Hispaliterario 40/El pavo (Esp/Eng)

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Es su primera Navidad lejos, muy lejos de su familia, lejos de su tierra. Camina por la playa oscura donde la bruma llega hasta las embarcaciones que descansan de la pesca, ancladas cerca del muelle.

Ya está atardeciendo y las gaviotas alborotan el lugar graznando sobre el pescado que se está descargando sobre el hielo que brilla ante los últimos rayos de sol.

–¡Hola Miguel! ¿para donde vas?

–¡Epa Julian!. Me voy a comer un pescado frito donde doña Carmen y luego me voy a descansar. Tengo el cuerpo molido.

–Esta noche nos vamos a reunir varias familias a celebrar la navidad, ven con nosotros.

–Gracias pero no tengo mucho ánimo.

–Bueno si te decides vamos a estar en el callejón.

Pero Miguel solo piensa en lo que dejó atras, la nostalgia invade su mente y su corazón. Se imagina a su madre y a sus hermanas que a esta hora estaran haciendo las hallacas y el pan de jamón para la cena. Puede ver sus rostros amados y escuchar sus risas y aunque sabe que van a llamarlo para contarles lo que están haciendo y tambien para saber que él esta bién, eso no lo ayuda a sacar la tristeza. Su madre querra saber detalles. Con quién estaras, que vas a comer y le dira con su voz dulce Donde quieras que estes hijo, siente alegria en tu corazón y agradece a Dios por todo lo bueno que llega a tu vida

Miguel voltea a ver el mar y lo compara con ese recuerdo que lleva muy adentro. Ese azul intenso, ese olor inconfundible, esas aguas cálidas que lo mecen. No hay como el mar Caribe, piensa.

Luego de comer pasa por la unica panadería del pueblo a tomarse un cafè y ve mas personas de lo normal, reunidas dentro y fuera del local.

–Están haciendo una rifa, –le dice una de las vendedoras de pescado. Anda a agarrar un número.

–¿Y que están rifando?

–Un pavo de cinco kilos –y la mujer lo anima dandole un golpe por la espalda.

–¡Anda hijo!, prueba tu suerte.

Y ese día, Miguel tiene la suerte a su favor.

Todos los presentes aplaudieron y rodearon al joven que se sintio abrumado. Primera vez que se ganaba un premio. Y se fue a su habitación con 5 kilos de peso, sin
saber que hacer con ese pavo que no
le daba ninguna emoción.

Entro a la habitación y puso el pavo en la mesa y se sentó a conversar con él.

¿Y ahora que hago contigo? En mi familia nunca te comimos en Navidad, y te tengo que confesar que tu carne no me gusta mucho

¡Miguel!

Su amigo Julián lo llamaba por la ventana.

–¡Amigo! me enteré que te ganaste
un pavo!¡Que bueno!

–Si, pero no se que hacer con eso.

–¡Vamos a prepararlo!, yo te ayudo. Lo puedes llevar a la cena de esta noche.

Y Miguel que en ese momento solo deseaba estar solo con sus recuerdos, que quería alejarse de la realidad que era su vida, en un impulso le dijo a su amigo.

¡Vamos a hacerlo!

Entre ambos, lo prepararon y lo llevaron a la panadería para hornearlo. Y el pavo quedó listo para ser consumido en una cena de Navidad. Su aroma se esparcio por las calles del pueblo, mientras Miguel lo llevaba en una bandeja hasta la
calle donde las familias estaban reunidas con la mesa preparada para comer.

Cuando lo vieron llegar, se alegraron mientras alguién gritaba ¡Llegó el pavo! y las señoras hicieron un espacio en el centro de la mesa para colocarlo. Y ese sencillo gesto hizo eco en el corazón de Miguel, se acordó de las palabras de su madre y por primera vez desde que llego a esta tierra lejana, se sintio en un lugar muy parecido al hogar.


Versión en Inglés


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It is his first Christmas far, far away from his family, far away from his land. He walks along the dark beach where the mist reaches the boats resting from fishing, anchored near the pier.

It's already dusk and the seagulls are making a ruckus, squawking over the fish that is being unloaded on the ice that glistens in the last rays of sunlight.

-Hello Miguel! Where are you going?

-Hey Julian. I'm going to eat a fried fish at Doña Carmen's and then I'm going to rest. My body's a bit sore.

-Tonight we're going to gather some families to celebrate Christmas, come with us.

-Thank you, but I'm not in the mood.

-Well, if you decide to come, we'll be in the alley.

But Miguel only thinks about what he left behind, nostalgia invades his mind and his heart. He imagines his mother and sisters who at this hour will be making hallacas and ham bread for dinner. He can see their beloved faces and hear their laughter and although he knows that they will call him to tell them what they are doing and also to know that he is well, that does not help him to get rid of the sadness. His mother will want to know details. Wherever you are son, feel joy in your heart and thank God for all the good things that come into your life*

After lunch he passes by the only bakery in town for a cup of coffee and sees more people than usual, gathered inside and outside.

-They're having a raffle," says one of the fish sellers. He goes to grab a number.

-And what are they raffling?

-A five-kilo turkey," and the woman encourages him by slapping him on the back.

-Go on, son, try your luck.

And that day, Miguel has luck on his side.

All those present applauded and surrounded the young man who felt overwhelmed. It was the first time he had won a prize. And he went to his room with 5 kilos of weight, not
knowing what to do with that turkey that did not give him any emotion.

He went into the room and put the turkey on the table and sat down to talk to it.

What do I do with you now? In my family we never ate you at Christmas, and I have to confess that I don't like your meat very much

Miguel!

His friend Julian was calling him through the window.

-My friend! I heard you won
a turkey!

-Yes, but I don't know what to do with it.

-Let's get it ready, I'll help you. You can take it to dinner tonight.

And Miguel, who at that moment only wanted to be alone with his memories, who wanted to get away from the reality that was his life, in an impulse told his friend.

Let's do it!

Between the two of them, they prepared it and took it to the bakery to bake it. And the turkey was ready to be eaten at a Christmas dinner. Its aroma spread through the streets of the town, while Miguel carried it on a tray to the
street where the families were gathered with the table ready to eat.

When they saw it arrive, they rejoiced as someone shouted "The turkey has arrived! and the ladies made a space in the center of the table to place it. And that simple gesture echoed in Miguel's heart, he remembered his mother's words and for the first time since he arrived in this distant land, he felt in a place very much like home.




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