Yamika's | Capítulo 2 | parte 8 (Spanish/English)

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Abrió los ojos de par en par mientras hacía contacto visual con ese lunático; Lo miró a los ojos y contempló la irritación que le causaba. Y cuando ese hombre cerró sus ojos para posteriormente tocarse el entrecejo con sus dedos pulgar e índice.

— Déjame ver si lo entiendo bien… El empleado que llegó tarde a su turno quiere tomarse un descanso a mitad del trabajo… - dijo en un tono agresivo mientras contenía una notable ira.

Franklin replanteo lo dicho y se tornó pálido, Nuevamente estaba acorralado, Con la angustia brotando de su ser junto al pánico.
Forzó su cerebro a ser creativo, Tenía que decir algo para retirar lo que dijo.

– dijo temeroso.

Pero aunque deseara hacerlo, El gerente ya había escuchado suficiente. Abrió los ojos rápidamente y se quitó los anteojos una vez más.

— ¡¡No!! Me interrumpas. – Exclamo y al instante se calmó.

Su superior impidió que se defendiera. Le ordenó guardar silencio; Ya que esa observación no era lo único que tenia para recalcarle.
Franklin se acongojó, Perdió el valor que reunió, Prefirió guardar silencio temiendo lo peor.

—…

– Franklin guardo silencio aterrado e intimidado.

Lo que el gerente le tenía que decir superaba su imaginación o la triste realidad; Incluso superaba una respuesta normal.

— ¿Frank, Acaso me quieres tomar el pelo? ¿Acaso crees que puedes decirme cualquier tonta excusa que se te ocurra y que yo me la tragare con gusto? ¿Me crees tan crédulo? – Le pregunto varias veces en un tono sarcástico y hostil.

Actuó ofendido e empedernido, Su egoísmo iba por encima de sus correctos ideales.

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She opened her eyes wide as she made eye contact with that lunatic; she looked into his eyes and contemplated the irritation he caused her. And when the man closed his eyes and then touched his thumb and forefinger to his brow... Let me get this straight... The employee who was late for his shift was late.

— Let me get this straight... The employee who was late for his shift wants to take a break in the middle of work... - he said in an aggressive tone while containing a noticeable anger. Franklin rethought what he had said and turned pale, Again he was cornered, With anguish welling up from his being along with panic.

He forced his brain to get creative, He had to say something to take back what he said.

— N-No, That's not what I meant. - he said fearfully. But even if he wanted to, The manager had heard enough. He opened his eyes quickly and took off his glasses once more. — No!!! You're interrupting me! - He exclaimed and instantly calmed down.

His superior prevented him from defending himself. He ordered him to keep quiet; since that remark was not the only thing he had to stress to him.

Franklin was distressed, he lost the courage he had gathered, he preferred to remain silent fearing the worst. — Franklin kept silent, terrified and intimidated.

What the manager had to tell him surpassed his imagination or the sad reality; it even surpassed a normal answer. — Frank, are you kidding me? Do you think you can tell me any silly excuse you can think of and I'll gladly swallow it? Do you think I'm that gullible? - I asked him several times in a sarcastic and hostile tone.

He acted offended and stubborn, His selfishness went above his correct ideals.

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Esa faceta nunca antes vista por ningún otro empleado causo uno de los momentos de mayor desconcierto de su vida, Franklin ladeo sutilmente la cabeza a ambos lados deseando que el gerente se tranquilizara en el proceso. Pero no fue el caso…

– Franklin se mantuvo en silencio sin saber que decirle.

De todas formas y en frente del muchacho, Detono su ira interna como si fuera el primer desquite de un desquiciado: No se contuvo o tuvo rectitud en su lenguaje.

— ¿Dices que te quieres ir a almorzar? ¡¡Tonterías!! ¡¡Eres un holgazán!! Seguramente piensas escaparte del trabajo ¿No es así? – le dijo con firmeza en sus palabras.

Vociferó sin control: No media el volumen de su voz, ni mucho menos sus palabras.

Se desataba de sus principios éticos ya que nadie cuyo valor importaba lo miraba. Para él, Franklin no era nada más que una cucaracha que merecía ser aplastada, incluso el mismo lo creía…

Pero al ser acusado y malinterpretado, Defendió sus valores como ser humano.

— N-No señor. Y-yo no haría tal cosa.

– dijo angustiado.

Aun así, Sus esfuerzos fueron en vano: Ya que su mala reputación no lo favorecía. En vez de ser comprendido como un buen samaritano, fue cuestionado como un sinvergüenza.

— ¿Ah sí? ¡¿Entonces porque no vuelves al trabajo en vez de hacerme perder el tiempo?! – le contestó muy molesto.

— Pero, Pero…

- rezongó franklin.

El gerente se estaba estremeciendo de los nervios, Su rostro colorado se enrojecía por sí solo, La vena en su frente palpitaba con cierto ritmo al igual que un corazón.

La fuerte emoción que lo azotaba desde el interior opaco por completo su lado civilizado: Se comporto como un animal iracundo o un infante ejerciendo una rabieta.

— ¡¡NADA DE PEROS!! Me has sido un dolor de cabeza desde hace meses. No sé cuantas veces tengo que repetírtelo para que un cabeza hueca como tú lo entienda. ¡Aquí no haces lo que te plazca! - le regañó.

— Y mientras estés bajo mi servicio, harás lo que yo diga. – dijo regio y petulante.

Era una autentica verdad, Una que no se podía negar.
Al recalcarle ese hecho, Ese hombre recupero su buen juicio: De un momento a otro se volvió pacifico. Y de forma descarada y extraña, Su actitud arrogante surgió para reafirmarle esa autoridad.

— Aunque claro, Eso se puede arreglar fácilmente. Solo quítate el chaleco, Recoge tus cosas y sal de aquí ahora mismo… ¿Queda entendido? – Se expresó muy arrogante en un inicio para luego volverse discrepante.

Aunque su aptitud no fuera el ejemplo a seguir, él seguía siendo su superior…
La jerarquía no favorece a los débiles…

Tanto en una jungla como en una ciudad, Los animales que mejor se adaptan al ecosistema son los que rigen y gobiernan a los demás; Puesto que les dan su lugar en la cadena del odio y el recelo por un mísero benefició, una posición sin mero respeto.
Y una vez que se pierde esa bendición, Solo quedan los vestigios de un inservible trozo de basura.

Ese lunático con el puesto de gerente lo sabía muy bien… Por esa razón fue sutil a la hora de pedirle que saliera por la puerta.
Y al escucharlo, El corazón de Franklin comenzó a latir a mil: Esa advertencia lo dejo helado, Tanto que se torno pálido.

El hambre que sentía no causaría tal estrago, Sino el absoluto terror que dejaba su mente en blanco.

—…

– Franklin pensó en silencio por breves mientras temía las consecuencias de las palabras que formulaba.

Por más que tratara de pensar en alguna idea, No había nada más que silencio en su cabeza.

El remordimiento se hallaba presente en su corazón avivando el terror: Su futuro laborar pendía de un hilo muy delgado…
Eso lo hizo actuar por instinto ante la difícil adversidad.

Por lo que el muchacho se trago su dignidad una vez más…

— S-Si señor… Volveré al trabajo.

– le dijo respetuoso y temeroso.

Iniciar esa conversación fue una causa perdida que terminó por hundir sus pies en la tierra.

Después de esos intensos minutos en los que permaneció son una expresión catatónica, Le mostró una sonrisa fingida mientras retrocedía sus pasos hacia atrás:
Para alejarse de la cercanía de ese hombre tan impredecible.
Este no paraba de verlo con desdén mientras se escabullía de él.

—… – Lo observó despectivo mientras se marchaba.

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That facet never before seen by any other employee caused one of the most disconcerting moments of his life, Franklin subtly tilted his head to either side wishing the manager would calm down in the process. But that was not the case...

— Franklin remained silent, not knowing what to say to him. Anyway and in front of the boy, he detonated his inner rage as if it were the first retaliation of an unhinged person: He did not hold back or had any rectitude in his language.

— You say you want to go to lunch? Nonsense!!! You're lazy!!!! Surely you're thinking of running away from work, aren't you? - she told him with firmness in her words. He rambled on uncontrollably: He did not mediate the volume of his voice, let alone his words.

He was untethered from his ethical principles since no one whose worth mattered was looking at him. To him, Franklin was nothing more than a cockroach who deserved to be squashed, even he believed it himself.... But when accused and misunderstood, he stood up for his values as a human being.

— N-No sir. I-I would do no such thing. - he said in anguish. Still, His efforts were in vain: For his bad reputation did not favor him. Instead of being understood as a good Samaritan, he was questioned as a scoundrel. — So why don't you go back to work instead of wasting my time! - he replied in annoyance.

— But, But... - he grumbled. The manager was shaking with nerves, His flushed face was reddening on its own, The vein in his forehead was throbbing with a certain rhythm just like a heart. The strong emotion that lashed him from the inside completely overshadowed his civilized side: He behaved like an angry animal or an infant throwing a tantrum.

— NO BUTS!!! You have been a pain in my ass for months now. I don't know how many times I have to repeat it to you for an airhead like you to understand. You don't do as you please here! - she scolded him. — And as long as you are in my service, you will do as I say. - he said regally and petulantly.

It was a real truth, one that could not be denied. When I emphasized that fact to him, that man recovered his good sense: from one moment to the next he became peaceful. And in a blatant and bizarre way, His arrogant attitude emerged to reassert that authority.

— Of course, that can be easily fixed. Just take off your vest, pick up your things and get out of here right now... Is that understood? - He expressed himself very arrogantly at first and then became discrepant.

Even if his aptitude was not an example to follow, he was still her superior... Hierarchy does not favor the weak...

Whether in a jungle or in a city, The animals that are best adapted to the ecosystem are those that rule and govern the others; Since they give them their place in the chain of hatred and suspicion for a measly benefit, a position without mere respect. And once that blessing is lost, Only the vestiges of a useless piece of trash remain.

That lunatic with the manager's job knew that all too well... That's why he was subtle in asking her to walk out the door. And when he heard it, Franklin's heart began to beat a thousand times: That warning made him freeze, so much so that he turned pale.

The hunger he felt would not cause such havoc, but the absolute terror that left his mind blank. — Franklin thought silently for brief moments as he feared the consequences of the words he spoke.

Try as he might to think of some idea, There was nothing but silence in his head.
The remorse was present in his heart, stoking the terror: His working future was hanging by a very thin thread... That made him act on instinct in the face of difficult adversity. So the boy swallowed his dignity once more...

— Y-Yes sir... I'll get back to work. - he said respectfully and fearfully. Initiating that conversation was a lost cause that ended up sinking his feet into the ground. After those intense minutes in which he remained with a catatonic expression, he showed her a fake smile while he retreated his steps backwards: To get away from the proximity of that unpredictable man.

This one did not stop looking at him with disdain as he slipped away from him. — He watched him contemptuously as he walked away.

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Franklin le dio la espalda para retirarse de su vista de una buena vez y regresar a los corredores del supermercado… Pero antes de que pudiera correr, Su voz lo detuvo al instante.

— Muchacho… – Clamó de repente.

El gerente demandó su atención…
Franklin detuvo todo movimiento físico como si se hubiera paralizado en el acto, de manera consecutiva, volteo hacia atrás para divisar a su encargado.

– le respondió.

Ese maníaco se volvió a colocar los anteojos mientras le seguía lanzando esa mirada despectiva.

— Te advertí que no volvieras a fastidiarme. Hazlo otra vez y será nuestra última conversación. ¿Entendido? – le dijo muy serio.

Su segunda advertencia fue dicha como la primera:
En una perturbadora calma que emanaba tensión para agregarle aun más peso al ambiente, el joven empleado se sofocaba.
Con lo visto y sentido hace segundos, el joven reconoció que no podía tomar esas palabras a la ligera…

Ya de por si estaba en una situación comprometedora donde cualquier decisión puede arruinar su futuro; Franklin trago saliva ante la insoportable angustia que lo abrumaba.

Solo respondió a ese aviso de manera afirmativa para terminar con la conversación y largarse de una buena vez de su presencia.

— S-Si señor…

- dijo precavido.

Pero como si ese individuo no tuviera suficiente con rebajar al muchacho de insecto a un trozo de excremento o Aplastar su dignidad con soberbia y asco e intimidarlo… Lo amenazo con sacarlo del trabajo.

— Si sales por la puerta principal antes de las seis, No volverás a entrar otra vez… - le advirtió con mucha seriedad.

Su aviso le agitó el corazón una vez más… Y extrañamente le quito el apetito.
Desvió la mirada del gerente por unos segundos para luego agachar la cabeza…

—…

– Franklin guardo silencio mientras pensaba en su bienestar.
Y tras meditar, Recito con penuria una última afirmación.

— Si… Entendido…

- Respondió mientras permanecía cabizbajo.

Al afirmar lo comprendido hasta lo implícito, el abatido y hambriento muchacho se dirigió a la salida del almacén a pasos lentos mientras sentía la penetrante mirada del gerente en su nuca.
Con ese error, Su espíritu decayó.
Con esa falta, al igual que en un partido de baseball:
Ese fue su segundo “strike” en el juego de la vida.

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Franklin turned his back on her to get out of her sight at once and return to the corridors of the supermarket... But before he could run, Her voice stopped him instantly. — Boy... - He suddenly cried out. The manager demanded his attention... Franklin stopped all physical movement as if he had been paralyzed on the spot, consecutively, he turned back to see his manager.

— Yes, sir? - he replied. That maniac put his glasses back on while he kept giving him that contemptuous look. — I warned you not to bother me again. Do it again and it will be our last conversation. Understood? - he said very seriously. His second warning was spoken like the first: In an unsettling calm that exuded tension to add even more weight to the atmosphere, the young employee suffocated.

With what he had seen and felt seconds ago, the young man recognized that he could not take those words lightly.... He was already in a compromising situation where any decision could ruin his future; Franklin swallowed saliva at the unbearable anguish that overwhelmed him.

He only responded to that warning in the affirmative to end the conversation and get the hell out of his presence. — Y-Yes sir... - he said cautiously. But as if that individual did not have enough to lower the boy from an insect to a piece of excrement or crush his dignity with arrogance and disgust and intimidate him... I threaten to remove him from the job.

— If you walk out the front door before six o'clock, you will not get back in again... - she warned him very seriously. Her warning made his heart flutter once again... And strangely, it took away his appetite. He looked away from the manager for a few seconds and then ducked his head...

— ... - Franklin kept silent while he thought about his well-being.
And after meditating, he recited a last affirmation. — Yes... Understood... - He answered while he remained crestfallen. Affirming what was understood even implicitly, the dejected and hungry boy headed for the exit of the warehouse with slow steps while he felt the manager's penetrating gaze on the back of his neck.

With that mistake, His spirit declined. With that foul, just like in a baseball game: That was his second strike in the game of life.

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Continuará...

-Creditos-

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