Desde pequeña siempre crecí con la convicción de una boda ejemplar y bonita, como en aquellos cuentos de hadas en donde todo resulta ser maravilloso, pero con el tiempo nos damos cuenta de que esa percepción y visión de la vida está mucho más lejos de lo que pensamos y no todas tienen algo hermoso con ese momento, es por eso que aplaudo a todas aquellas que han ido encaminada a este gran momento y que de alguna u otra forma la han hecho sentir feliz con la propuesta de matrimonio. Cuando me encontraba en pareja hace un tiempo, exactamente unos 8 años estuvo en mis manos la posibilidad de poder casarme, de poder organizar mi boda y de empezar a buscar un vestido, cosa que sucedió como lo imaginé, estaba realmente emocionada por todo lo que estaba sucediendo a mi alrededor, aunado a eso ni anillo de compromiso era bastante lindo, viví una relación muy bonita, pero después de organizar por un buen tiempo este evento, la persona con quién estaba tuvo la decisión de meterse con alguien más y dejar a esta persona embarazada; realmente fue algo que desembocó en mí una montaña rusa de emociones que no logro describir, a pesar de las muchas disculpas y cosas que tuvo para conmigo, no logré perdonar ese episodio de mi vida, pero con el tiempo pude sanar la herida y tener luego una vida maravillosa en pareja como la que tengo actualmente, la vida no siempre es como pensamos y queremos, el destino nos tiene otra cosa preparada para nosotros.

Siempre he dicho que las cosas pasan por algo, que de los errores y vivencias son de las que aprendemos constantemente en nuestras vidas, es por eso que seguí adelante con mi vida a pesar de estar destrozada, todos aquellos sueños que tenía un día en mente se fueron por la borda, hoy en día soy una persona que no considera el matrimonio con opción o una fecha especial, tampoco de ir a una iglesia para casarme, menos a estas alturas de mi vida, y si algo así sucediera, realmente fuera para firmar el papel y listo, aunque sé que nadie tiene la culpa de lo que haya pasado, pero para mí quedó un sin sabor demasiado fuerte en mi vida, y recordar duele. Siempre tuve una boda de ensueño, pero encontrar aquella situación en mi vida, lo tuve que abandonar, y ya a estas alturas y con casi 35 años encima no creo poder asumir ese reto, más bien lo veo como algo tranquilo y acorde para aquellas personas que apenas están empezando una relación y aún no hay hijos en el matrimonio, hoy en día me siento bastante feliz como estoy y por lo que hago en mi vida y si algún día llega a suceder estoy preparada para algo súper sencillo.