Era jueves, un día normal en el cafetal El Campo, todos los trabajadores como siempre salen desde temprano a sus labores diarias, toman su taza de café como de costumbre para comenzar con ánimo un gran día de trabajo. Luego se van al cultivo hasta que les cae la noche y regresan a casa a descansar y prepararse para un nuevo día. Así transcurren todos los días en aquel pequeño cafetal, entre cultivo, recolección y ventas.

El dueño del lugar y su esposa llevaban tiempo queriendo tener hijos pero por motivos inexplicables aun no tenían herederos, lo que era algo preocupante para la familia. Pero un día algo especial pasó en el cafetal, ¡la dueña estaba embarazada!, ¡que emoción!, ¡había fiesta en el cafetal por la llegada de un heredero!, ese día realizaron un gran banquete para festejar, donde las tazas de café no pudieron faltar.

El futuro padre decía que su hijo sería una bendición para el cafetal, un futuro heredero de aquel legado familiar. Pero parece que sus planes cambiaron por completo cuando al fin tuvieron una hermosa hija y le pusieron por nombre Anna.

¿Una niña? – Pensó lamentándose–. No será capaz de sacar adelante este negocio familiar, el cafetal es trabajo se hombres – afirmo con total seguridad–.

Pero la madre de Anna no pensaba lo mismo, confiaba en que su hija era una bendición, así que poco a poco le fue enseñando a Anna a tener amor por el café. Todas las tardes la llevaba al cafetal para que viera el trabajo que se realizaba y a Anna le encantaba lo que aprendía. Su madre era popular entre todos los trabajadores por preparar el mejor café del mundo. Sin duda alguna quien tomaba su café recobraba el ánimo por completo.

Anna se puso la meta de aprender a hacer el café igual o mejor que el de su madre, pero aun no lograba saber cuál era el ingrediente secreto que hacía que todos se sintieran atraídos a su café. Lo intento por muchos años hasta que su madre ya avanzada en edad murió; años más tarde su padre también murió.

Este fue el peor momento en la vida de Anna y en la historia del cafetal. – al fin mi padre tenía razón, no estoy preparada para sacar adelante el legado familiar- pensó Anna con sus ojos llenos de lágrimas.

Desde ese momento la tristeza y la soledad abundaron en el cafetal, las ventas bajaron muchísimo y ya el ingreso no alcanzaban para cubrir los gastos básicos, Anna no encontraba que hacer, se sentía tan decepcionada de sí misma que ya no tenía energía para nada.

Un día Anna escucho mucho ruido cerca del cafetal, -parece que compraron la gran mansión- pensó un poco sorprendida. –Deben ser personas muy adineradas-.

Sin darle importancia al asunto Anna decidió seguir en su día a día, hundida en su tristeza por el dolor de la pérdida de sus padres. Ya para ese momento muchos de los trabajadores habían abandonado el cafetal por la mala economía que tenía y debido a esto el cultivo se fue perdiendo, Anna no tuvo otra opción que poner un gran aviso de venta en la entrada del cafetal.

Ya agotándose los ahorros pensó que iba a hacer de su vida ya que todo por lo que sus padres habían luchado estaba perdido. Ese mismo día por la tarde entro al cuarto de su madre y vio un gran espejo y en la parte superior derecha una foto de su madre, pudo recordar lo hermosa que ella era y lo mucho que se parecía, solo que su semblante era muy triste y en la foto su madre tenía una gran sonrisa.

Movida por los sentimientos Anna decidió recorrer los cultivos abandonados, solo para recordar un poco los momentos que vivió y aprendió de su madre, quien siempre confió en ella.

Estando allí, sintió tanto dolor al ver como estaba acabado todo aquello que veían sus ojos, se lamentó tanto haber olvidado aquellos momentos tan lindos que vivió de niña en aquel lugar. ¿Pero que podría hacer? Ya estaba todo acabado.

En ese mismo momento algo llamo la atención de Anna, una planta de café en medio del campo no estaba seca, parece que estaba floreciendo por así decirlo, tenía granos de café verdes y rojas, ya pronto se podrían recolectar. Esa pequeña planta para Anna significó esperanza, algo que ya había perdido hace mucho tiempo. Se quedó unas horas para meditar en aquel maravilloso encuentro, sin notar que alguien la observaba.

Del otro lado del cafetal, en la gran mansión, había un chico llamado Fabián, hijo de padre millonarios, y él un exitoso empresario. A pesar del dinero, lujo y prestigio del que se encontraba rodeado, Fabián era un joven muy sencillo, a simple vista no aparentaba tener tanto dinero. Entre todo Fabián tenía una pasión “el café”, ¡qué irónico! Pues estaba viviendo justo al lado de un cafetal abandonado. Por este motivo es que Fabián sentía tanta curiosidad por aquel viejo cafetal y había estado observando a Anna desde hace varios días.

Desde que aquel día tan emotivo Anna tomo la firme decisión de rescatar el cafetal y todos los días se levantaba desde muy temprano tomaba su taza de café y comenzaba sus labores diarias hasta caer la noche, para regresar a casa, descansar y prepararse para un nuevo día.

Era un trabajo duro el que estaba realizando Anna y su esfuerzo estaba empezando a surtir efecto, poco a poco el cafetal iba tomando buena cara. Para Anna aquella meta de hacer el mejor café del mundo volvió a su mente y ese día se propuso a hacer el café que su madre le había enseñado pero los sentimientos y los recuerdos la invadieron, así que descargo todo aquel dolor, tristeza y emociones en aquel café, le entrego su corazón “el ingrediente especial de su madre”, Anna logro hacer el mejor café del mundo.

El aroma de aquel café no pasó desapercibido, pues al otro lado en la mansión Fabián no se resistió y se vio tentado de ir hasta el cafetal por una taza de café.

¿Quién eres? Pregunto Anna al ver a Fabián.

Mi nombre es Fabián, soy tu vecino. Me alegra verte tan cerca y ver lo hermosa que eres. He visto el trabajo tan duro que estás haciendo en este cafetal, es algo admirable; pero lo que en realidad me atrajo aquí fue un rico aroma a café recién hecho, nunca antes había sentido un olor tan agradable. -Respondió Fabián a Anna quien aún esta sorprendida con la vista.-

¿Te gustaría una taza de café? Pregunto Anna.

Si, respondió inmediatamente Fabián quien se quedó un rato más para charlar.

Ese día, no hubo tanto que hablar, pues el tema del café robo toda la atención ya que ambos compartían el mismo gusto.

Después de largas horas de charla había caído la noche y era la hora de Fabián de volver a casa. Agradeció a Anna por haberle permitido tomar el café más rico del mundo y le prometió volverla a ver más seguido.

Y así fue, Fabián volvió cada día para ver a Anna y poder compartir con ella largas charlas y obviamente tomar una taza de café. Poco a poco la confianza fue aumentando y algo más que eso. Anna le conto toda su vida a Fabián y Fabián también le comento que en su vida todo tampoco era color de rosas. Ambos llegaron a sentir empatía y así nació el amor entre ellos, “amantes del café”.

Anna siguió trabajando duro en su cafetal y Fabián llenándola de detalles. Aunque había algo que preocupaba a Anna, los recursos ya se habían agotado, y aunque las ventas ya habían aumentado no era suficiente para seguir manteniendo el cafetal, ya este punto de producción ni un milagro podría hacer que Anna consiguiera el dinero que necesitaba para conservar el cafetal, en ese momento su tristeza volvió.

Ese misma semana Anna recibió una propuesta de compra por una cifra millonaria pues aún no había quitado el aviso de venta del cafetal, lo que ofrecían era mucho más de su verdadero valor, era una oferta difícil de rechazar, sin embargo Anna decidió tomar su tiempo para pensarlo.

Eran muchos sentimientos los que desconcertaban su corazón y abrumaban su cabeza, Fabián la animo a pensar bien las cosas pero la respuesta a esa propuesta era obvia, tenía que aceptarla.

Con el corazón destrozado, Anna llamo a los de la inmobiliaria y acepto la propuesta de compra. Con los ojos llenos de lágrimas pensó en que estaba haciendo lo correcto, era la única solución para salvar el cafetal aunque tuviera que dejar en aquel lugar su esfuerzo, su infancia, sus recuerdos, a su padre y a su madre.

El día llego, la venta se formalizó y Anna con su maleta en mano y con lágrimas en los ojos sale de la casa. Los de la inmobiliaria fuera de la casa esperando para entregar la propiedad a su nuevo dueño y entregarle a Anna el documento de la venta junto con el dinero.

Anna recibe el dinero y con tristeza abre el documento que dice:

It was Thursday, a normal day in the coffee plantation El Campo, all the workers, as always, went out early for their daily work, had their cup of coffee as usual to start a great day of work. Then they go out to the fields until night falls and return home to rest and prepare for a new day. This is how every day passes in that small coffee plantation, between cultivation, harvesting and sales.

The owner of the place and his wife had been wanting to have children for a long time, but for inexplicable reasons they still had no heirs, which was something that worried the family. But one day something special happened in the coffee plantation, the owner was pregnant, what a thrill, there was a party in the coffee plantation for the arrival of an heir, that day they had a great banquet to celebrate, where the cups of coffee could not be missing.

The future father said that his son would be a blessing for the coffee plantation, a future heir to the family legacy. But it seems that his plans changed completely when they finally had a beautiful daughter and named her Anna.

A girl? - he thought regretfully. She won't be able to manage this family business, the coffee plantation is a man's job -I affirmed with total certainty-.

But Anna's mother did not think so, she trusted that her daughter was a blessing, so little by little she taught Anna to love coffee. Every afternoon she took her to the coffee plantation so that she could see the work that was being done and Anna loved what she learned. Her mother was popular among all the workers for preparing the best coffee in the world. Undoubtedly, whoever drank her coffee recovered their spirits completely.

Anna set herself the goal of learning to make coffee equal to or better than her mother's, but she still could not figure out what was the secret ingredient that made everyone feel attracted to her coffee. He tried for many years until his elderly mother died; years later his father also died.

This was the worst moment in Anna's life and in the history of the coffee plantation. - At last my father was right, I am not prepared to carry on the family legacy - Anna thought with her eyes full of tears.

From that moment on, sadness and loneliness abounded in the coffee plantation, sales dropped a lot and the income was not enough to cover the basic expenses, Anna could not find anything to do, she felt so disappointed in herself that she had no energy for anything.

One day Anna heard a lot of noise near the coffee plantation, -it seems that they bought the big mansion- she thought a little surprised. -They must be very wealthy people.

Without giving any importance to the matter, Anna decided to go on with her day to day life, sunk in her sadness due to the pain of the loss of her parents. By that time many of the workers had already abandoned the coffee plantation due to the bad economy and because of this the crop was being lost, Anna had no other option but to put up a big for sale sign at the entrance of the coffee plantation.

With her savings running out, she thought about what she was going to do with her life, since everything her parents had fought for was lost. That same day in the afternoon she entered her mother's room and saw a large mirror and in the upper right part a picture of her mother, she could remember how beautiful she was and how much she looked like her, only that her face was very sad and in the picture her mother had a big smile.

Moved by the feelings Anna decided to walk through the abandoned crops, just to remember a little of the moments she lived and learned from her mother, who always trusted her.

Being there, she felt so much pain when she saw how everything that her eyes could see was finished, she regretted so much to have forgotten those beautiful moments she lived as a child in that place. But what could she do? It was all over.

At that very moment something caught Anna's attention, a coffee plant in the middle of the field was not dry, it seemed to be blooming so to speak, it had green and red coffee beans, soon they could be harvested. That little plant for Anna meant hope, something she had already lost a long time ago. She stayed a few hours to meditate on that wonderful encounter, without noticing that someone was watching her.

On the other side of the coffee plantation, in the big mansion, there was a boy named Fabian, son of a millionaire father, and he was a successful businessman. Despite the money, luxury and prestige he was surrounded by, Fabian was a very simple young man, at first glance he did not appear to have so much money. Among everything Fabian had a passion "coffee", how ironic! He was living right next to an abandoned coffee plantation. That is why Fabian was so curious about that old coffee plantation and had been watching Anna for several days.

Since that emotional day Anna made the firm decision to rescue the coffee plantation and every day she got up very early, had a cup of coffee and started her daily work until nightfall, to return home, rest and get ready for a new day.

It was hard work that Anna was doing and her effort was beginning to take effect, little by little the coffee plantation was looking good. For Anna that goal of making the best coffee in the world came back to her mind and that day she decided to make the coffee that her mother had taught her, but the feelings and memories invaded her, so she unloaded all that pain, sadness and emotions in that coffee, she gave her heart "the special ingredient of her mother", Anna managed to make the best coffee in the world.

The aroma of that coffee did not go unnoticed, because on the other side of the mansion Fabian could not resist and was tempted to go to the coffee plantation for a cup of coffee.

Who are you? Anna asked when she saw Fabian.

My name is Fabian, I am your neighbor. I'm glad to see you so close and see how beautiful you are. I have seen the hard work you are doing in this coffee plantation, it is something admirable; but what really attracted me here was a rich aroma of freshly brewed coffee, I had never felt such a pleasant smell before. -Fabian replied to Anna, who was still surprised by the sight.

Would you like a cup of coffee? asked Anna.

Yes, immediately answered Fabian who stayed a while longer to chat.

That day, there was not so much to talk about, because the topic of coffee stole all the attention since they both shared the same taste.

After long hours of chatting, night had fallen and it was time for Fabian to go home. He thanked Anna for allowing him to drink the best coffee in the world and promised to see her more often.

And so it was, Fabian returned every day to see Anna and be able to share with her long talks and obviously have a cup of coffee. Little by little the trust was growing and something more than that. Anna told Fabian all about her life and Fabian also told her that everything in his life was not rosy either. Both came to empathize and thus love was born between them, "coffee lovers".

Anna continued to work hard in her coffee plantation and Fabian continued to fill it with details. Although there was something that worried Anna, the resources had already been exhausted, and although the sales had already increased it was not enough to continue maintaining the coffee plantation, at this point of production not even a miracle could make Anna get the money she needed to keep the coffee plantation, at that moment her sadness returned.

That same week Anna received a purchase proposal for a millionaire amount, as she had not yet removed the notice of sale of the coffee plantation, what they were offering was much more than its true value, it was an offer difficult to refuse, however Anna decided to take her time to think about it.

There were many feelings that puzzled her heart and overwhelmed her head, Fabian encouraged her to think things through but the answer to this proposal was obvious, she had to accept it.

Heartbroken, Anna called the real estate agents and accepted the purchase proposal. With her eyes full of tears she thought that she was doing the right thing, it was the only solution to save the coffee plantation even if she had to leave in that place her effort, her childhood, her memories, her father and her mother.

The day arrived, the sale was formalized and Anna, with her suitcase in hand and tears in her eyes, left the house. The real estate agents outside the house waiting to deliver the property to its new owner and give Anna the document of the sale along with the money.

Anna receives the money and sadly opens the document that reads: