Todos en algún momento de nuestras vidas hemos pensado que las desgracias que nos agobian son lo peor que le puede pasar a una persona, o de momento creemos que es así porque las emociones nos impulsan a pensar lo primero que nos atraviese por la mente, pero eso forma parte únicamente de nuestra realidad porque es un compendio de problemas que nos afectan únicamente a nosotros y quizás para otras personas no sean tan graves. Por ejemplo, una persona que piensa que es un estrés que su situación económica no le permita cambiarse de ropa mensualmente tiene una realidad mental distinta a la que su situación económica no le permite alimentarse adecuadamente cada mes, son dos problemas con distintas perspectivas que producen en cada una un estrés individual.

Cuando pienso en el estrés individual, me surge la idea de ser empático para aliviar un poco la magnitud de los problemas, como cuando me siento hundido por no tener la posibilidad de mejorar la calidad de vida de mis hijos pero pienso que hay personas que no tienen la posibilidad de tratar a los suyos porque sufren de alguna especie de patología incurable, por lo que los ven lentamente irse apagando. Esa situación me hace sentir aún peor porque considero que soy una persona empática, pero me hace pisar tierra para no caer en la vanidad de pensar que mis problemas son mas importantes que los de otros, y mi estrés es más fuerte que el sufrimiento de mucha gente.

Obviamente, esto no elimina el estrés que podamos sentir ante las adversidades que nos aquejan, pero tampoco empeoran la situación como echarnos al vacío de pensar indefinidamente en nuestra desgracia cuando quizás el problema se trate de un charco mientras nosotros vemos a la fosa de Las Marianas a nuestros pies. Muchos se ahogan en esos charcos y terminan con sus vidas víctimas del estrés, y no precisamente por suicidio, sino por los vicios que adquieren como nicotina, cafeína, alcohol etílico, estupefacientes y fármacos que poco a poco van deteriorando su salud, y consumen su vida lenta y dolorosamente hasta que al final mueren por enfermedades causadas por el estrés.

La semana que pasó tuve algunas situaciones que afectaron mi salud de manera considerable, porque todo comenzó por dolores de cabeza hasta que de la nada me salió un absceso en una pierna y de la infección me dio fiebre y malestar corporal, tuve que buscar la manera de relajarme y evitar sentir tanto estrés de momento, y entonces ha mejorado progresivamente mi situación personal. El estrés nos afecta más que todo la salud mental y corporal en forma negativa, y en cierto modo a nadie le gusta sentir el desespero de estar estresado, pero muchas veces con tan solo vivir un día de problemas llegamos a la casa con la mente llena de tensión que nos hace sentir estresados.

El estrés es una de las razones principales de muchos suicidios, separaciones de parejas, asesinatos, y otros males que no terminan en buenos términos dentro de lo que llamamos los humanos como "La Búsqueda de la Felicidad". A nadie, absolutamente nadie, le llena de placer el estrés, por el contrario todas las personas le evitan lo más necesario porque no es considerado por nadie que esté dentro de su plena facultad mental, es más, no conozco a ningún lunático que disfrute dentro de su locura el estrés que siente. Todos vivimos inmersos en el estrés de nuestros problemas, pero no sabemos muchas veces salir de ello por más que nos esforcemos en no sentirlo, también parece una manía masoquista de nuestra parte buscarnos estos sentimientos aveces porque no salimos de un problema para meternos en otro, aunque otras veces los problemas llegan solos. Lo más recomendable en estos casos sería entrenar nuestra fortaleza mental para superar los problemas, y con ello evitarlos la mayor parte posible para así tener una vida más saludable con menos estrés.