Entrada al concurso de minicuentos maravillosos para niños y adolescentes/ Había una vez y no había una vez.

Giff de la página de Peak

Buenas noches @literatos, agradezco la oportunidad de este concurso, pues volví a conectarme con la práctica literaria del cuento en mi mente y recordé las bellezas que el imaginario puede hacernos sentir y escribir desde esa inspiración.

Me permito entonces presentarles mi minicuento maravilloso en honor a Wilhelm Grimm de su motivador concurso

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Había una vez y no había una vez

Luciérnaga era una doncella hermosa que paseaba todas las tardes por los caminos enredados de la oscuridad, ese era su paseo favorito, porque en la oscuridad ella resplandecía y ese era su momento preferido. Vivía con su madrastra la señora Polilla y además con otros dos primos que la amaban. Ellos eran Tábano y Abejorra.

Fuente

La tía Polilla tenía poco movimiento, Tábano vivía asustado y al que se le acercaba lo podía herir en defensa de su pensamiento que lo atormentaba creyendo que lo querían atacar y Abejorra siempre hacía mucho ruido al hablar y era pesada para volar, pero por eso mismo podía espantar, ellos a pesar de la tía, le tenían cariño a Luciérnaga. La tía polilla no le gustaba lo resplandeciente y le tenía prohibido ir a alumbrar en la oscuridad si lo hacia la llevaría a un orfanato ubicado en las afueras del mundo había una vez, justo donde no había una vez.

Era una noche sin luna y Luciernaga emocionada no tenía que buscar un lugar oscuro para resplandecer, ella a escondidas de su tía invito a su amiga Llibélula, para lucir sus galas en la oscuridad, al tiempo de que se guiaban y jugaban con el brillo de Luciérnaga.

Giff de la página de Peak

En ese paseo de repente entraron en un lugar cerrado en el que la dos se sintieron atrapadas, no era la oscuridad era pequeño, de pronto por un lado apareció la cara de un gigante, asomándose con la mirada fija en Luciérnaga.

Asustadas se acurrucaron en un rincón, de esa caja de cartón. Arrepentidas pensaron que ahora no solo la iban a enviar a no había una vez, sino que moría en manos del gigante.

Gif de la página de Peakd

El gigante enternecido por el brillo, acarició a Luciernaga, la colocó en su mano y comenzó a contemplarla. Ya se había hecho más tarde, por lo que Tábano y Abejorra salieron a buscar a Luciérnaga y la señora Polilla todavía sabía de su ausencia.

Su luz resplandeciente hizo que sus primos la vieran a lo lejos, al acercarse el miedo de Tábano lo hacía más grande y el ruido de Abejorra era cada vez mas ensordecedor, el gigante acariciaba a Luciérnaga con tanto amor que ella pudo mirarlo y en sus ojos se vio reflejada, por un momento pensó “soy yo misma y mi grandeza”, puedo ser noble, tierna y deslumbrarme también. El gigante mirándola fijamente le sonrió y aún más Luciérnaga supo de su capacidad de ser amiga. Libélula por su parte salió disparada de la caja, buscando distraer al gigante, éste desviando su mirada se dio cuenta que Abejorra lo atacaba con su ruido posándose con su pesadez en sus manos y Tábano lo atacaba.

[Fuente](https://cdn.pixabay.com/photo/2016/03/15/01/33/eye-1256701_1280.png)

Luciérnaga impedía el ataque, pero Tábano y Abejorra no entendían, en el forcejeo dejo de alumbrar y todos se detuvieron, con la calma todos en la contemplación a Luciérnaga miraron como abría sus ojos para encontrarse ahora nuevamente reflejada con la mirada de todos.

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Tomado de la página de Wod Counter

Creo en la mirada como el espacio del encuentro que disipa el miedo y calma las tempestades de esa emoción, nos salva, nos conecta a la vida con el ritmo del corazón y creo en la grandeza como unica vía que nos habita para ser seres con los propósitos más inesperados.

Imágenes de la página de Pixabay en su versión gratuita

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