La emperatriz (Ejercicio lírico) / The Empress (Lyrical exercise)
Compañeros de la colmena, les ofrezco este ejercicio lírico inspirado en la obra All is Vanity (1892), del ilustrador estadounidense Charles Allan Gilbert (1873-1929), que nos enfrenta sin compasión a nuestra inevitable naturaleza.
Título original: All is Vanity
Autor: Charles Allan Gilbert
Estados Unidos, 1892
La Emperatriz
Su público está aquí, cautivo, comiéndose las uñas con inquietud. Hemos venido a verla actuar de nuevo. Estamos expectantes por presenciar su perenne e interminable monólogo que nos hace llorar a carcajadas y en medio de incontenibles risas nos hace beber salobres lágrimas. En ningún tiempo ha habido nadie nunca, jamás, que haya escapado al imperio de su casquivano influjo. Porque es la Emperatriz de todos los escenarios hemos venido a tributarle los honores de la pleitesía solamente a ella. Hemos venido a verla actuar para quedar sometidos nuevamente a su yugo.
Con sus ojos vacíos lanzando rayos enceguecedores entre las gruesas bambalinas que permanecen inmóviles debajo de las luces diablas, ella nos sojuzga con cada gestualidad suya. Cada palabra, cada lisonja suya son proyectiles insalvables que penetran nuestras mentes y abaten nuestros cuerpos en los asientos que a precio de oro hemos pagado para venir a verla. Suenan redobles de tambores detrás de las cortinas. Como en un sueño inenarrable, indescriptible la vemos levantarse contra la luz, la vemos mirarnos con desdén a los ojos, la observamos empinarse ante nuestras miradas y transformarse en una gorgona de siete cabezas oscuras que se engríe a lo largo de todo el espectáculo.
En cada representación nosotros la aplaudimos a rabiar. Después de cada función su rostro es el rictus en el que se manifiesta finalmente la gloria. Le lanzamos vítores y halagos, flores frescas que la protagonista desdeña con soberbia. En el acto, somos los muñecos de peluche que ella aleja de sí con los pies sobre el teatro. La Emperatriz que ejerce su dominio sobre todo el reino humano nunca se inclina ante nosotros durante las ceremonias celebratorias de su majestad absoluta. Antes de que el telón caiga definitivamente, tal vez en algún descuido se le escape un escarceo de indulgencia. Quizás su máscara dulcifique un instante una mueca de recato, pero su engreída naturaleza vuelve en seguida a retocar de vanidad a la calavera maquillada que nos habita.
Friends of the hive, I offer you this lyrical exercise inspired by the work All is Vanity (1892), by the American illustrator Charles Allan Gilbert (1873-1929), which pitilessly confronts us with our inevitable nature.
Título original: All is Vanity
Autor: Charles Allan Gilbert
Estados Unidos, 1892
The Empress
His audience is here, captive, restlessly biting their nails. We've come to see her perform again. We are expectant to witness her perennial and endless monologue that makes us cry out loud and in the midst of uncontrollable laughter makes us drink salty tears. At no time has there been anyone ever, ever, who has escaped the dominance of the dodgy influence of it. Because she is the Empress of all stages, we have come to pay the honors of her homage only to her. We have come to see her act to be subjected to her yoke again.
With her empty eyes shooting blinding rays between the thick wings that remain motionless under the devilish lights, she subjugates us with each of her gestures. Every word, every flattery of hers are insurmountable projectiles that penetrate our minds and depress our bodies in the seats that we have paid at the price of gold to come see her. Drum rolls sound from behind the curtains. As in an unspeakable, indescribable dream, we see her rise up against the light, we see her look into our eyes with disdain, we see her rise before our eyes and transform into a gorgon with seven dark heads that grows proud throughout the entire show.
In each performance we applaud her wildly. After each performance, her face is the rictus in which glory is finally manifested. We send her cheers and flattery, fresh flowers that the protagonist proudly disdains. In the act, we are the stuffed animals that she pushes away from her with her feet on the theater. The Empress who exercises her dominion over the entire human kingdom never bows to us during ceremonies celebrating her absolute majesty. Before the curtain finally falls on her, she perhaps in some oversight she slips out a dabble in indulgence. Perhaps her mask softens a modesty grimace for an instant, but her conceited nature immediately returns to touch up the made-up skull that inhabits us with vanity.
Traducción al inglés: Google Traductor
¡OHHHH WOAHHH!¡que belleza amigo! Esto si que es una escritura de un experto, mi admiración por completo, no conocía la obra y ya me provocó curiosidad, iré a ir a leer sobre ella.
¡Excelente escrito amigo! 👏👏
Hola, @liveofdalla. Muchas gracias por la lectura y el bondadoso comentario.
Recibe mis afectuosos saludos.
Una bella composición que nos compartes; la poesía fluye como manantiales vivos por cada letra hilvanada con la inspiración de la obra majestuosa. Encantado de leer tus líneas.
Buena tarde.
Encantado de encontrarte en este espacio de la poesía, @rinconpoetico7.
Saludos.
Hola @oacevedo La descripción de la actriz es muy vivida, trasmite una sección de fascinación y miedo al mismo tiempo me encanto
@faniaviera, me complace que te haya gustado mi poema.
Gracias, amiga, por tu cordial visita. Un abrazo.
Has sido curado por @visualblock / You've been curated by @visualblock
Bienvenidas delegaciones / Delegations welcome
Encuentra nuestra comunidad aquí / Find our community here
Trail de Curación / Curation Trail
@visualblock, estoy muy agradecido por su apoyo.