[ESP/ENG] De un país a otro (TAILANDIA - CAMBOYA) // From one country to another (THAILAND - CAMBODIA)
Solo han pasado 3 días desde la última entrada, pero necesitaba escribir. Necesitaba explicar con detalles como ha sido nuestra experiencia al cruzar la frontera entre Tailandia y Camboya.
Empezando porque decidimos alargar una noche más, para no viajar resacosas tras la macrofiesta. Y al final pasamos la última noche con nuestros colegis thais, una cosa llevó a la otro y montamos al autobús directamente sin dormir. No podéis haceros una idea de lo duro que fue el resto del día.
En nuestras mentes la idea estaba clara. El autobús “normal” nos recogía, y dormiríamos allí durante las muchas horas de camino. Pero para nada fue así. A las 07.00 apareció aquel minibus que en menos de dos minutos ya estaba abarrotado de gente. Estábamos totalmente adosados los unos a los otros. Envasados al vacía. En donde había asientos para cinco, íbamos ocho o nueve. Las ventanas, no sé muy bien porqué, cerradas y sin opción a abrirlas. Así del tirón durante cuatro horas, hasta que hicimos la primera parada en una gasolinera. Y aclaro que sí, el trayecto en barco lo hicimos también dentro de la latita de sardinas y sin poder bajar para estirar las piernas, que esas eran las únicas que sí que estaban dormidas.
Continuamos itinerario exactamente en la misma posición. Tipo tetris. Todos encajados unos con otros, indistintamente de sí les conocías o no. Cada vez el calor se hacía más dura y la situación más insoportable. Aún así aguantamos tres horas más.
Segunda parada en una especie de bar/agencia de viajes/tienda. Ahí nos “tramitan” el visado cobrándonos 200 baths más del precio establecido, y por supuesto sin darnos otra opción. De ahí nos acompaña un hombre con bastante cara dura, a cruzar la frontera. Justo antes de cruzar, el caballero aparca el minibus a pleno sol y nos deja allí dentro una media hora más. Todo acompañado de un discurso motivador que decía algo así como “esto no es Europa, esto es un país pobre, aquí no funcionan las tarjetas de crédito así que sacad todo el dinero que podáis”, y una serie de consejos extraños que no venían al caso y solo acentuaban su cualidad de sinvergüenza.
FRONTERA: Incomprensible y por tanto inexplicable el jaleo que tienen allí montado. Una cantidad de gente impactante, camiones con jaulas que transportan personas, un túnel oscuro y sucio por el que tienes que pasar, un alboroto descomunal y dos controles exhaustivos. Uno para verificar la salida de Tailandia y el otro para la entrada en Camboya. Entre ambos países ¿qué había construido? Un enorme casino bien llamativo.
El primer control se resolvió rápido. En el segundo estuvimos dos horas de pie esperando a poder cruzar aquel túnel. La velocidad media de los que allí estaban era de 1 paso/hora. Se veía en las caras de las personas que todos estaban deseosos de llegar al final de aquella galería y encontrarse con aquel hombre que está a la salida y que es quien decido si eres apto o no para entrar en el país.
Pasamos el túnel. Ya estamos en Camboya. Tras otro enorme lapso de espera nos recoge un autobús, el cual nos lleva a otro autobús que a su vez nos lleva al autobús definitivo con el que llegaremos a la ciudad de Siem Reap. Durante todo el trayecto hasta la ciudad pudimos conversar con unas chicas muy amables que nos aconsejaron lugares donde dormir, pues a todo esto íbamos sin ningún tipo de reserva en ningún lado. Pensábamos llegar sobre las 18.00 y con tiempo para encontrar algo. Ilusas de nosotras, eso no sucedió.
Describiré las vistas que tuvimos durante el camino, aunque los cristales polvorientos de vehículo no permitían apreciar mucho. Sin embargo, lo que se podía ver dejaba claro que era un país bastante más descuidado y menos desarrollado que del que veníamos. Peores infraestructuras y con la naturaleza como principal decorado. Exótico y espectacular.
Al fin llegamos a la estación de buses de Siem Reap a las 22:45. A unos 7 km de la ciudad. Necesitábamos un tuk-tuk que nos acerque hasta la urbe. Los tuctuqueros lo saben y revolotean alrededor del autobús, esperando a que bajemos para empezar la negociación. Saben que tienen la sartén por el mango. Ah! No olvidemos que hemos cambiado de moneda, aquí se utilizan reales o dólares americanos. Por tanto a la hora de calcular precios o regatear, aún estábamos muy pero que muy verdes.
Todos habían marchado y solo quedaba el tuktukero más timador. Ese que se aprovecha de la distancia, la inocencia y la hora. Ese que aumenta el precio porque sabe que no hay otra opción. Ley de la oferta y la demanda, asi que terminamos subiendo con todo nuestro equipaje y casi volcamos. Cuatro chicas con enormes macutos repletos sobre una estructura de apariencia no muy sólida…
Los caminos eran de piedra y llenos de curvas. La tensión se mascaba. De repente el conductor decide frenar y dejarnos en una gasolinera diciendo que ya habíamos llegado y que él se iba a ver a su novia. Todo esto con una tranquilidad asombrosa. Así que allí nos bajamos y pateamos por los alrededores hasta dar con una Guest House. Sin mucha energía nos instalamos para descansar e investigar la zona a la mañana siguiente.
¿MORALEJA? Nunca, repito, nunca confíes en poder descansar en el trayecto de un viaje por algún lugar desconocido (en este caso Asia). Ya que Siempre, repito, siempre habrá algún incidente que altere los planes.
ENGLISH
It's only been 3 days since the last post, but I needed to write. I needed to explain in detail how was our experience crossing the border between Thailand and Cambodia.
Starting because we decided to extend one more night, so as not to travel hung over after the macro party. And in the end we spent the last night with our Thai colleagues, one thing led to another and we got on the bus without sleeping. You can't imagine how hard the rest of the day was.
In our minds the idea was clear. The "normal" bus would pick us up, and we would sleep there for the many hours on the way. But it was not at all like that. At 07.00 that minibus appeared and in less than two minutes it was already crowded with people. We were totally attached to each other. Vacuum-packed. Where there were seats for five, there were eight or nine of us. The windows, I don't know why, closed and without the option of opening them. So on and on for four hours, until we made our first stop at a gas station. And I clarify that yes, we also made the boat trip inside the sardine tin and without being able to get off to stretch our legs, which were the only ones that were asleep.
We continued the itinerary in exactly the same position. Tetris-like. All fitted together, regardless of whether you knew them or not. The heat was getting harder and harder and the situation more and more unbearable. Still we endured three more hours.
Second stop at a kind of bar/travel agency/shop. There they "process" us the visa, charging us 200 baths more than the established price, and of course without giving us any other option. From there we are accompanied by a man with a rather stern face, to cross the border. Just before crossing, the gentleman parks the minibus in the sun and leaves us there for another half hour. All accompanied by a motivational speech that said something like "this is not Europe, this is a poor country, credit cards do not work here so take out as much money as you can", and a series of strange advice that were not relevant and only accentuated his quality of scoundrel.
BORDER: Incomprehensible and therefore inexplicable the racket they have there. A shocking amount of people, trucks with cages transporting people, a dark and dirty tunnel through which you have to pass, a huge commotion and two exhaustive controls. One to verify exit from Thailand and the other for entry into Cambodia. What had been built between the two countries? A huge casino, a real eye-catcher.
The first control was solved quickly. In the second one we were standing for two hours waiting to be able to cross that tunnel. The average speed of those who were there was 1 pass/hour. You could see in the faces of the people that everyone was eager to reach the end of that gallery and meet the man who is at the exit and who is the one who decides whether or not you are eligible to enter the country.
We passed the tunnel. We are now in Cambodia. After another long wait we are picked up by a bus, which takes us to another bus that in turn takes us to the final bus that will take us to the city of Siem Reap. All the way to the city we could talk with some very nice girls who advised us places to sleep, because we were going without any kind of reservation anywhere. We thought we would arrive around 18.00 and with time to find something. We were foolish, that didn't happen.
I will describe the views we had along the way, although the dusty windows of the vehicle did not allow us to see much. However, what we could see made it clear that it was a much more neglected and less developed country than the one we came from. Worse infrastructures and with nature as the main decoration. Exotic and spectacular.
Finally we arrived at the bus station in Siem Reap at 22:45. About 7 km from the city. We needed a tuk-tuk to take us to the city. The tuk-tuk drivers know this and hover around the bus, waiting for us to get off to start negotiating. They know they have the upper hand. Ah, let's not forget that we have changed currency, here they use reais or American dollars. So when it came to calculating prices or bargaining, we were still very, very green.
Everyone had left and there was only the most shyster tuktukero left. The one who takes advantage of distance, innocence and time. The one who increases the price because he knows there is no other option. Law of supply and demand, so we ended up going up with all our luggage and almost overturned. Four girls with huge bags packed on top of a not very solid looking structure....
The roads were stony and full of curves. The tension was chewing. Suddenly the driver decided to stop and leave us at a gas station saying that we had arrived and that he was going to see his girlfriend. All this with an amazing tranquility. So there we got off and walked around until we found a Guest House. Without much energy we settled down to rest and investigate the area the next morning.
MORAL OF THE STORY? Never, I repeat, never rely on being able to rest on the way to a trip in some unknown place (in this case Asia). Because there will always, I repeat, always be some incident that will alter the plans.
Texto e imágenes propias
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Hey, I do not know if my country just saw the label cambodia. I was immediately interested.