Caricias en el alma
Detrás de cada historia que alguien cuenta,
se esconde siempre una distinta verdad.
Detrás de cada sonrisa dibujada en un rostro
con frecuencia hay un dolor que oprime el alma.
La copa de vino que alguien no quiso terminar,
la manzana a medio morder que alguien dejó allí,
ese largo camino a medio recorrer
y esa dolorosa lágrima que no termina de salir.
Rostros con lágrimas que no paran de
deslizarse por húmedas y ardientes mejillas;
Un paraguas que fue abierto para taparse
de una lluvia que jamás cayó del cielo.
En algún lugar alguien necesita borrar de la piel,
esa huella que otro le marcó con el alma;
Al diablo lo sigue condenando su historia
y aunque sus cuernos y rostro te asusten,
su pasado de gran belleza cautivó a muchos.
Estoy segura que la eternidad
olvidó que el amor era para siempre;
el arcoíris olvidó que debía salir luego de cada lluvia
y el sol no recuerda despertar algunas mañanas,
por eso las nubes oscuras llegan para recordarle
que hay siempre hay un nuevo amanecer.
Sé que cada final, no es más que un punto
y que cada página está repleta de letras y de signos
que podemos interpretar de mil maneras
y cada quien puede reescribir su propia historia.
Dios siempre seguirá estando allí, en cada página,
en cada punto, en cada palabra, en cada arcoíris,
en cada amanecer, en cada rostro, regalándonos
suaves caricias en el alma y cambiando
cada lágrima por una sonrisa.
Fuente de la foto: 1
https://twitter.com/Alochito/status/1490130646253113346
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