedo esperando ver en cualquier instante algo emerger de la oscuridad de la habitación, pero pasaron minutos que se le hicieron interminables y simplemente no sucedió nada, creyendo que todo había pasado, y ya cuando se sintió un poco más aliviado, otro sonido perpetuo aquel silencio, esta vez era el de un relinche como el de un caballo que sonaba cerca muy cerca como si estuviera afuera de la ventana fuera del otro lado de la habitación de Diego.
Sus abuelos no tenían caballos en su propiedad, y que él supiera nadie más en las cercanías del rancho, mientras siguió sonado y parecía que venía de varios lugares a la vez como si aquella cosa pudiera teletransportarse de un lado al otro en cuestión de segundos, en ese momento deseó poder ver que eran todas esas cosas que ocasionaban esos ruidos uno más terrorífico que anterior.
Su mente aterrorizada trababa de buscarle una explicación lógica, siendo la incertidumbre de no saber lo que llenaba su mente de pánico y en ese momento otro sonido irrumpió siendo este el más horrible de todos el cual era el sonido de cadenas pesadas y oxidadas que se arrastraban afuera al igual que el sonido anterior parecía venir de todos lados, incluso hasta desde adentro de la casa pensó que quizás se trataba de alguno de mis abuelos despertado por los ruidos extraños en toda la propiedad. Pero ellos jamás salían a altas horas de la noche y menos sin una lámpara casera y de ser así él podría haberla visto desde su ventana. El sonido resonaba con tal furia que incluso lastimaba los tímpanos de Diego, quien se llevaba las manos a los oídos para tratar de menguar el sonido estruendoso, aunque cada vez se escuchaba más fuerte y cerca hasta que también los escucho afuera de su puerta. Espero que lo que se encontrara al otro lado entrara de pronto pero no fue así, mientras escuchaba como el metal oxidado de las cadenas rechíname y rozaban la madera de su puerta, y por un momento pudo ver una sobra que se veía por debajo de la rendija de la puerta, sus músculos estaban tan tesos que ni siquiera podía sentir el frío; sin saber que hacer en aquel momento y lo único que se le ocurrió fue rezar y así lo hizo mientras los minutos se le parecían eternos, y aquellos sonidos uno tras otro se fueron alejando cada vez más hasta desaparecer en el silencio de la noche.
Paranormal experiences are sometimes described as frightening, and they are not far from the truth, but most of them happen to people who expect to see a ghost or see something levitate on its own.
But -- I consider the suspense without relief and the uncertainty of not knowing to be much more terrifying than seeing a paranormal or extraterrestrial entity, since at least this way you know what you're up against! --.
The experience that I will tell you about left Diego marked for a long time, and he remembers it as the most terrifying thing in his life. It happened a long time ago when Diego was only ten years old.
At that time he was constantly going to his grandparents' house to visit them, they lived in a town that had no more than three hundred inhabitants, in the state of Yaracuy in Venezuela even so his grandparents lived in a small hacienda on the outskirts of the town about fifteen minutes away, the legends and stories of the local people of paranormal character are common in those towns of that state.
And many people claim to have seen all kinds of creatures, ghosts and apparitions in its borders (UFOs, goblins and fairies, to witches, chupacabras, demons and vampires, etc.).
In spite of his young age, Diego, if he believed in any of these stories, he had never witnessed any of them until that day. He once told me directly that whenever he went to visit his grandparents:
-- I prayed that I would not experience one of those tragic events of a paranormal nature, although the thought of it, may seem exciting to you, something uncommon and out of the monotonous routine of the tranquility of life on the ranch may seem captivating to many, I might add, back then in my youthful innocence, I did not think much about it, but I was in the frenzy of youth and play, exploring every bush, creek, hill, scrub and treetop like any child at that age! - Diego smiled as he told me in detail what he was going to tell you today.
Diego's grandparents' house lacked electricity, and for that reason he was especially suspicious of the entire property at night, since it was impossible to see anything outside the house on nights without a full moon. And apart from this the dense fog was very common in that region, this only made things worse, every time Diego visited his grandparents he slept in one of the rooms on the upper floor that had a red zinc sheet roof, since the previous wooden roof had been removed because of the old structure; and this made it very easy to hear the noises of the night and the animals in the distance.
As night fell, Diego tried to avoid going anywhere outside his bed, and even avoided going to the bathroom past eleven o'clock at night, after once hearing his grandparents claim to have seen the devil himself wandering around on a horse as black as the night, waving in the wind an elegant black leather plains hat, laughing at the unwary souls who crossed his path. On the days he would appear in the villages of the region in the early hours of the morning, his victims being those who never saw him again in the village or the surrounding area, only scorched clothes and empty houses were left as if they had vanished in fire and sulfur. So little Diego watched all around at night until he fell asleep.
One of the many nights when he was visiting, Diego was getting ready for bed his grandparents said good night to him, after a long day helping them on the ranch and finishing his vacation homework, where his only reward was to rest and play for a few hours before nightfall in the park near the saman tree. That tree was about twenty meters from the backyard of the house, which his grandfather and his father had made for Diego's dad when he was still a little boy to play, that tree was much older than the house and the permanence of Diego's family on the property, which hung from one of its branches two ropes already broken and decayed as if years ago there was a swing on them, made with wooden slats or an old rubber, which were already somewhat elevated from the ground due to the growth over the years of the big old tree.
That night after saying good night his grandparents went to his room, in the lower floor of the house, the boy trying to fall asleep trying to think who could have placed those ropes, that specific night was freezing like no other which made it somewhat difficult to fall asleep.
Although he tried to warm himself with two sheets, the cold was such that he began to think to get up and go to look for something to warm up a little more, but just at that moment he began to hear a tinkling sound that began to increase more and more. It sounded as if a metal object was hitting a solid rock surface violently.
Diego tried to make sense of the sound, and it sounded like it was the large pewter bucket being used to draw water from the well in the yard.
There was something in the atmosphere that night that gave him a bad feeling, like when someone or something sees you and your senses bristle, the boy thought that maybe it was the wind blowing sharply that night or that it was all a figment of his imagination, although the heavy bucket kept on whipping against the stone furiously, as if someone was whipping it more and more often.
If it seemed strange to him that his grandparents were not awakened by such a violent noise against the stones of the well, Diego got out of bed and tried to look out the window of the room to see if he could see anything. But the fog and the darkness did not allow him to do so, when he heard another noise next to the one already mentioned, this time it was something running from one side to the other with very fast footsteps as if they were those of a dog, but something different as if it were something much faster than a simple farm animal, they could be heard outside the fence running around the perimeter of the property.
Then he thought that it would be some wild animal passing by, since that was perfectly normal in that region and more if they were somewhat distant from other houses in the village, but it was strange that they came at that time of night. Again he tried not to think about it to try to calm down and sleep, but suddenly the sound of running footsteps began to be heard inside the house and it was not possible that those running could get in so easily, as he was sure that his grandparents locked all the doors and windows very well with padlocks, but without doubt those footsteps were heard in the corridor below. Diego didn't know what to do at that moment, although his curiosity told him to go take a look to see if it was some kind of animal that found its way into the house, but his instinct told him not to do it.
--It could be a simple wild animal and if it wasn't and if it was something else, something unknown! -- Diego thought.
As he thought all this, that sound came closer and closer until whatever it was that caused that noise was now outside the door of his room, and out of fright he jumped down on his bed from the window and tucked himself in from head to toe as he looked at the door through the sheets that covered him. Uncertainty gnawed at him, he didn't know what was out there, it could be anything, however the sound stopped abruptly which scared Diego even more, since he didn't know where he was now, he started to turn to all sides full of fear, expecting to see something emerge from the darkness of the room at any moment, But minutes went by and nothing happened, believing that everything had passed, and when he felt a little more relieved, another sound perpetuated that silence, this time it was the sound of a neighing like a horse that sounded very close as if it was outside the window on the other side of Diego's room.
His grandparents had no horses on their property, and as far as he knew no one else in the vicinity of the ranch, as it continued to sound and seemed to come from several places at once as if that thing could teleport from one side to the other in a matter of seconds, at that moment he wished he could see what were all those things that caused those noises, one more terrifying than the previous one.
His terrified mind tried to find a logical explanation, being the uncertainty of not knowing what filled his mind with panic and at that moment another sound burst out being the most horrible of all which was the sound of heavy and rusty chains that dragged outside just like the previous sound seemed to come from everywhere, even from inside the house he thought that maybe it was one of my grandparents awakened by the strange noises throughout the property. But they never went out late at night and even less without a homemade lamp and if so he could have seen it from his window. The sound echoed with such fury that it even hurt Diego's eardrums, who put his hands to his ears to try to diminish the thunderous sound, although it was getting louder and closer until he also heard them outside his door. He hoped that whatever was on the other side would suddenly come in but it didn't, as he listened as the rusty metal of the chains squeaked and scraped against the wood of his door, and for a moment he could see an extra visible under the crack in the door, his muscles were so stiff that he couldn't even feel the cold; He could not know what to do at that moment and the only thing he could think of was to pray and so he did while the minutes seemed eternal, and those sounds one after the other went farther and farther away until they disappeared in the silence of the night.
Las experiencias paranormales en ocasiones son descritas como algo aterrador, y no están lejos de la realidad sin embargo la mayoría de estas les ocurren a personas que esperan ver un fantasma o divisar como algo levita por sí solo.
Pero -- ¡yo considero que el suspenso sin alivio y la incertidumbre del no saber es mucho más terrorífico que ver algún ente paranormal o extraterrestre, ya que por lo menos de esta forma sabes a que te enfrentas! --.
La experiencia que les contaré dejo marcado a Diego por mucho tiempo, que lo recuerda como lo más terrorífico de su vida. Sucedió hace mucho tiempo cuando el señor diego solo tenía diez años de edad.
En aquel tiempo él iba constantemente a la casa de sus abuelos a visitarlos, Vivían en un pueblo que no tenía más de trescientos habitantes, en el estado Yaracuy en Venezuela aun así sus abuelos Vivían en una pequeña hacienda a las afueras de dicho pueblo más o menos a quince minutos de distancia, las leyendas y relatos de las personas del lugar de carácter paranormal son comunes en aquellos pueblos de ese estado.
Y muchas personas dicen haber visto toda clase de criaturas, espantos y apariciones en sus linderos y fronteras desde: (ovnis, duendes y hadas, hasta brujas, chupacabras, demonios y vampiros, etc.).
A pesar de tener una corta edad diego, si creer en alguna de todas estas historias, jamás fue testigo de alguna hasta ese día. Digo una vez me comento directamente que Siempre que iba a visitar a sus abuelos:
-- ¡Rogaba por no me tocara experimentar uno de esos sucesos trágicos de índole paranormal, aunque pensar en ello, le parezca emociónate presencia algo no muy común y fuera de la rutina monótona de la tranquilidad de la vida en el rancho le puede parecer cautivador a muchos, debo agregar, por aquel entonces en mi inocencia juvenil, no pensaba mucho en ello, pero si estaba en el frenesí de la juventud y el juego, explorar cada arbusto, riachuelo, loma, matorral y copa de árbol como cualquier niño a esa edad!— Me comento Diego sonriendo, mientras me relataba a detalle lo que les narraría hoy.
La casa de los abuelos de Diego carecía de luz eléctrica, y por ello él le tenía un especial recelo a toda la propiedad en horas la noche, ya que era imposible divisar algo en el exterior de la casa en las noches sin luna llena. Y aparte de esto la neblina densa era muy común en aquella región, esto no hacía más que empeorar las cosas, en todas las ocasiones que Diego visito a sus abuelos dormía en una de las habitaciones de la planta superior que tenía el techo de láminas de zinc rojo, ya que el techo anterior de madera había sido removido por lo viejo la estructura; y esto hacía que escuchar los ruidos de la noche y de los animales a lo lejos se hacía muy sencillo.
Ya entrando la noche Diego, intentaba evitar no ir en ningún lado fuera de su cama, e incluso evitaba ir al baño pasado las once de la noche, después de escuchar una vez a sus abuelos afirmaban haber visto deambulando al mismísimo diablo montado en un caballo negro como la noche, ondeando al viento un sobrero llanero elegante de cuero negro, riéndose de las almas incautas que se cruzaban en su camino. Los días que aparecía por los pueblos de la región ya entrada la madrugada, siendo sus víctimas aquellos a los que no se le volvía a ver más por el pueblo o los alrededores, solo quedaban ropas chamuscadas y casa vacías como sí se fueran desvanecidos en fuego y azufre. Por lo que el pequeño Diego en las noches vigiaba por todos lados hasta quedarse dormido.
Una de las cuantas noches en las que fue de visita, Diego se preparaba para dormir sus abuelos le dieron las buenas noches, después de un largo día ayudándolos en el rancho y terminado sus tareas escolares de vacaciones, donde su única recompensa era descansar y jugar unas cuantas horas antes de que anocheciera en el parque cerca del samán. Que estaba a unos veinte metros del patio posterior de la casa, el cual su abuelo y su padre había fabricado para el papá de Diego cuando aún era un pequeño para que jugara, ese árbol era mucho más viejo que la casa y de la permanencia de la familia de Diego en la propiedad, al cual le colgaban de una de sus ramas dos cuerdas ya rotas y carcomida como si hace años hubo un columpio en ellas, echo con unos listones de madera o un viejo caucho, que ya estaban algo elevadas del suelo debido al crecimiento durante años del gran y viejo árbol.
Esa noche después de darle las buenas noches sus abuelos fueron a su habitación, en la plata baja de la casa, el niño intentando conciliar el sueño tratando de pensar quién pudo haber colocado esas cuerdas, esa noche en específico estaba helando como ningún otra lo que le hacía algo complicado quedarse dormido.
Aunque intento calentase con dos sabanas, el frío era tal que comenzó a pensar para levantarse he ir a buscar algo con que calentarse un poco más, pero justo en ese instante comenzó a escuchar un tintineo que se empezó a incrementarse más y más. Parecía como si un objeto de metal golpeara una superficie de roca sólida violentamente.
Diego quiso encontrarle sentido a ese sonido, y parecía que era el balde grande de peltre con el que se sacaba agua del pozo en el patio.
Había algo en el ambiente esa noche que le daba una mala sensación, así como cuando alguien o algo te ve y se te erizas los sentidos, el niño pensó que quizás sería el viento que esa noche soplaba bruscamente o que todo era producto de su imaginación, aunque la pesada cubetas seguía sonado azotada contra la piedra furiosamente, como si alguien lo estuviera azotando más y más seguido.
Si le pareció extraño que sus abuelos por semejante ruido violento contra las piedras del pozo no los despertara, Diego se levantó de la cama e intento asomarse por la ventana del cuarto para ver si podía divisar algo. Pero la niebla y la oscuridad no se lo permitían, cuando otro ruido anexo al ya mencionado empiezo a escucharse esta vez, se trataba de algo que corría de un lado al otro con pisadas muy rápidas como si fueran la de un perro, pero algo distintas como si se tratase de algo mucho más veloz que un simple animal de granja, se escuchaban afuera de la cerca recorriendo todo el perímetro de la propiedad.
Entonces pensó que se trataría de algún animal salvaje que pasaba por allí, ya que eso era perfectamente normal en esa región y más si estaban algo alejados de otras casas del pueblo, pero era extraño que llegaran a esas horas de la noche. Nuevamente intento no pensar en ello para intentar calmarse y dormir, pero de repente aquel sonido de pisadas corriendo empezaron a escucharse dentro de la casa y no era posible que aquello que corría se metieran así tan fácilmente, ya que él estaba seguro de que sus abuelos cerraban muy bien con candados todas las puertas y ventanas, pero sin duda aquellas pisadas se escuchaban en el corredor de abajo. Diego no supo que hacer en ese momento, aunque su curiosidad le decía que fuera a echar un vistazo a ver si era alguna clase de animal que encontró por donde meterse a la casa, pero su instinto le decía que no lo hiciera.
--¡Podría ser un simple animal salvaje y si no lo era y si era algo más, algo desconocido! -- pensó Diego.
Mientras pensaba todo esto, aquel sonido se acercó más y más hasta que fuese lo que fuese que provocara aquel ruido ahora se encontraba afuera de la puerta de su habitación, lo cual por el susto se acostó en su cama de un solo salto desde la ventana y se arropó de pies a la cabeza mientas veía hacia la puerta por entre las sábanas que lo cubrían. La incertidumbre lo carcomía no sabe que había hay afuera, podría ser cualquier cosa sin embargo el sonido se detuvo abruptamente lo cual asusto mucho más a Diego, ya que no sabía dónde se encontraba ahora aquella cosa empezó a voltear a todos lado lleno de miedo esperando ver en cualquier instante algo emerger de la oscuridad de la habitación, pero pasaron minutos que se le hicieron interminables y simplemente no sucedió nada, creyendo que todo había pasado, y ya cuando se sintió un poco más aliviado, otro sonido perpetuo aquel silencio, esta vez era el de un relinche como el de un caballo que sonaba cerca muy cerca como si estuviera afuera de la ventana fuera del otro lado de la habitación de Diego.
Sus abuelos no tenían caballos en su propiedad, y que él supiera nadie más en las cercanías del rancho, mientras siguió sonado y parecía que venía de varios lugares a la vez como si aquella cosa pudiera teletransportarse de un lado al otro en cuestión de segundos, en ese momento deseó poder ver que eran todas esas cosas que ocasionaban esos ruidos uno más terrorífico que anterior.
Su mente aterrorizada trababa de buscarle una explicación lógica, siendo la incertidumbre de no saber lo que llenaba su mente de pánico y en ese momento otro sonido irrumpió siendo este el más horrible de todos el cual era el sonido de cadenas pesadas y oxidadas que se arrastraban afuera al igual que el sonido anterior parecía venir de todos lados, incluso hasta desde adentro de la casa pensó que quizás se trataba de alguno de mis abuelos despertado por los ruidos extraños en toda la propiedad. Pero ellos jamás salían a altas horas de la noche y menos sin una lámpara casera y de ser así él podría haberla visto desde su ventana. El sonido resonaba con tal furia que incluso lastimaba los tímpanos de Diego, quien se llevaba las manos a los oídos para tratar de menguar el sonido estruendoso, aunque cada vez se escuchaba más fuerte y cerca hasta que también los escucho afuera de su puerta. Espero que lo que se encontrara al otro lado entrara de pronto pero no fue así, mientras escuchaba como el metal oxidado de las cadenas rechíname y rozaban la madera de su puerta, y por un momento pudo ver una sobra que se veía por debajo de la rendija de la puerta, sus músculos estaban tan tesos que ni siquiera podía sentir el frío; sin saber que hacer en aquel momento y lo único que se le ocurrió fue rezar y así lo hizo mientras los minutos se le parecían eternos, y aquellos sonidos uno tras otro se fueron alejando cada vez más hasta desaparecer en el silencio de la noche.
Paranormal experiences are sometimes described as frightening, and they are not far from the truth, but most of them happen to people who expect to see a ghost or see something levitate on its own.
But -- I consider the suspense without relief and the uncertainty of not knowing to be much more terrifying than seeing a paranormal or extraterrestrial entity, since at least this way you know what you're up against! --.
The experience that I will tell you about left Diego marked for a long time, and he remembers it as the most terrifying thing in his life. It happened a long time ago when Diego was only ten years old.
At that time he was constantly going to his grandparents' house to visit them, they lived in a town that had no more than three hundred inhabitants, in the state of Yaracuy in Venezuela even so his grandparents lived in a small hacienda on the outskirts of the town about fifteen minutes away, the legends and stories of the local people of paranormal character are common in those towns of that state.
And many people claim to have seen all kinds of creatures, ghosts and apparitions in its borders (UFOs, goblins and fairies, to witches, chupacabras, demons and vampires, etc.).
In spite of his young age, Diego, if he believed in any of these stories, he had never witnessed any of them until that day. He once told me directly that whenever he went to visit his grandparents:
-- I prayed that I would not experience one of those tragic events of a paranormal nature, although the thought of it, may seem exciting to you, something uncommon and out of the monotonous routine of the tranquility of life on the ranch may seem captivating to many, I might add, back then in my youthful innocence, I did not think much about it, but I was in the frenzy of youth and play, exploring every bush, creek, hill, scrub and treetop like any child at that age! - Diego smiled as he told me in detail what he was going to tell you today.
Diego's grandparents' house lacked electricity, and for that reason he was especially suspicious of the entire property at night, since it was impossible to see anything outside the house on nights without a full moon. And apart from this the dense fog was very common in that region, this only made things worse, every time Diego visited his grandparents he slept in one of the rooms on the upper floor that had a red zinc sheet roof, since the previous wooden roof had been removed because of the old structure; and this made it very easy to hear the noises of the night and the animals in the distance.
As night fell, Diego tried to avoid going anywhere outside his bed, and even avoided going to the bathroom past eleven o'clock at night, after once hearing his grandparents claim to have seen the devil himself wandering around on a horse as black as the night, waving in the wind an elegant black leather plains hat, laughing at the unwary souls who crossed his path. On the days he would appear in the villages of the region in the early hours of the morning, his victims being those who never saw him again in the village or the surrounding area, only scorched clothes and empty houses were left as if they had vanished in fire and sulfur. So little Diego watched all around at night until he fell asleep.
One of the many nights when he was visiting, Diego was getting ready for bed his grandparents said good night to him, after a long day helping them on the ranch and finishing his vacation homework, where his only reward was to rest and play for a few hours before nightfall in the park near the saman tree. That tree was about twenty meters from the backyard of the house, which his grandfather and his father had made for Diego's dad when he was still a little boy to play, that tree was much older than the house and the permanence of Diego's family on the property, which hung from one of its branches two ropes already broken and decayed as if years ago there was a swing on them, made with wooden slats or an old rubber, which were already somewhat elevated from the ground due to the growth over the years of the big old tree.
That night after saying good night his grandparents went to his room, in the lower floor of the house, the boy trying to fall asleep trying to think who could have placed those ropes, that specific night was freezing like no other which made it somewhat difficult to fall asleep.
Although he tried to warm himself with two sheets, the cold was such that he began to think to get up and go to look for something to warm up a little more, but just at that moment he began to hear a tinkling sound that began to increase more and more. It sounded as if a metal object was hitting a solid rock surface violently.
Diego tried to make sense of the sound, and it sounded like it was the large pewter bucket being used to draw water from the well in the yard.
There was something in the atmosphere that night that gave him a bad feeling, like when someone or something sees you and your senses bristle, the boy thought that maybe it was the wind blowing sharply that night or that it was all a figment of his imagination, although the heavy bucket kept on whipping against the stone furiously, as if someone was whipping it more and more often.
If it seemed strange to him that his grandparents were not awakened by such a violent noise against the stones of the well, Diego got out of bed and tried to look out the window of the room to see if he could see anything. But the fog and the darkness did not allow him to do so, when he heard another noise next to the one already mentioned, this time it was something running from one side to the other with very fast footsteps as if they were those of a dog, but something different as if it were something much faster than a simple farm animal, they could be heard outside the fence running around the perimeter of the property.
Then he thought that it would be some wild animal passing by, since that was perfectly normal in that region and more if they were somewhat distant from other houses in the village, but it was strange that they came at that time of night. Again he tried not to think about it to try to calm down and sleep, but suddenly the sound of running footsteps began to be heard inside the house and it was not possible that those running could get in so easily, as he was sure that his grandparents locked all the doors and windows very well with padlocks, but without doubt those footsteps were heard in the corridor below. Diego didn't know what to do at that moment, although his curiosity told him to go take a look to see if it was some kind of animal that found its way into the house, but his instinct told him not to do it.
--It could be a simple wild animal and if it wasn't and if it was something else, something unknown! -- Diego thought.
As he thought all this, that sound came closer and closer until whatever it was that caused that noise was now outside the door of his room, and out of fright he jumped down on his bed from the window and tucked himself in from head to toe as he looked at the door through the sheets that covered him. Uncertainty gnawed at him, he didn't know what was out there, it could be anything, however the sound stopped abruptly which scared Diego even more, since he didn't know where he was now, he started to turn to all sides full of fear, expecting to see something emerge from the darkness of the room at any moment, But minutes went by and nothing happened, believing that everything had passed, and when he felt a little more relieved, another sound perpetuated that silence, this time it was the sound of a neighing like a horse that sounded very close as if it was outside the window on the other side of Diego's room.
His grandparents had no horses on their property, and as far as he knew no one else in the vicinity of the ranch, as it continued to sound and seemed to come from several places at once as if that thing could teleport from one side to the other in a matter of seconds, at that moment he wished he could see what were all those things that caused those noises, one more terrifying than the previous one.
His terrified mind tried to find a logical explanation, being the uncertainty of not knowing what filled his mind with panic and at that moment another sound burst out being the most horrible of all which was the sound of heavy and rusty chains that dragged outside just like the previous sound seemed to come from everywhere, even from inside the house he thought that maybe it was one of my grandparents awakened by the strange noises throughout the property. But they never went out late at night and even less without a homemade lamp and if so he could have seen it from his window. The sound echoed with such fury that it even hurt Diego's eardrums, who put his hands to his ears to try to diminish the thunderous sound, although it was getting louder and closer until he also heard them outside his door. He hoped that whatever was on the other side would suddenly come in but it didn't, as he listened as the rusty metal of the chains squeaked and scraped against the wood of his door, and for a moment he could see an extra visible under the crack in the door, his muscles were so stiff that he couldn't even feel the cold; He could not know what to do at that moment and the only thing he could think of was to pray and so he did while the minutes seemed eternal, and those sounds one after the other went farther and farther away until they disappeared in the silence of the night.
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