[[ESP/ENG]] ESPERANDO // WAITIN'
CASTELLANO
Siempre por las mañanas tenemos un momento re reflexión al primer momento cuando abrimos los ojos bien sea para caer en cuenta que estamos vivos, para recordar sobre lo que hicimos el día anterior o lo que vamos a hacer en el día naciente, para intentar discernir los sueños que tuvimos, entre otras posibilidades más, pero siempre hay un momento de pensamiento entre el despertar y el pararse de la cama, y justo en ese momento se me vino a la mente la idea de que: se nos pasa la vida esperando.
Nacen nuestros hijos y esperamos que estén sanos, esperamos que nazcan bien, esperamos que coman bien, esperamos que crezcan bien, esperamos que nada malo les pase mientras crecen, esperamos muchas cosas buenas para ellos en su vida, pero también debemos saber diferenciar entre la paciencia, la desesperanza y la inacción, que son tres estados que para poder aprovechar nuestras vidas y la de nuestros hijos al máximo debemos controlar nuestras emociones respecto a ellos.
La paciencia es una virtud que tienen muy pocas personas, muchos la interpretan como una forma de inacción pero no es así. Una persona paciente es capaz de disfrutar los momentos de su vida acorde a como se vayan presentando, y como para ser paciente hay que tener conciencia de la realidad y el tiempo, una persona paciente es capaz de reaccionar a cada uno de esos momentos de la mejor forma posible, permitiéndose así evadir la mayor cantidad de dificultades y riesgos. Por ejemplo, estamos acostumbrados que en la adolescencia las personas experimentan muchos aspectos de su personalidad y sexualidad mayormente, y es una de las etapas mas emotivas que experimenta el ser humano; por lo que muchos adolescentes en su afán emotivo son impacientes y cometen excesos como el alcohol, y terminan siendo alcohólicos de adultos además de padecer patologías referentes al alcoholismo. Pasa también con el sexo, nos volvemos impacientes con el tema de perder la virginidad y entregamos una de las experiencias más importantes en la sexualidad del hombre y la mujer, para pasar un momento que ni siquiera queremos recordar con orgullo o placer mayormente.
Todos esos actos impacientes son consecuencia de la desesperanza o desesperación por no poder controlar nuestras emociones y es que en realidad nadie nos enseña a hacerlo, ni nosotros tampoco buscamos la forma de aprender porque es una característica innata del hombre y la mujer el aprendizaje por medio de los fracasos. En la crianza repetimos aproximadamente unas veinte veces por día a nuestros hijos las cosas que no deben hacer por su bienestar y ellos hasta que no experimentan el dolor de caerse por estar corriendo o saltando, o pegarse con un objeto sólido fuerte por usarlo de manera inadecuada, o enfermarse por andar sin camisa o descalzos, no comienzan a hacer caso a las indicaciones. Ellos inconscientemente esperan lo malo para comenzar a hacer lo bueno, y si nunca llega lo malo o tarda en llegar, seguirán haciendo las cosas como no debe ser. Todos los humanos esperan que sus errores les causen dolor para corregir su vida, lo que no debería ser de esa forma, pero eso es otro tema.
El problema con el desespero también puede ocasionar que cometamos errores no sólo en nuestras vidas sino también en la de los demás, porque como padres cuando no tenemos paciencia con nuestros hijos y nos desesperamos con su futuro o su bienestar, creamos en ellos aveces inseguridad, aveces ira, aveces traumas que los marcan de por vida y cohíben una parte importante de sus esencias. Pasa con los padres controladores que hacen que sus hijos sean lo que ellos quieren ser, más no lo que los muchachos y muchachas quieren para sus vidas, como los médicos, abogados, contadores, empresarios, deportistas, y demás, que pretenden que su descendencia siga su legado, y no comprenden que cada quien es un ser único e independiente y no por el hecho de compartir una semejanza genética quiera decir que tenemos que experimentar las mismas cosas en la vida. Claro que se entiende que todos queremos lo mejor para nuestra descendencia, y no queremos que pasen por los errores o que experimenten algo desconocido que pueda afectarles negativamente; pero como mencioné antes, ese desespero crea grietas que no sellan más y nosotros no somos dueños de ninguna vida más que de la nuestra.
Pero hay algo peor que el desespero, y es la inacción, que no debe confundirse con la paciencia. Frecuentemente las personas piensan que ser paciente es no hacer nada y esperar que todo pase, pero la virtud de la paciencia no se simplifica a ese concepto porque el ser paciente como mencioné, siempre está preparado para cualquier situación porque piensa y determina sus acciones, en cambio el inactivo sólo deja que las cosas pasen y al momento de tomar una decisión no está realmente preparado para nada y falla la mayoría de las veces. La inacción es un estado en la persona donde sólo deja que las cosas sigan un cauce, es muy frecuente en aquellos creyentes de las corrientes cósmicas o en hechos religiosos que determinan la existencia del mundo a un poder externo, es decir, la explicación para todo en la vida es que alguien más lo hizo como el Universo, Dios, etc. En otras palabras, un religioso con frecuencia recurre a la inacción porque deja todo en manos de su Dios y todo lo que pasa en su vida es voluntad de él, pero esta postura es peligrosa porque muchos enloquecen cuando en sus vidas pasan desgracias y comienzan a pensar que fueron la voluntad de Dios, cuando no es así y se forma una idea errada de Dios, pero para no discutir sobre cuestiones religiosas, sólo tomo ese ejemplo para explicar la inacción del hombre.
En la vida de los padres y madres la inacción nos determina a constantemente perder el tiempo en una espera porque siempre estamos esperando que pase algo mientras no hacemos nada para que pase. Esperamos que el niño crezca para que aprenda, esperamos que el niño madure para darle libertad, esperamos que sea libre para que viva, pero nunca trabajamos porque el niño aprenda, madure y sea libre, es decir, nos sentamos a esperar que los maestros en la escuela les enseñes porque para eso estamos pagando, esperamos que la adolescencia y su proceso natural los haga madurar porque es la naturaleza, y esperamos que sean libres porque las leyes constitucionales de nuestro país así lo dictan, pero ¿Cuántos niños realmente aprenden algo bueno en la escuela que no sean conceptos innecesarios para el conocimiento?¿Cuántos adolescentes realmente maduran en esa etapa sin una guía parental que les indique alternativas a su pensamiento?¿Cuántos adultos son realmente libres de hacer lo que siempre han querido basándose en las leyes de su país? Se nos pasa la vida esperando.
ENGLISH
Always in the morning we have a moment of reflection at the first moment when we open our eyes either to realize that we are alive, to remember what we did the day before or what we are going to do in the coming day, to try to discern the dreams we had, among other possibilities, but there is always a moment of thought between waking up and getting out of bed, and just at that moment came to my mind the idea that: we spend our lives waiting.
Our children are born and we expect them to be healthy, we expect them to be born well, we expect them to eat well, we expect them to grow well, we expect nothing bad to happen to them while they are growing up, we expect many good things for them in their lives, but we must also know how to differentiate between patience, hopelessness and inaction, which are three states that in order to make the most of our lives and our children's lives we must control our emotions towards them.
Patience is a virtue that very few people have, many interpret it as a form of inaction but it is not so. A patient person is able to enjoy the moments of his life according to how they are presented, and as to be patient we must be aware of reality and time, a patient person is able to react to each of these moments in the best possible way, thus allowing us to avoid as many difficulties and risks as possible. For example, we are used to that in adolescence people experience many aspects of their personality and sexuality mostly, and it is one of the most emotional stages experienced by the human being; so many adolescents in their emotional eagerness are impatient and commit excesses such as alcohol, and end up being alcoholics as adults in addition to suffering from pathologies related to alcoholism. It also happens with sex, we become impatient with the issue of losing our virginity and give up one of the most important experiences in the sexuality of men and women, to spend a moment that we do not even want to remember with pride or pleasure mostly.
All those impatient acts are a consequence of despair or desperation for not being able to control our emotions and the fact is that nobody really teaches us how to do it, nor do we look for the way to learn because it is an innate characteristic of men and women to learn through failures. In our upbringing we repeat approximately twenty times a day to our children the things they should not do for their well-being and until they experience the pain of falling because they are running or jumping, or hitting themselves with a strong solid object for using it in an inadequate way, or getting sick for walking without a shirt or barefoot, they do not begin to pay attention to the indications. They unconsciously wait for the bad to start doing the good, and if the bad never comes or is slow in coming, they will continue to do things the wrong way. All humans wait for their mistakes to cause them pain in order to correct their lives, which should not be that way, but that is another matter.
The problem with desperation can also cause us to make mistakes not only in our lives but also in the lives of others, because as parents when we do not have patience with our children and we despair about their future or their welfare, we create in them sometimes insecurity, sometimes anger, sometimes traumas that mark them for life and inhibit an important part of their essence. It happens with controlling parents who make their children be what they want to be, but not what the boys and girls want for their lives, like doctors, lawyers, accountants, businessmen, athletes, and others, who want their offspring to follow their legacy, and do not understand that each one is a unique and independent being and not because we share a genetic similarity means that we have to experience the same things in life. Of course it is understood that we all want the best for our offspring, and we don't want them to go through the mistakes or experience something unknown that may affect them negatively; but as I mentioned before, that desperation creates cracks that don't seal anymore and we don't own any life but our own.
But there is something worse than despair, and that is inaction, which should not be confused with patience. Often people think that being patient is to do nothing and wait for everything to happen, but the virtue of patience is not simplified to that concept because being patient as I mentioned, is always prepared for any situation because he thinks and determines his actions, instead the inactive just let things happen and at the time of making a decision is not really prepared for anything and fails most of the time. Inaction is a state in the person where he just lets things follow a course, it is very frequent in those believers of cosmic currents or religious facts that determine the existence of the world to an external power, that is to say, the explanation for everything in life is that someone else did it like the Universe, God, etc. In other words, a religious person often resorts to inaction because he leaves everything in the hands of his God and everything that happens in his life is his will, but this position is dangerous because many go crazy when misfortunes happen in their lives and begin to think that they were the will of God, when it is not so and they form a wrong idea of God, but not to discuss religious matters, I only take that example to explain the inaction of man.
In the life of fathers and mothers inaction determines us to constantly waste time in waiting because we are always waiting for something to happen while we do nothing to make it happen. We wait for the child to grow to learn, we wait for the child to mature to give him freedom, we wait for him to be free to live, but we never work for the child to learn, mature and be free, that is, we sit and wait for the teachers at school to teach them because that is what we are paying for, we wait for adolescence and its natural process to make them mature because it is nature, and we wait for them to be free because the constitutional laws of our country dictate so, but how many children really learn something good at school that are not unnecessary concepts for knowledge? How many teenagers really mature at that stage without parental guidance to indicate alternatives to their thinking, and how many adults are really free to do what they have always wanted based on the laws of their country? We spend our lives waiting.