[[ESP/ENG]] GRITOS // SCREAMS

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Foto/Shot: Orlando Catia

CASTELLANO

Cuando ellos no están la casa se siente como un sepulcro, ya no la habitan las tempestades que constantemente llenan de alaracas y alborotos los días que dentro de las cuatro paredes pareciera haber una jungla llena de sonidos extraños que colman el ambiente. La casa se convierte en un hospital psiquiátrico —o eso creemos nosotros— cuando los niños, sin descanso, la recorren alzando sus voces hacia la libertad de la inocencia que tanto nos perturba nuestra prisión de adultez, y nos molestamos, y les gritamos para reprimir su canto hermoso, pero como extrañamos esos hermosos tonos altos cuando sólo escuchamos el eco de nuestra conciencia.

Ellos pueden gritar por cualquier cosa, los más pequeños gritan por todo: cuando están molestos, cuando tienen hambre, cuando tienen sueño, cuando están felices, cuando están enfermos. Realmente a temprana edad no saben controlar sus emociones porque no tienen conciencia de lo que sienten o piensan, por eso gritan por todo, pero ya cuando tienen cierta edad es nuestro deber ir regulando sus emociones para que no suceda que lleguen a la adultez y lloriqueen y griten cuando tengan hambre, o sueño, o estén molestos, o estén enfermos, y queden como unos adultos malcriados y bobalicones.

Lo realmente bello es cuando van por ahí expresando a todo gañote su felicidad, sean de la edad que sean, esos volúmenes que retumban en los tímpanos de las vidas infelices que existen atrapadas dentro de la monotonía y el drama de vivir, son incomparables con cualquier otro sonido, me atrevo hasta a decir que están por encima de las sinfonías más bellas escritas por los seres humanos porque desprenden de su canto la divinidad de la inocencia, y el bienestar de la infancia. Un niño feliz es una vida plena que no necesita más nada para vivir que la felicidad de ser niño.

Por supuesto, tocará el tonto o la tonta de turno que dirá que los infantes cuando braman lo que hacen es molestar la tranquilidad de otras personas, pero es que realmente ellos no conocen el significado de la felicidad porque nunca han tenido hijos y con frecuencia le confunden con cosas materiales como el dinero o las joyas. Ya veremos nosotros como debe escucharse un parque sin las voces infantiles por encima del cantar de las aves, es muy lamentable pasar por el lado de un parque e imaginarse en el silencio los columpios meciéndose al compás de los gritos, así mismo es imaginarse la estabilidad emocional de un hogar sin su base argumental, que es la locura de esos locos bajitos que nos cantó Joan Manuel Serrat.

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ENGLISH

When they are not there, the house feels like a sepulcher, it is no longer inhabited by the storms that constantly fill the days inside the four walls of a jungle full of strange sounds that fill the atmosphere. The house becomes a psychiatric hospital -or so we think- when the children, without rest, run through it raising their voices towards the freedom of innocence that so much disturbs our prison of adulthood, and we get upset, and we shout at them to repress their beautiful singing, but how we miss those beautiful high tones when we only hear the echo of our conscience.

They can scream for anything, the little ones scream for everything: when they are upset, when they are hungry, when they are sleepy, when they are happy, when they are sick. Actually, at an early age they do not know how to control their emotions because they are not aware of what they feel or think, that is why they scream for everything, but when they are of a certain age it is our duty to regulate their emotions so that they do not reach adulthood and cry and scream when they are hungry, or sleepy, or are upset, or are sick, and they look like spoiled and silly adults.

What is really beautiful is when they go around expressing their happiness, whatever age they are, those volumes that resound in the eardrums of the unhappy lives that exist trapped in the monotony and drama of living, are incomparable to any other sound, I even dare to say that they are above the most beautiful symphonies written by human beings because they release from their song the divinity of innocence, and the welfare of childhood. A happy child is a full life that needs nothing more to live than the happiness of being a child.

Of course, there will be the fool on duty who will say that when infants roar what they do is to disturb the tranquility of other people, but they really do not know the meaning of happiness because they have never had children and often confuse it with material things like money or jewelry. We will see how a park must be heard without the children's voices above the singing of the birds, it is very unfortunate to pass by a park and imagine in the silence the swings swaying to the beat of the screams, likewise it is to imagine the emotional stability of a home without its argumentative base, which is the madness of those crazy little basses that Joan Manuel Serrat sang to us.

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Todo el contenido es completamente original y propiedad intelectual del creador de este post. Para contacto puede consultar al correo electrónico: [email protected]
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Traducido en https://www.deepl.com/es/translator Traducción editada por Orlando Catia.

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Translated in https://www.deepl.com/es/translator Translation edited by Orlando Catia.



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