El espanto de la sabana/The terror of the savannah
Las tres amigas esperaban a la salida del Centro de Estudios donde trabajaban para irse ese fin de semana a sus casas. Pero la camioneta que las iba a llevar hasta sus lugares de origen había sufrido un desperfecto. Un problema que, de haberse solucionado, habría cambiado lo que les ocurrió.
Ana, Zulay y Margarita, se conocían desde hace años y habían sido contratadas como profesoras para organizar este nuevo centro, en una pequeña ciudad de una zona rural. La población había solicitado esta oportunidad para que los jóvenes pudieran estudiar diferentes carreras, sin necesidad de irse a vivir a otros lugares. Ellas, tres jóvenes recién graduadas habían aceptado las condiciones de empleo y entre estas, estaba que debido a trámites administrativos cobrarían su primer sueldo en dos meses, así que andaban un poco cortas de dinero.
Estaban residenciadas en casa de la señora Luisa, una persona muy amable que además les preparaba unas comidas muy sabrosas, típicas del llano. Además cuando querían comer algo más, se iban a la cafetería de la esquina donde los jóvenes que la atendían, les habían dado crédito. Allí se sentaban cuando salían del trabajo a conversar y a tomar uno de los sabrosos batidos de fruta que allí preparaban.
—¿Y ahora qué hacemos? —, fue la pregunta que hizo Zulay, cuando le dieron la noticia, no tenemos dinero para el pasaje y de verdad amigas, no quisiera quedarme en este pueblo este fin de semana. Su rostro moreno, hizo una mueca con la boca, muy típica de ella cuando se disgustaba y se recogio su largo cabello rizado y negro en una cola.
—Dígame yo, mi madre me está esperando para ir a visitar a mi sobrino que nació ayer, se va a molestar si no regreso. —Ana era una muchacha muy responsable y muy apegada con su madre con quien vivía sola desde que su padre murió y su hermana se casó. Con su baja estatura, su cuerpo delgado, su cara de niña con su cabello castaño muy corto, aparentaba mucho menos edad que los 21 años recién cumplidos.
—Yo creo que nuestra única opción es que pidamos una cola en la salida del pueblo —, fue el comentario de Margarita, la mayor del grupo. Una joven muy decidida y la que llevaba siempre la conversación. Alta y de avispados ojos verdes, llamaba siempre la atención de las miradas masculinas, pero ella no era mujer de dejarse embaucar por palabras bonitas y aduladoras.
Y así comenzó el viaje por la carreteras atravesando la llanura inmensa. La primera persona que se detuvo fue un joven en un carro pequeño. Les dijo que las podía llevar hasta el pueblo más cercano y ellas aceptaron. Como acostumbraban, Margarita se sentó adelante e iba conversando muy amenamente hasta que Adrian que así se llamaba el joven les ofreció fumar hierba. Le dijo que no y su semblante cambió por completo, casi no hablaron hasta una bomba de gasolina donde se bajaron.
El calor a esa hora era muy fuerte, el sol alumbraba como una hoguera y tenían hambre. Se sentaron a la sombra de un samán a comer lo que la señora Luisa les había preparado y mientras lo hacían observaban a un hombre que estaba llenando el tanque de su carro. Aparentemente estaba solo.
—Vamos hasta allá y le preguntamos, —dijo Margarita y las amigas la siguieron.
—Buenos días señor, queríamos saber si nos puede llevar, nos quedamos varadas acá porque el carro que nos traía se accidentó. ¿Hasta dónde llega usted?".
El hombre se volteó a mirarlas, y les respondió muy amablemente que sí, que él iba hasta la capital y que podía llevarlas.
Ana se quedó mirando con asombro y miedo aquel rostro que no le inspiraba confianza, no entendía cómo sus amigas seguían hablando con él. Su mirada era torva, sus ojos de color negro oscuro. Era alto y encorvado y llevaba un bastón en la mano izquierda. Su voz ronca y profunda parecía salir de una caverna. A ella se le pareció a uno de esos espantos de las leyendas del llano que había leido. .
Intentó advertirles a sus amigas sin que el hombre se diera cuenta, pero ellas no lo veían así. Le dijeron que el calor la estaba haciendo alucinar. Que ese hombre era bello y además amable. Que dejara la tontería y que se subiera al carro que el señor las estaba esperando. No hubo manera de que Ana las hiciera cambiar de opinión. No sabía qué hacer, si abandonarlas o continuar con ellas. Al final su sentido de la amistad pudo más y se subió al carro.
El vehículo corría por una carretera larga y que parecía no tener fin. Ana veía a través del espejo retrovisor, la horrible mueca que era la sonrisa del hombre mientras escuchaba la alegre conversación de sus amigas. Los minutos fueron pasando y el cielo se fue oscureciendo. "Ya deberíamos haber llegado fue el pensamiento de Margarita. Y esta carretera que no termina nunca", pareciera que estamos en el mismo lugar. En ese momento se dió cuenta que las conversaciones se repetían cada cierto tiempo como si fuera una grabación.
"Tengo que hacer algo, lo que está pasando no es normal". "Dios mio ayudanos a salir de aquí". Al voltearse para hablar con Zulay , vio su rostro sin ninguna expresión, la tocó por el hombro y se cayó a un lado, como si fuera un maniquí. Se inclinó para hablar con Margarita y la vio mirando al frente, sin expresión en el rostro, paralizada y en el puesto del chofer el hombre ya no estaba.
Comenzó a gritar y golpear la puerta, trató de abrirla y no pudo, el vehículo seguía su curso por la carretera hasta que lo envolvió una nube de polvo. En ese momento se detuvo y las puertas se abrieron.
Ana salió corriendo sin voltear atrás.
Escuchó las voces de sus amigas y fue siguiendo hasta llegar al mismo sitio de donde habían partido. Y allí estaban ellas, esperándola.
—¿Pero qué te pasó Ana?, porque te subiste a ese vehículo, nos dejaste preocupadas y como llegaste tan rápido —Margarita se había acercado hasta donde ella estaba y la había abrazado.
Zulay la miraba muy extrañada.
—Pero yo me subí porque ustedes también lo hicieron. No entiendo lo que ha pasado. —Ana se agarraba la cabeza en señal de desesperación. —Por favor explíquenme.
Nosotras estábamos conversando con un señor que estaba en la bomba de gasolina cuando te vimos caminar directo a un automóvil que estaba detenido en la carretera, te llamamos y no nos escuchaste. Te vimos montar al automóvil y este arrancó y no han pasado ni diez minutos y ya estás de vuelta", Zulay le resumió con estas palabras lo que había ocurrido. ¿Y qué pasó cuando te fuiste?
—Si yo les cuento lo que me ocurrió no me van a creer , ahora me parece una pesadilla.
—Intentalo porque estamos impresionadas, vamos a tomar algo.
Entraron en la cafetería y pidieron agua. Un anciano y su hija atendían el lugar. Las muchachas se sentaron y Ana empezó a contarles lo que había sucedido.
—¿Papá escuchaste lo que les pasó a esas muchachas?, me hizo recordar a los dos jóvenes que se perdieron por esta zona, nunca los encontraron. No será que les ocurrió algo similar, comenta a su padre la joven que atendía en la cafetería.
—Hija, mi padre me contaba que por estas soledades el espanto de la sabana busca almas perdidas o desorientadas, las engaña y desaparecen. Si eso le ocurrió a esa joven, debe haber tenido una protección muy fuerte para que la dejara ir. Por estas llanuras hay que estar muy atentos y no creer en todo lo que vemos.
The three friends were waiting at the exit of the study center where they worked to go home for the weekend. But the van that was going to take them to their places of origin had suffered a breakdown. A problem that, if it had been solved, would have changed what happened to them.
Ana, Zulay and Margarita had known each other for years and had been hired as teachers to organize this new center in a small town in a rural area. The population had requested this opportunity so that young people could study different careers without having to move to other places. The three of them, young recent graduates, had accepted the conditions of employment and among these was that due to administrative procedures they would receive their first salary in two months, so they were a little short of money.
They were living in the house of Mrs. Luisa, a very kind person who also prepared very tasty meals for them, typical of the plains. In addition, when they wanted to eat something else, they would go to the cafeteria on the corner where the young people who served them had given them credit. They would sit there when they left work to talk and drink one of the tasty fruit shakes they prepared there.
"What do we do now?," was the question Zulay asked when she was told the news, "we don't have money for the ticket and I really don't want to stay in this town this weekend. Her dark face made a grimace with her mouth, very typical of her when she was upset, and she pulled her long black curly hair into a ponytail.
"Tell me, my mother is waiting for me to visit my nephew who was born yesterday, she will be upset if I don't come back". Ana was a very responsible girl and very attached to her mother with whom she lived alone since her father died and her sister got married. With her short stature, slim body, girlish face and short brown hair, she looked much younger than the 21 years she had just turned 21.
"I think our only option is to ask for a queue at the exit of the village", was the comment of Margarita, the oldest of the group. A very determined young woman and the one who always carried the conversation. Tall and with sharp green eyes, she always attracted the attention of male gazes, but she was not a woman to be fooled by pretty words and flattery.
And so the road trip across the vast plain began, with the first person to stop, a young man in a small cart. He told them he could take them to the nearest town and they accepted. As was Margarita's custom, she sat in the front of the car and was having a pleasant conversation until Adrian, that was the young man's name, offered them to smoke weed. She said no and his countenance changed completely, they hardly spoke until they got off at a gas pump.
The heat at that hour was very strong, the sun was shining like a bonfire and they were hungry. They sat down in the shade of a saman tree to eat what Mrs. Luisa had prepared for them and as they did so they watched a man who was filling the tank of his car. Apparently he was alone.
"Let's go over there and ask him", Margarita said and her friends followed her.
"Good morning sir, we wanted to know if you could give us a ride, we got stranded here because the car that was taking us there had an accident. How far do you go?"
The man turned to look at them, and answered very kindly that he was going to the capital and that he could give them a ride.
Ana stared with astonishment and fear at that face that did not inspire confidence in her, she did not understand how her friends kept talking to him. His gaze was baleful, his eyes dark black. He was tall and stooped and carried a cane in his left hand. His deep, husky voice seemed to come out of a cave. To her, he sounded like one of those ghosts from the legends of the plains she had read about .
She tried to warn her friends without the man noticing, but they didn't see it that way. They told her that the heat was making her hallucinate. That the man was beautiful and kind. They told her to stop being silly and to get in the car, because the man was waiting for them. There was no way Ana could change their minds. She did not know what to do, whether to abandon them or continue with them. In the end her sense of friendship got the better of her and she got into the car.
The car sped along a long and seemingly endless road. Ana saw through the rearview mirror the horrible grimace that was the man's smile as she listened to the cheerful conversation of her friends. The minutes passed and the sky grew darker and darker. We should have arrived by now, was Margarita's thought. And this road that never ends, it seems that we are in the same place. At that moment she realized that the conversations were repeated every so often as if it were a recording.
"I have to do something, what is happening is not normal. My God, help us get out of here". As he turned to talk to Zulay, she saw her face without any expression, he touched her shoulder and she fell to one side, as if she were a mannequin. She leaned over to talk to Margarita and saw her looking straight ahead, with no expression on her face, paralyzed and in the driver's seat the man was no longer there.
She started shouting and banging on the door, tried to open it and could not, the vehicle continued its course along the road until it was enveloped by a cloud of dust. At that moment it stopped and the doors opened.
Ana ran out without turning back.
She heard the voices of her friends and followed them until she reached the same place from where they had started. And there they were, waiting for her.
"But what happened to you Ana, why did you get into that vehicle, you left us worried and because you arrived so fast", Margarita had come up to where she was and hugged her.
Zulay looked at her very strangely.
"But I got in because you did too. I don't understand what happened". Ana was clutching her head in despair. "Please explain".
"We were talking with a man who was at the gas pump when we saw you walk straight to a car that was stopped on the road, we called you and you didn't listen to us. We saw you get in and the car started and not even ten minutes later you were already back". Zulay summed up what had happened. "And what happened when you left?"
"If I tell you what happened to me, you won't believe me, now it seems like a nightmare".
"Try it because we are shocked, let's go for a drink".
They went into the cafeteria and asked for water. An old man and his daughter were serving the place. The girls sat down and Ana began to tell them what had happened.
"Dad, did you hear what happened to those girls, it reminded me of the two young men who got lost in this area, they were never found. I wonder if something similar happened to them," said the young woman who was working in the cafeteria.
"Daughter, my father used to tell me that in these solitudes, the terror of the savannah searches for lost or disoriented souls, deceives them and they disappear. If that happened to that young woman, she must have had a very strong protection to make her leave. In these plains we must be very attentive and not believe in everything we see".
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El equipo de CHESS BROTHERS
Mucha gracias por apoyar mi publicación.
Saludos y bendiciones.
Hola, fue muy interesante leer su historia, me hubiese gustado leerla de noche para disfrutar aún más los momentos de tensión y horror, pero igual me mantuvo atento al desenlace hasta el final en esta mañana fría. Gracias por compartirla en nuestra comunidad, a nuestros lectores les fascinará seguramente. Un abrazo.
¡Hola!. La oscuridad de la noche es un ambiente muy adecuado para leer historias de terror y suspenso, uno se asusta más😁. Me alegra que hayas disfrutado leyendo mi relato.
Saludos y bendiciones
We stopped by to show some appreciation, and have manually curated your short story.
Thank you @theinkwell, these comments inspire me to continue writing short fiction.
Regards
Holaaa @popurrí, gracias por compartir tan entretenida lectura de suspenso fue muy interesante y gráfica la lectura y el final diferente al que esperaba.
Menos mal y está chica pudo salir ilesa de este espanto de la llanura.
Saludos
Que bueno que te gusto mi relato @sidalim88. Me gusta escribir historias de suspenso pero que tengan un buen final. Agradecida por tu comentario.
Saludos y feliz noche
Uy que historia tan espeluznante, me imagino el desespero de la chica al estar en ese carro y más al ver a sus amigas así. Menos mal pudo salir de eso. Increíble historia, e igual da miedo, así se lea de día. Un gran abrazote
Ciertamente imaginarse en una situación asi es de terror. El final fue bueno a pesar de todo lo que pasó.
Saludos @maxjulisgf y muchas gracias por leer y comentar.
Bendiciones😍
Que historia tan misteriosa, me gustó mucho leerla. Al principio pensé que se trataba de una pesadilla y que Ana despertaría atrapada en sábanas. Algo también asfixiante pero igual de aterrador.
Me gustó mucho esta historia, te deja con ganas de leer aún más. ¡Saludos! @popurri 🤗🐝
Gracias @rakel1406, me alegra que te gustara, ella tambien pensó que era una pesadilla pero ... a veces pasan cosas que no se pueden explicar.
Saludos y bendiciones
Amiga excelente, seguro si te lee brujita18 le encantara, ella am esas historias así de suspenso y terror, yo soy una cobarde, así que ahora pensare en el espanto por un rato, Jajaja, espero algún día llegar a tu nivel, de verdad eres muy buena.
Jajaja, me hizo gracia tu comentario. A veces nos sugestionamos leyendo o viendo historias de terror, pero a mi me gustan. Nuestra amiga @brujita18 es especialista en estos temas y lo hace muy bien. Muchas gracias amiga @actioncats, por supuesto que si, tu tambien escribes relatos maravillosos.
Abrazos 💖🌹
Que interesante historia amiga @popurri,me atrapaste en tu narración desde un principio, tienes alma de escritora y me encanta tu estilo entre sencillo-suspenso-paranormal-mágico Póngale 10 maestra!!! JAJAJAJA¡Felicitaciones!
¡Hola amiga! jajaja muchas gracias por esa nota. Compartimos esos temas y ese es el secreto para hacerlo bien, que lo disfrutamos. Me alegra que te haya gustado.
Un abrazo y feliz noche @brujita18
Me encantó. ¡Un abrazo!
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De nada @popurri, es merecido 😊👍 ¡Felicitaciones por su participación constante en en Hive! 🌹