Nonfiction/She dreamed of being an astronaut (Eng/Esp)

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Flight log: In the second year of our mission, we must investigate what is happening on the planet Alpha 1 in the Alpha Centauri Galaxy. We have been sent a distress signal. We are going to enter the teleportation cabin.

"Mr. Zulu, give us the coordinates".

"They're ready, Captain Kirk".

"Mr. Spot, to find out what's going on, we need you to help us understand the inhabitants of the planet".

"At your command, Captain Kirk, let's hope they don't attack us".

"Dr. Mackoy, you are the mission doctor, you will also accompany us"

"I am ready, Captain Kirk".

The doors of the teleportation cabin open and the four members of the ship Enterprise enter to reach the planet to fulfill their mission.

Suddenly, a voice from outside the ship is heard in the cabin.

"Daughters, come eat, lunch is ready."

My mother is calling us and enters our room. She is surprised not to see us.

"Where they are hidden?"

My three sisters and I open the door of the large wooden closet in which we had squeezed ourselves in. In that instant we had been transported back to our reality from where our imagination had taken us. The game was over.

Star Trek was a very popular series from the 1960s-1970s, in which a spaceship's mission over the next five years was to explore new worlds. We watched it on TV and never missed an episode.

It was our favorite series along with "Lost in Space," which was also about space travel. It was the story of a family that got trapped in space traveling aimlessly when they lost communication with planet Earth.

My older sister was the biggest fan and dreamed of traveling to the stars. She would tell us that she wanted to be an astronaut, and we would follow her in her games where she was, without discussion, the captain of the ship and we were the crew members.

We could spend hours running or climbing on the beds and jumping into dusty red deserts, or enter dark caves under the bunks, where giant spiders lived or where we met the Venusian, green beings with two antennae on their heads.

These games were a lot of fun, although sometimes we suffered some falls as a consequence of letting ourselves be carried away by our imagination, without seeing the danger, like when we once got on an old wooden table that was in the yard of our house, there we placed another smaller table and on top of it a chair and on both sides of the chair, two cans where they sold powdered milk, all this in a somewhat dubious balance. We climbed up to the top and sat each one in her place, my older sister in the center.

We were the kings and princes of a faraway world, but we could not continue daydreaming because something we did not expect happened.

I don't know at what moment everything started to wobble, and the chair and the cans collapsed, and we fell to the ground. Thank God, there were no serious consequences other than a few scrapes on our arms and knees and a scolding from my mother, who had run scared when she heard our screams.

"You have to see that you invent and you daugther" she said pointing to my older sister, "you have to be more careful, you are the oldest and your sisters do everything you tell them.

My sister felt guilty at that moment because after she stopped crying because of the shock and washed us, my mom poured Merthiolate on our scratches and that really burned. But that didn't stop us from continuing in our games, we were just more careful not to fall down.

Until a moment came in our lives when we gradually stopped playing with my sister, as she grew older she began to be interested in other activities, and we continued with our more traditional games: hide and seek, ere, dolls and sports.

My sister's dream of being an astronaut and traveling in a spaceship encouraged her not only to imagine wonderful games, but also to read about the planets, galaxies and the universe and share that knowledge with us.

She was not able to fulfill that dream because life took her on other paths and other dreams. But she passed on to me that curiosity to know what lies beyond our planet, that desire to explore the unknown and to know that we are not alone.

My children also received from her those teachings because we had that closeness, and we shared together with our respective families and I also transmitted to them what I learned with her, that imagination has no limits and that we must not stop dreaming. My sister will surely smile at us from the stars.

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Bitácora de vuelo: en el segundo año de nuestra misión debemos investigar lo que está sucediendo en el planeta Alfa1 de la Galaxia Alfa Centauro. Nos han enviado una señal de auxilio. Vamos a entrar en la cabina de teletransportación.

—Señor Zulu, denos las coordenadas.

—Están listas capitán Kirk.

—Señor Spot, para saber qué está pasando, necesitamos que usted nos ayude a entender a los habitantes del planeta.

—A sus órdenes capitán Kirk, esperemos que no nos ataquen.

—Dr. Mackoy usted es el médico de la misión, también nos acompañará

—¡Estoy listo! , capitán Kirk.

Las puertas de la cabina de teletransportación se abren y los cuatro integrantes de la nave Enterpraise entran para llegar al planeta a cumplir su misión.

De repente, una voz proveniente del exterior de la nave es escuchada en la cabina.

—Hijas, vengan a comer, el almuerzo está listo"

Mi madre nos está llamando y entra a nuestra habitación. Se sorprende al no vernos.

—¿Dónde están?

Mis tres hermanas y yo abrimos la puerta del gran escaparate de madera en el cual habíamos entrado apretujadas. En ese instante habíamos sido transportadas a nuestra realidad desde el lugar en donde nuestra imaginación nos había llevado. El juego había terminado.

Star Trek, era una serie muy popular por los años 1960-1970, en la cual una nave espacial tenía como misión en los próximos cinco años explorar nuevos mundos. Nosotros la veíamos en la televisión y no nos perdíamos un capítulo. Era nuestra serie favorita junto con "Perdidos en el espacio", que también tenía que ver sobre viajes espaciales. Era la historia de una familia que quedó atrapada en el espacio viajando sin rumbo fijo al perder comunicación con el planeta Tierra.

Mi hermana mayor era la más aficionada a estos temas y soñaba con viajar a las estrellas. Ella nos decía que quería ser astronauta y nosotras la seguíamos en sus juegos donde ella era, sin discusión, la capitana de la nave y nosotras los miembros de la tripulación.

Podíamos pasar horas corriendo o trepándonos sobre las camas y brincando hacia desiertos rojos y polvorientos, o entrar a cuevas oscuras bajo las literas, donde vivían arañas gigantes o donde nos encontrábamos con los venusinos, seres de color verde con dos antenas sobre la cabeza.

Estos juegos eran muy divertidos aunque a veces sufríamos algunas caídas como consecuencia de dejarnos llevar por la imaginación, sin ver el peligro, como cuando en una oportunidad nos montamos sobre una mesa de madera vieja que había en el patio de nuestra casa, allí colocamos otra mesa mas pequeña y sobre esta una silla y a ambos lados de la silla, dos latas donde vendían la leche en polvo, todo esto en un equilibrio un poco dudoso. Subimos hasta arriba y nos sentamos cada una en su lugar, mi hermana mayor en el centro. Allí comenzamos a dejar volar nuestra imaginación.

Éramos los reyes y príncipes de un mundo lejano, pero no pudimos continuar soñando despiertas porque algo que no esperábamos ocurrió.

No sé en qué momento todo empezó a tambalearse, y la silla y las latas se vinieron abajo y nosotras caímos al suelo. Gracias a Dios, no hubo consecuencias graves más que unos raspones en brazos y rodillas y el regaño de mi mamá que había corrido asustada al escuchar nuestros gritos.

—¡Hay que ver que ustedes, si inventan! —y tú hija, dijo señalando a mi hermana mayor, —tienes que tener más cuidado, eres la mayor y tus hermanas hacen todo lo que tú les dices.

Mi hermana se sintió culpable en ese momento porque despues de dejar de llorar por el susto y lavarnos, mi mamá nos echó mertiolate en los raspones y eso si ardía. Pero eso no impidió que siguiéramos en nuestros juegos, solo tuvimos más cuidado de no caernos. Hasta que llegó un momento en nuestras vidas en que paulatinamente dejamos de jugar con mi hermana, ella al ir creciendo comenzó a interesarse por otras actividades y nosotras seguimos en nuestros juegos mas tradicionales: el escondite, la ere, las muñecas y los deportes.

El sueño de mi hermana de ser astronauta y viajar en una nave espacial la animaba no solo a imaginar juegos maravillosos, sino también a leer sobre los planetas, las galaxias y el universo y compartir con nosotras esos conocimientos.

Ella no logró cumplir ese sueño porque la vida la llevó por otros caminos y otros sueños. Pero me transmitió esa curiosidad por saber qué hay más allá de nuestro planeta, ese deseo de explorar lo desconocido y saber que no estamos solos.

Mis hijos también recibieron de ella esas enseñanzas porque matuvimos esa cercania y compartiamos juntas con nuestras respectivas familias y yo también les trasmití lo que con ella aprendí, que la imaginación no tiene límites y que no debemos dejar de soñar. Mi hermana seguramente nos sonreirá desde las estrellas .

La traducción al inglés la realicé en www.deepl.com.