Las palabras hieren, aunque sea sin culpa [ESP-ENG]

ESPAÑOL

Desde mediados del siglo pasado, la mayoría de los filósofos han venido sosteniendo que somos seres lingüísticos. Es decir, nuestro ser, nuestra esencia se forma y se constituye a través del lenguaje. Quizás si el gran filósofo Rene Descartes viviera en estos tiempos su famosa frase hubiese sido primero hablo, luego existo. Entendiéndose que el lenguaje es la máxima expresión del pensamiento humano. Cuando escuchamos las expresiones o vemos las señales corporales de una persona, también estamos viendo su cultura, su grado de humanidad y su grado de tolerancia hacia las ideas distintas a la suya. Cuando alguien nos dice una frase con un gran contenido de palabras hirientes y ofensivas y luego digan “no fue mi intención” o “fue sin culpa” ya el daño a la relación está hecho.

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El uso de palabras hirientes y sarcásticas en una conversación genera dos tipos de violencias: la violencia física que se produce con la agresión y la violencia verbal contra nuestra forma de pensar. La agresión verbal en cualquiera de sus modalidades, ya sea con el uso palabrotas o con adjetivos diminutivos y frases que menosprecien tu presencia como ser humano, es más común de lo que las personas piensan. Muchas veces estas palabras hirientes causan no solo un dolor espiritual, sino que un dolor físico. Una madre ante las ofensas y lenguaje hiriente de un hijo sufre de ambos dolores. En otros casos esas palabras hirientes se comportan como una pequeña gota de agua que cae sobre un noble corazón y aunque sea tan duro como una roca, terminará rompiéndose en miles de pedazos.

Muchos no entienden que sus palabras tienen un enorme poder, que tienen un efecto que puede ser demoledor en las personas. A lo largo de mi ejercicio como coach y como líder de grupos de personas los he visto y escuchados. Se constituyen así mismo en personas absortos en la crítica, en la evaluación excesivas de las demás personas, si no se actúa según su mundo entonces te sueltan palabras hirientes acompañadas de yo soy así… Muchos de ese tipo de personas que he conocido, hoy después de varias décadas, muchos están en compañía de la soledad, algunos son jefes sin subordinados en sus empresas y su espíritu está cargado de negatividad y resentimientos.

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A medida que la tecnología comunicacional avanza y nos pone a disposición de cientos de aplicaciones para comunicarnos con más personas es necesario mantener ciertas normas tradicionales. Las famosas y casi olvidadas normas del buen oyente o el manual de Carreño para las normas de urbanidad son fundamentales en estos tiempos. Haga el esfuerzo y evite usar palabras hirientes aunque sea sin culpa.

INGLES

Since the middle of the last century, most philosophers have been arguing that we are linguistic beings. That is to say, our being, our essence is formed and constituted through language. Perhaps if the great philosopher Rene Descartes were alive today, his famous phrase would have been first I speak, therefore I am. Understanding that language is the maximum expression of human thought. When we hear the expressions or see the body signals of a person, we are also seeing their culture, their degree of humanity and their degree of tolerance towards ideas different from their own. When someone says a phrase to us with a high content of hurtful and offensive words and then they say "I didn't mean it" or "it was no fault of my own" the damage to the relationship is already done.

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The use of hurtful and sarcastic words in a conversation generates two types of violence: physical violence that occurs with aggression and verbal violence against our way of thinking. Verbal aggression in any of its modalities, either with the use of swear words or with diminutive adjectives and phrases that belittle your presence as a human being, is more common than people think. Many times these hurtful words cause not only spiritual pain, but physical pain as well. A mother, faced with the offenses and hurtful language of a child, suffers from both pains. In other cases those hurtful words behave like a small drop of water falling on a noble heart and although it is as hard as a rock, it will end up breaking into thousands of pieces.

Many do not understand that their words have enormous power, that they have an effect that can be devastating on people. Throughout my practice as a coach and as a leader of groups of people I have seen and heard them. They constitute themselves as people absorbed in criticism, in the excessive evaluation of other people, if you do not act according to their world, then they will say hurtful words accompanied by I am like that... Many of these types of people I have met, today after several decades, many are in the company of loneliness, some are bosses without subordinates in their companies and their spirit is full of negativity and resentment.

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As communication technology advances and provides us with hundreds of applications to communicate with more people, it is necessary to maintain certain traditional norms. The famous and almost forgotten rules of the good listener or Carreño's manual for the rules of civility are fundamental in these times. Make the effort and avoid using hurtful words even if it is through no fault of your own.