¡Hola amigos! ¿Cómo están? Espero se encuentren disfrutando de un feliz fin de semana en el cual hayan podido descansar y reponer todas sus energías para iniciar una nueva semana con mucho entusiasmo y, por supuesto, con muchas ganas de alcanzar todas las metas que se propongan.

Porque si de realizar logros se trata, podríamos observar y estudiar a estos interesantes insectos, las libélulas. Pueden volar a una velocidad de hasta 85 kilómetros por hora con tan sólo realizar 30 batidas de sus alas por minuto pudiendo, entonces, recorrer grandes distancias y cruzar los océanos.

A esta dorada libélula la encontré visitando el jardín, descansando, a ratos, entre las ramas de la mata de parchita. Con sumo cuidado, que he aprendido de mis acercamientos a las mariposas, realicé los toques necesarios para intentar robarme alguna de sus poses. A pesar de que las mariposas tienen períodos de intraquilidad, me dejaban acercarme y fotografiarles pero, esta libélula, aparentemente más tranquila, no se confió mucho de mi presencia, permitiéndome muy pocas posibilidades para acercarme. ¡Pero algo se logró!

Inicialmente pensé que se trataba de un Caballito del diablo, primos de las libélulas pero, por el tamaño y el color de su cuerpo, se trata de una de éstas.

Recuerdo, de mi niñez, que cuando veíamos uno de estos insectos, siempre decíamos que era de muy buen augurio. Y, al parecer, esto no es una cosa sólo de niños. Para muchas culturas, estos insectos pueden atraer la buena suerte, la prosperidad, la felicidad y el amor. En fin, tienen un significado muy positivo cuando aparecen. ¡Eso espero!

Les traigo estas imágenes, esperando que las disfruten y, por supuesto, que todas las energías positivas que se asocian a esta hermosa libélula, ¡lleguen a sus vidas y allí se mantengan! ¡Saludos amigos!

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