Cuando estamos comenzando a jugar en #Splinterlands no tenemos noción del juego en sí, tampoco sabemos con exactitud los beneficios que vamos a recibir, y mucho menos el por qué de tres tipos de monedas que podemos utilizar en el juego para realizar nuestras compras en el mercado de cartas o en la tienda; o al menos así comencé yo. Tampoco es que soy un jugador de gama alta porque me faltan los recursos económicos para invertir en el juego, y que pueda haber un mayor desarrollo aparte de enfrentarme a otros jugadores más experimentados con diversas estrategias y cartas de mayor poder y maña.

Las cartas son la base fundamental del juego, y para obtenerlas podemos —como todo en la vida— gastar nuestro dinero y tener la posibilidad de acceder a mejores beneficios, estrategias, torneos, etc. ¿Qué esperabas? Un juego justo en sí no es, pues quien tenga el dinero para gastarlo, tiene la posibilidad de ser más poderoso —como todo en la vida—. Cuando era más joven y jugaba títulos de rol en un mundo multijugador como World of Warcraft o League of Legends, tenía la esperanza que nos sembraron las películas de Hollywood que siempre llega alguien a ser un elegido, y con ello todos los beneficios son para él sin pasar por ningún sufrimiento, entrenamiento o algo que le de valor a ese poder adquirido.

Bueno, yo conocí el significado de ese poder cuando me solicitaron por primera vez la membresía premium en World of Warcraft para seguir jugando de manera regular, todo mi pensamiento inútil y fantasioso se vino abajo cuando me di cuenta que para tener tarjeta de crédito, y le dí valor al dinero cuando para pagar esas tarjetas de crédito tenía que pasar 10 horas de mi vida al día soportando un trabajo que muchas veces no es gratificante en ningún sentido. Jamás gasté un sólo dividendo del fruto de mi trabajo para jugar ningún tipo de juego, de hecho siempre busqué la forma de que cada gota de mi sudor se retribuyera tanto en dinero como en responsabilidad, es por eso que comencé a invertir en @splinterlands, porque vi la oportunidad de inversión en un juego que además me entretiene.

Luego de compartir un pedacito de mi aburrida vida continuo con el propósito inicial del post que es determinar la mejor estrategia de inversión para iniciar en el juego. Cada jugador comienza con las cartas predeterminadas que presta el juego, y que representan un poder aproximado de 925 puntos —saqué la cuenta restando todas las cartas que poseo y que he rentado, no es un valor exacto; si alguien lo posee agradecería que lo dejara en los comentarios—. A partir de este poder, debemos ir escalando a través de ciertas ligas que nos clasifican según el poder de nuestro mazo de cartas, pero comenzando sólo tenemos cartas prestadas y para obtener cartas propias podemos realizar muchas acciones que nos otorgarán la exclusividad de nuestro mazo.

Para comenzar por lo más básico sería completando las temporadas en las ligas que nos obsequian cofres al culminar. Para completar una temporada, lo primero sería esperar el tiempo que dura, que es alrededor de 15 días, y de acuerdo con nuestra posición en una liga después de haber batallado por el ranking nos otorgan una cantidad de cofres que se distribuyen de la siguiente manera:

• Novicio: 0 Cofres.
• Bronce III: 5 Cofres.
• Bronce II: 7 Cofres.
• Bronce I: 9 Cofres.

Todos comenzamos desde la liga de los novicios que no tiene ningún tipo de beneficios al terminar las temporadas, es por eso que debemos por lo menos para tener el beneficio de la suerte de ganar cartas gratis, batallar hasta llegar a la liga de Bronce III, no será fácil con las cartas por defecto del juego pero una recomendación para quienes no tengan noción de los estilos de juego de cada splinter o elemento, la posición de las cartas y demás cuestiones en batalla, es que vean el mecanismo de cada batalla y busquen de absorber todos los movimientos del oponente, cómo coloca las cartas, que tipo de ataques o defensas usa con cada elemento, cuáles cartas son más efectivas que otras, y aunque al principio pasaremos muchas molestias, tomemos esas molestias como aprendizaje para entender el juego y forjarnos una estrategia ganadora e inquebrantable.

Pero me está faltando explicar algo importante que mencioné anteriormente pero que no he detallado, el ranking y el poder de cada liga. Las ligas están determinadas en el siguiente orden: Novicio, Bronce (III,II,I), Plata (III,II,I), Oro (III,II,I), Diamante (III,II,I), y Campeón (III,II,I); pero como estamos comenzando —y no conozco más allá del bronce (risas)— sólo hablaré del bronce para que todos aquellos novicios puedan educarse mejor en el esquema del juego. Cada liga tiene tres niveles que la subdividen, y para acceder a los niveles más altos debemos cumplir con ciertos criterios que son el ranking obtenido con cada batalla y el poder de nuestro mazo de cartas. Cada vez que ganamos o perdemos una batalla contra otros jugadores en la modalidad RANKED nuestro ranking o rango sube o baja respectivamente. Estos requisitos son los siguientes:

• Bronce III: de 100 a 399 de rango o rating, sin especificaciones de poder de mazo.
• Bronce II: de 400 a 699 de rango o rating, con +1000 de poder de mazo.
• Bronce I: de 700 a 999 de rango o rating, con +5000 de poder de mazo.

La mejor forma de ir escalando el rating sería esperar que la suerte nos acompañe en el algoritmo de distribución de premios, pero hay que tener demasiada paciencia y ser demasiado tacaño si se pretende hacer de Splinterlands un medio para generar ganancias. Por eso en las siguientes partes de este post estaré detallando la información que quiero compartir con la comunidad, que es muy amplia, sobre una estrategia de inversión para poder hacer de Splinterlands una forma de diversión que nos genere un dividendo del que podamos disfrutar para mantener nuestro hogar, para mantener nuestros vicios, mantener nuestros placeres, usted decida, no somos quienes para juzgarle. Al principio pensaremos que perdemos tiempo y dinero, pero tengamos en cuenta que nada que valga la pena es fácil y accesible, y tampoco serán consejos de inversión millonaria porque yo al igual que muchos no tenemos los recursos económicos para gastar a placer, pero con esfuerzo y una sonrisa pícara de los dioses que gobiernan nuestra existencia podemos lograr algo bueno.