Me desperté con una extraña sensación en el pecho. Había soñado con un amanecer rosáceo que me hacía sentir intranquila. No había ruido, no había gente.

El camino era recto, confuso, sin fin. Mi respiración se aceleraba y mi corazón latía con fuerza. Pero seguí hacia adelante, impulsada por una fuerza desconocida que me empujaba. No caminaba, flotaba, era extraño.

Llegué a una esquina de varios cruces, y me detuve, sin saber porqué. Parecía que debía esperar algo, pero la ansiedad me subía desde los talones. Apreté los dientes y tomé conciencia, quería despertar; hacía frío y comencé a sentir una extraña presencia a mi alrededor. Una presencia que me hacía sentir incómoda y vulnerable. Pero no despertaba.

El cielo comenzó a cambiar de color, pero en lugar de sentirme maravillada la lucidez de mi sueño, me sentí cada vez más ansiosa. Algo me estaba observando dentro de mi mente, era angustiante.

Cerré los ojos con fuerza y pude sentir el regreso del control de mi cuerpo. Mi corazón latía rápido y estaba desorientada. Parpadeé, moví los dedos y luego los brazos; la tenue luz se filtraba hacia la habitación y vi como amanecía en la calle, tonos rosados dando la bienvenida.

Sonreí con burla, solo era una pequeña pesadilla, pero al instante me percaté.

Yo nunca dejo la ventana abierta.

Gracias por leer <3

Imagen tomada con mi Tecno Spark 7T.

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