A joke in the classroom (Eng/Esp)

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The Venezuelan history teacher had left the classroom for a few minutes. He was being called from the office. His classes were very enjoyable, and he had the habit of having a rubber band that he stretched between his fingers as he spoke.

He had told us that this had helped him to control his nerves when he started teaching, and it had become a habit. The students appreciated the professor and our relationship was very cordial and respectful.

"I'll be back in a moment. Please, boys, stay quietly at your desks and go read what we were looking at in class".

But within minutes of the professor leaving and walking down the hallway, the room became a very different place. A group of young people talking, standing up from their seats, throwing paper slips at each other and pushing each other. A total mess.

I always tried to sit in the front seats with my two friends, and although we were annoyed by the attitude of those classmates, we stayed quiet waiting for the teacher to arrive and surprise them.

Juan was one of the most disorderly and the oldest because he was repeating his third year of high school. He liked to make jokes in the classroom, and tease other students, and he took advantage of this moment to make a nuisance of himself and his two friends.

They started throwing students' backpacks on the floor and jumping on the desks.

My friends and I had our books and notebooks on the desks, They grabbed them and threw them into the hallway. At that moment, a teacher saw them and called their attention.

"What is going on here? Professor Antonio is absent, and you can't wait quietly while he returns. The three of you, come with me to the sectional".

Juan, Pedro and Carlos left behind the teacher while listening to the laughter of all of us in the classroom.

And at that moment it occurred to us that we should play a joke on Juan.

My friend grabbed Juan's backpack.

"Let's hide it behind the window".

The windows of the classroom were big, and they were raised to open, leaving a space where a person could fit through and behind the wall there was a space of about 1 meter of construction, like an external corridor.

I thought it was funny what we were going to do, and we put the backpack behind the window. The rest of the students also agreed, or so we thought.

Juan and his friends entered the classroom after receiving their respective representative summons and went very serious to their desks.

"Where my backpack was?", his face was red with rage. My friends and I looked at each other without saying anything.

"Don't be funny and go looking for my backpack". And the three of us began to look for it all over the room.

"It's not here, Juan!, I think you took it with you when you went to the address". A friend had dared to speak.

"It's true!, it's better you left it there," said one of my friends.

Juan was beginning to hesitate and as he was about to leave to look for him, one of the students shouted at him.

"They are joking!, Juan, your backpack is hidden behind the window".

Juan turned back while my friends and I looked at the one who had given us away, waiting for him to say that it was us, as indeed it was.

So it was you, and without giving us time, he grabbed the backpacks and threw them out the window. We ran to the window and climbed up to get to the other side because we could not reach them, while the whole room laughed. As bad luck would have it, at that moment, Professor Antonio entered the classroom.

Everyone went back to their desks while my friend and I finished climbing in the window to enter the classroom and walking with our heads down we sat in our seats.

The teacher looked first at us as we stood in front of him, and then at the whole room.

"I don't want to ask what happened in the minutes when I had to leave the room and I thought they could remain quiet doing what I told them".

I was very embarrassed and could only see the teacher's hands rolling up the rubber band.

"But what worried me the most was the thought that either of these two young ladies could have fallen from this height. I hope that what happened in the classroom today will not happen again".

The professor finished teaching the class and his words had a great effect on me. It never occurred to me to pull someone's leg anymore.

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El profesor de la materia historia de Venezuela, había salido del salón de clases por unos minutos. Lo llamaban de la dirección. Sus clases eran muy amenas y tenía la costumbre de tener una liga que estiraba entre los dedos de las manos mientras hablaba.

Él nos había comentado que eso lo había ayudado a controlar los nervios cuando comenzó a dar clases y se le había quedado como una costumbre. Los alumnos apreciaban al profesor y nuestra relación era muy cordial y de respeto.

"Regreso en un momento. Por favor, muchachos, quédense tranquilos en sus pupitres y vayan leyendo lo que estábamos viendo en clase".

Pero a los minutos de salir el profesor y alejarse por el pasillo, el salón se convirtió en otro muy distinto. Un grupo de jóvenes hablando, parados de sus asientos, tirándose taquitos de papel y empujándose unos con otros. Un desorden total.

Yo procuraba sentarme siempre en los puestos de adelante junto con mis dos amigas y aunque nos molestaba la actitud de esos compañeros, nos quedamos tranquilas esperando que llegara el profesor y los sorprendiera.

Juan era uno de los más desordenados y de mayor edad porque estaba repitiendo el tercer año de secundaria. Le gustaba echar broma en el salón de clases, y burlarse de otros alumnos, y este momento lo aprovechó para molestar junto con sus dos amigos.

Empezaron tirando al suelo los morrales de los estudiantes y brincaban en los pupitres.

Mis amigas y yo teníamos los libros y cuadernos en los pupitres, los agarraron y lanzaron en el pasillo. En ese momento una profesora los vio y les llamó la atención.

"¿Qué está pasando aquí? El profesor Antonio se ausenta y ustedes no pueden esperar tranquilos mientras regresa. Ustedes tres, acompáñenme a la seccional".

Juan, Pedro y Carlos se fueron detrás de la profesora mientras escuchaban la risa de todos los que estábamos en el salón de clases.

Y en ese momento se nos ocurrió que debíamos hacerle una broma a Juan.

Mi amiga agarró el morral de Juan.

"Vamos a esconderlo detrás de la ventana".

Las ventanas del salón eran grandes y se elevaban para abrirlas, dejando un espacio por donde cabía una persona y detrás de la pared quedaba un espacio de aproximadamente 1 metro de construcción, como un pasillo externo.

A mí me pareció que era gracioso lo que íbamos a hacer y pusimos el morral detrás de la ventana. El resto de los alumnos también estaban de acuerdo o eso creíamos.

Juan y sus amigos entraron al salón después de recibir su respectiva citación de representante y se dirigieron muy serios a sus pupitres.

"Donde estaba mi morral?", su cara estaba roja de la rabia. Mis amigas y yo nos mirábamos sin decir nada.

"No se hagan los graciosos y me van buscando mi morral". Y los tres comenzaron a buscarlos por todo el salón.

"Aquí no está, Juan, yo creo que tú te lo llevaste cuando fuiste a la dirección". Un amigo se había atrevido a hablar.

"Es cierto, a lo mejor lo dejaste allá", le dijo una de mis amigas.

Juan estaba empezando a dudar y cuando iba a salir a buscarlo, uno de los estudiantes le grito.

"¡Están bromeando, Juan!, tu morral está escondido detrás de la ventana".

Juan se regresó mientras mis amigas y yo mirábamos al que nos había delatado, esperando que dijera que habíamos sido nosotras como efectivamente ocurrió.

"Así que fueron ustedes" y sin darnos tiempo agarró los morrales y los tiró por la ventana. Corrimos hasta la ventana y nos subimos para pasar al otro lado porque no alcanzábamos a agarrarlos, mientras todo el salón se reía. Con la mala suerte que en ese instante el profesor Antonio entró al salón.

Todos volvieron a sus pupitres mientras mi amiga y yo terminábamos de encaramarnos en la ventana para entrar al salón y caminando con la cabeza baja nos sentábamos en nuestros puestos.

El profesor nos miró primero a nosotras cuando estábamos frente a él y luego a todo el salón.

"No quiero preguntar qué fue lo que sucedió en los minutos en que tuve que ausentarme del salón y pensé que podían permanecer tranquilos haciendo lo que les dije".

Yo tenía mucha vergüenza y solo podía ver las manos del profesor enrollando la liga de goma.

"Pero lo que más me preocupó fue pensar que alguna de estas dos jóvenes pudiera haberse caído desde esta altura. Espero que lo que ocurrió hoy en el salón de clases no vuelva a suceder".

El profesor terminó de dar la clase y sus palabras tuvieron un gran efecto en mí. Más nunca se me ocurrió jalar la pierna de alguien.

Traducido al inglés en www.deepl.com