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El reino de Gracia, tranquilo y hermoso, estaba habitado por personas alegres y generosas, donde el sol alumbraba los campos y montañas, donde el mar azul intenso besaba la costa con sus olas suaves y blancas, donde el pájaro de tres colores: amarillo, azul y rojo despertaba a la gente cada mañana con su canto. Pero este reino había caído en la oscuridad más absoluta.

Un rey malvado y egoísta, que se creía el dueño y señor de sus dominios, incluyendo a sus súbditos, decidía el destino de cada uno de sus habitantes.

Todo era controlado por sus también malvados y violentos demonios bajo sus órdenes que causaban temor en la población. El rey practicaba la magia negra y con este poder maligno había sometido la voluntad de todos, o casi todos los habitantes del reino de Gracia.

Y es que para su disgusto, la población estaba dividida en dos grupos: aquellos cuyas mentes eran frágiles y moldeables, y los otros cuyas mentes se resistían a sus hechizos. No sabía él porqué no tenía poder sobre ellos y, en consecuencia, eran peligrosos y había dado la orden a sus demonios de apresarlos, encerrarlos y exterminarlos.

Los demonios buscaban casa por casa a "los conchudos", como llamaban a este grupo, por aquello del caparazón que los protegía, cuando eran denunciados por sus vecinos o conocidos. En especial buscaban a los jóvenes, pues estos y los ancianos estaban en este grupo; eran los invulnerables.

Cuatro jóvenes corrían desesperados entre los árboles, huyendo de los demonios. Dos hermanos Neo y Cori, agarrados de la mano, se escondieron detrás de una roca. Pero solo uno pudo escapar sin ser visto; no supo cómo, Cori se hizo invisible a los demonios y vio cómo se llevaron a su hermano sin poder hacer nada para evitarlo.

No se lo lleven, dejen a mi hermano, suéltenlo. Con lágrimas en los ojos, corría detrás de los demonios que llevaban a su hermano a rastras.

No te van a escuchar. Tampoco te ven.

¿Quién eres?

No hubo respuesta, solo sintió una brisa entre los árboles y Cori volvió a su casa llorando, pero desde ese momento algo cambió en ella.

En su mente recordaba ese momento. La imagen de los demonios llevándose a su hermano. Ella no sería una espectadora. Se veía enfrentando al malvado rey y guiando al pueblo hacia la libertad.

Se sentó a la orilla del río y vio su reflejo en las tranquilas aguas. Un rostro joven de piel curtida por el sol, con la mirada inocente de unos ojos color miel. Se quedó observando y empezó a cambiar. Su mirada era fija y sus cejas levantadas le daban una fiereza igual a la del jaguar de la selva. Su cabellera tenía los colores amarillo y negro del animal y sintió su fortaleza. Por un momento, se separó, asustada, pero volvió a ver la imagen del agua. Era su alma de guerrera.

Vamos, que tienes una misión que cumplir

Se levantó, buscando la voz.

¿Quién eres? !responde!

Pero tampoco esta vez recibió respuesta. Pero ya sabía lo que debía hacer.

¡Ayúdame!

Sigue adelante. Estamos contigo

Y Cori los vio detrás de ella. Un ejército de luz que se extendía hasta perderse de vista. Y reconoció a su hermano enfrente.

Somos las almas de los jóvenes muertos. Fuiste elegida porque tienes la valentía y la sabiduría, para vencer la maldad

Y Cori avanzaba, su cuerpo y su alma se fortalecían a cada paso. Sobre un caballo blanco anduvo por bosques, montañas, desiertos y mares. Los árboles se inclinaban a su paso, el viento soplaba a su oído y revoloteaba sus cabellos, el ave de tres colores la acompañaba con sus alas extendidas y en el cielo siete estrellas iluminaban su camino.

Y llegó el día de la batalla y se enfrentó al rey malvado y egoísta.

¿A qué vienes? ¡No eres nadie!

La figura oscura y de gran estatura, de rostro desfigurado por la maldad, de mirada torva, no la asustó. Ni tampoco el ejército de demonios que lo custodiaba, signo de su cobardía.

Y Cori se detuvo frente a él. Su cabellera ondeante, su mirada serena, su cuerpo firme.

Soy todos los que amamos esta tierra: niños, mujeres y hombres. Soy el alma de los jóvenes muertos. Y sabía que no tenía que voltear a verlos porque los sentía a su alrededor.

Una luz intensa se desprendió de Cori, una energía que contrarrestó la maldad, hecha mentira, crueldad, egoísmo. Los demonios recobraron su esencia original, la de los seres buenos sometidos al hechizo del rey. Y este, quedó solo, con su alma reducida a un punto negro que se perdió en la eternidad.

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“La lucha de pocos vale por el futuro de muchos”

Neomar Lander
1999-2017

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Esta es mi participación en el concurso de Scholar&Scribe: género Fantasia. Muchas gracias por leer

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ENGLISH VERSION

Cori and the soul of the young dead

The kingdom of Grace, peaceful and beautiful, was inhabited by cheerful and generous people, where the sun shone on the fields and mountains, where the deep blue sea kissed the coast with its soft, white waves, where the three-coloured bird, yellow, blue and red, woke people up every morning with its song. But this kingdom had fallen into utter darkness.

An evil and selfish king, who believed himself to be the lord and master of his domain, including his subjects, decided the fate of each and every one of its inhabitants.

Everything was controlled by his also evil and violent demons under his command who caused fear in the population. The king practised black magic and with this evil power he had subdued the will of all, or almost all the inhabitants of the kingdom of Gracia.

To his chagrin, the population was divided into two groups. Those whose minds were fragile and pliable, and the others whose minds resisted his spells. He did not know why he had no power over them and, consequently, they were dangerous and he had given the order to his demons to seize them, lock them up and exterminate them.

The demons searched house to house for "the conchudos", as they called this group, because of the shell that protected them, when they were denounced by their neighbours or acquaintances. They were especially looking for the young, because the young and the old were in this group; they were the invulnerable ones.

Four young men were running desperately through the trees, fleeing from the demons.

Two brothers Neo and Cori, holding hands, hid behind a rock. But only one was able to escape without being seen; he didn't know how, Cori became invisible to the demons and saw his brother being taken away without being able to do anything to prevent it.

Don't take him!, leave my brother, let him go. With tears in her eyes, she ran after the demons who were dragging her brother away.

They won't hear you. They can't see you either.

Who are you?

There was no answer, she only felt a breeze through the trees and Cori returned to her house crying, but from that moment something changed in her.

In her mind she remembered that moment. The image of the demons taking her brother. She would not be a spectator. She saw herself confronting the evil king and leading the people to freedom.

She sat on the riverbank and saw her reflection in the still waters. A young face with sun-tanned skin and the innocent look of honey-coloured eyes. She stared and began to change. Her gaze was fixed and her raised eyebrows gave her a fierceness equal to that of the Jaguar of the jungle Her hair had the yellow and black colours of the animal and she sensed his strength. For a moment, she broke away, frightened, but she saw the image of the water again. It was her warrior soul.

Come on!, you have a mission to accomplish.

She stood up, searching for the voice.

Who are you?, answer

But she didn't get an answer this time either. But she knew what she had to do.

Help me!

Keep going. We are with you.

And Cori saw them behind her. An army of light. And she recognised her brother in front of her.

We are the souls of the young dead. You were chosen because you have the courage and the wisdom, to overcome evil.

And Cori moved forward, her body and soul growing stronger with every step. On a white horse she rode through forests, mountains, deserts and seas. The trees bowed as she passed, the wind blew in her ear and ruffled her hair, the three-coloured bird accompanied her with outstretched wings and in the sky seven stars illuminated her path.

And the day of battle came and she faced the wicked and selfish king.

Why do you come here? You are nobody.

The dark figure of great stature, with a face disfigured by wickedness and a baleful gaze, did not frighten her, nor did the army of demons that guarded him, a sign of his cowardice.

And Cori stopped in front of him. Her wavy hair, her serene gaze, her firm body.

I am all of us who love this land: children, women and men. I am the soul of the young dead. And he knew he didn't have to look at them because he felt them all around him.

An intense light came out of Cori, an energy that counteracted the evil, made of lies, cruelty, selfishness. The demons regained their original essence, that of good beings under the king's spell, and the king was left alone, his soul reduced to a black dot that was lost in eternity.

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"The struggle of the few is worth the future of the many".

Neomar Lander
1999-2017

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This is my entry in the Scholar&Scribe: Fantasia genre contest. Thank you very much for reading

La traducción al inglés la reslicé en www.deepl.com