"Amo el amor de los marineros que besan y se van"

Pablo Neruda (1904-1973)

En la arena húmeda
nunca queda nada,
nos dicen.
Ni las palabras que escribimos,
ni las huellas que marcamos.
Las olas se lo llevan todo.
nos dicen.

Una tarde cualquiera,
sin embargo,
me arrodillé frente al mar
y esperé a una ola.
Llegó mansa hasta mí,
tocó mis piernas
con esa suavidad
apasionante de la mujer amada.
Esa que hace temblar,
la que eriza la piel.

Bajé mi cabeza
para olerla.
Y allí, entre la arena y la espuma,
quedó el perfume
inédito de todas las pieles.
La rosa encendida de pudor
de la joven estudiante.
El delicado olor a canela
de la salvaje.
El estridente aroma
de la madurez.
La tranquila fragancia
de la virginal princesa.

La ola, como todas,
se fue.
Y dejó en mí,
como todas,
un aroma tan fugaz
que se largó con
el viento.

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