Hispaliterario 13 / El pequeño de Rafaela [Esp. / Eng.]

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El pequeño de Rafaela

Desde mi corazón brota el recuerdo de Efraín, el pequeño de Rafaela. Es un recuerdo imborrable que me trae inconformidad con las injusticias de la vida y a la vez, me redefine la alegría de vivir, la esperanza y la bondad.

Efraín fue un ángel que pasó por esta tierra, en una especie de misión crística para enseñarnos que se puede sufrir sin perder la alegría.

Nació en un parto sin complicaciones, normal y sano. Era muy lindo además. Dicen que los bebés son bonitos, pero todos sabemos que se habla de una belleza teórica, enraizada en el concepto de inicio de vida que llega al mundo con cada pequeñín, porque realmente no todos son bonitos. Pero Efraín lo era. Era un niñito precioso. Era un modelo ideal para representar un niño sano y feliz.

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Un niño sano y feliz

Rafaela, su madre, es la hija única de mi mejor amiga, la considero mi sobrina del corazón. La llegada de Efraín a nuestras vidas fue un gran regalo. Era único por todos lados, hasta por el mío, pues mis nietos aún no habían llegado. Era el niño más amado y consentido que he conocido, aunque educado en valores positivos y sin derecho a hacer perretas.

Recuerdo como si fuese hoy, el terrible huracán que en forma de noticia devastó a toda la familia: El médico informó sus temores sobre la salud del niño y sugirió la visita a un especialista de toda su confianza, para que lo revisara.

Ese día, era yo quien acompañaba a Rafaela. Sentí un frío intenso en todo el cuerpo, vi una palidez mortal en el rostro de la joven madre y sólo atiné a decir: Dios mío, mientras terminaba de vestir al niño, después de su revisión médica. Luego lo abracé en un vano intento de protegerlo del mal que lo había alcanzado.

No sé de donde sacó fuerzas mi querida Rafaela, para contener las lágrimas que bailaban en sus ojos. Me pidió que sacara al niño del consultorio y se quedó hablando con el médico.

Abreviando el relato, a partir de la consulta con el especialista, quien confirmó la enfermedad del niño, comenzaron estudios y luego tratamientos. Todos los profesionales de la salud que lo trataron, mostraron hacia Efraín un afecto instantáneo, robaba los corazones con su preciosa sonrisa. Pero el huracán no dejó de zarandear al grupo familiar.

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Amor, compañía y diversión

La familia consciente de la brevedad de la vida del niño, comenzó a hacer cambios selectivos en las actividades familiares. El acompañamiento y alegría de Efraín se convirtieron en la mayor prioridad. Se celebraban sus cumpleaños, asistía a los de sus amiguitos.

Hubo días de campo o de playa o de parque, de manera improvisada, siempre con amor y más amor; costara lo que costara allí estaban papá y mamá, losa abuelos maternos y paternos, los primitos y todos los allegados. Se habían terminado las fiestas con poca gente. La consigna era siempre la misma: las lágrimas y el mal humor se quedan en casa. Si no puedes dejarlos quédate. Y Rafaela se mantenía fuerte como una roca ante este precepto.

La fortaleza y disposición de Rafaela nos contagiaron a todos, siempre con la alegría de estarlo disfrutando mientras fuese posible y de aligerar el agobio de sus pasos por el hospital. Aunque también en éstos había intervenciones, como payasitos y helados. Los ráfagas del huracán, dejaban momentos para disfrutar los rayitos de sol, junto con otros niños hospitalizados.

A sus siete años, se fue Efraín, rodeado del mismo amor con que había vivido. Dejando las lágrimas que acostumbra a producir la ausencia, pero a la vez la satisfacción de haber vivido con él un gran amor y muchas alegrías.

Esta historia es ficticia, pero hay muchas historias que pueden parecerse. Brindar apoyo a las familias es un maravilloso acto de amor.

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ENGLISH


Rafaela's little boy

From my heart comes the memory of Efraín, Rafaela's little boy. It is an indelible memory that brings me disagreement with the injustices of life and at the same time, redefines the joy of living, hope and kindness.

Efraín was an angel who passed through this earth, on a kind of Christic mission to teach us that one can suffer without losing joy.

He was born in a normal, healthy, uncomplicated delivery. He was very cute too. They say that babies are beautiful, but we all know that there is talk of a theoretical beauty, rooted in the concept of the beginning of life that comes into the world with each little one, because not all of them are really beautiful. But Ephraim was. He was a precious little boy. He was an ideal role model to represent a healthy and happy child.

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A healthy and happy boy

Rafaela, her mother, is the only daughter of my best friend, I consider her my niece of the heart. Efraín's arrival in our lives was a great gift. He was unique everywhere, even mine, because my grandchildren had not yet arrived. He was the most loved and pampered child I have ever known, although educated in positive values ​​and without the right to do dirty tricks.

I remember as if it were today, the terrible hurricane that devastated the whole family in the form of news: The doctor reported his fears about the child's health and suggested the visit a specialist you trust, to have it checked.

That day, I was the one accompanying Rafaela. I felt an intense cold throughout my body, I saw a deathly pallor on the young mother's face and I only managed to say: My God, while I finished dressing the child, after her medical check-up. Then I hugged him in a vain attempt to protect him from the evil that had overtaken him.

I don't know where my dear Rafaela got the strength to contain the tears that danced in her eyes. She asked me to take the child out of the office and stayed talking with the doctor.

To make a long story short, from the consultation with the specialist, who confirmed the child's illness, they began studies and then treatments. All the health professionals who treated him showed instant affection towards Efrain, he stole hearts with his beautiful smile. But the hurricane did not stop shaking the family group.

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Love, company and fun

The family, aware of the shortness of the child's life, began to make selective changes in family activities. The accompaniment and joy of Efraín became the highest priority. His birthday was celebrated, he attended those of his little friends.

There were days in the country or at the beach or in the park, in an improvised way, always with love and more love; Regardless of what it cost, there were mom and dad, the maternal and paternal grandparents, the little cousins, and everyone close to them. The parties with few people were over. The slogan was always the same: tears and bad humor stay at home. If you can't leave them, stay. And Rafaela remained strong as a rock before this precept.

Rafaela's strength and disposition infected us all, always with the joy of enjoying it as long as possible and lightening the burden of her steps through the hospital. Although there were also interventions in these, such as clowns and ice creams. The gusts of the hurricane left moments to enjoy the rays of the sun, together with other hospitalized children.

At the age of seven, Efraín left, surrounded by the same love with which he had lived. Leaving the tears that absence usually produces, but at the same time the satisfaction of having lived with him a great love and many joys.

This story is fictional, but there are many similar stories. Supporting families is a wonderful act of love.

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Imagen de Hispaliterario 13

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Imágenes importadas de la convocatoria a este concurso, para promocionar @ecency y @Hive en Movimiento.

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GRACIAS POR LEERME



THANKS FOR READING ME


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22 comments
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Así son las tormentas de la vida y tenemos que aprender a sobrellevarlas. Recuerdo precisamente una peli que se conoce bajo el nombre de No se aceptan devoluciones, y el mundo mágico que pinto el padre adoptivo sin saberlo, para que la niña viviera a lo máximo en espera de ese día fatal, en que el epicentro hiciera de las suyas y se llevara a la niña con Dios. Al igual que Efraín, la pequeña fallece a los 9 años, según la peli...

Hermosa y tierna historia. Suerte. Un abrazo en la lejanía.

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No vi la película, pero seguro que me hubiera conmovido. Lo importante en el caso de mi relato es que la enfermedad no convirtió su vida en tragedia, sino que reforzó el sentimiento de disfrutarlo y hacerlo disfrutar hasta que la muerte se lo llevo, a los 7 años de edad. Dejando a Rafaela la satisfacción de haber hecho todo lo que pudo por la felicidad del niño.
En ocasiones, nos enfrascamos tanto en el dolor que no vemos las cosas bonitas que desfilan ante nosotros cada día. Y, lamentablemente, me consta que hay personas que se sumergen en el dolor y lo disfrutan.
Gracias por tu apoyo y por dejar tu comentario.

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Guao, me traes a la mente el recuerdo de una hermosa vida que se apago tan temprano y en circunstancias como las que mencionas en esta historia. Es duro vivir con esa certeza de que, ese gran amor que te ha regalado la vida, estara poco tiempo con nosotros. Aunque el tiempo ha pasado, la tristeza no abandona a quien ha amado una vida tan efímera. Muy bonita historia y muy real, porque la he vivido. Saludos amiga.

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Muchas gracias, @fragozar01, por tu significativo comentario.
Abrazos.

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Hermoso niño con ojos preciosos y mucha !LUV

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Mi madre solía decir cuando se enteraba de hechos como estos que estos pequeños niños eran ángeles que venían a estar a nuestro lado y que teníamos que velar por hacer su paso en la tierra lo mejor posible.
Excelente relato amiga @mllg 🤗

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Pienso igual que tu mamá. Tuve una hermana mayor que falleció a los 3 años de edad. Y la familia la consideró un ángel

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Una historia conmovedora! ¡Muy valiente esa madre! Pienso que la mayoría de las madres lo son.

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Considero que uno de los dones que aporta la maternidad es la fortaleza para cuidar a los hijos propios e incluso ajenos, gracias @josegilberto.

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