Las piedritas de los muertos / The pebbles of the dead
[ESP] No agarre lo que no es suyo
Photography property of the author @marcosmilano71
Fotografía propiedad del autor
@marcosmilano71
Todos los lunes acostumbraba a rezar por los difuntos, o como ella solía decir, las almas benditas del purgatorio; además de sus oraciones, no podía faltar una vela encendida, colocada en un candelabro blanco, el cual ubicaba en la sala de baño de la casa, presumo que por seguridad.
Cada año, dos de noviembre, día de los fieles difuntos, acostumbraba ir al cementerio a llevar flores a los familiares fallecidos, limpiaba las tumbas, oraba y colocaba velas, mientras ella hacía esa labor, mis hermanos y yo, caminábamos por el camposanto para ver las lápidas; dónde, además del nombre, aparecía la fecha de nacimiento y muerte de la persona que había sido sepultada en ese lugar, esa observación nos servía para practicar las matemáticas; específicamente la suma, debido a que nos enterabamos cuántos años vivió.
Un año fui solo con ella, mis hermanos se habían quedado en la casa; mientras ella estaba en su rutina yo me alejé unos metros porque me llamó la atención una tumba que estaba cubierta de piedritas blancas y negras, yo me puse a jugar con los guijarros y metí algunas al bolsillo del pantalón. Cuando mi mamá terminó su ritual, me llamó y regresamos a la casa, pero antes de llegar al hogar, se me ocurrió mostrarle las piedritas a mi mamá, mas me hubiera valido no enseñárselas, mi mamá se molestó y me regañó, casi me pega, me dijo que eso era malo, que debíamos regresarnos de inmediato al cementerio para llevarlas al sitio donde las había agarrado, argumentando que era malo por varias razones, la primera, porque si no son mías no debí agarrarlas y la segunda, y la que me hizo temblar de miedo, que; según ella, en la noche, cuando estuviera durmiendo, el alma del difunto iba a mi casa a buscar sus piedritas. Llegamos nuevamente al cementerio y las coloqué donde pertenecían.
Debo confesar que esa noche no dormí, estaba muy asustado, pensando que el muerto pudo llegar a buscar lo que era suyo.
Moraleja: jamás tomar lo que no es mío y los muertos se respetan.
[ENG] Don't grab what's not yours
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@marcosmilano71
Every Monday she used to pray for the dead, or as she used to say, the blessed souls in purgatory; In addition to his prayers, he could not miss a lit candle, placed in a white candelabra, which he placed in the bathroom of the house, I presume for safety.
Every year, on November 2nd, All Souls' Day, she used to go to the cemetery to bring flowers to deceased relatives, she cleaned the graves, prayed and placed candles. While she did that work, my brothers and I walked through the cemetery to see the tombstones; where, in addition to the name, the date of birth and death of the person who had been buried in that place appeared, that observation helped us to practice mathematics; specifically the sum, because we found out how many years he lived.
One year I went alone with her, my brothers had stayed at home; While she was doing her routine, I walked away a few meters because a grave that was covered in black and white pebbles caught my attention. I started playing with the pebbles and put some in my pants pocket. When my mother finished her ritual, she called me and we returned to the house, but before arriving home, it occurred to me to show the pebbles to my mother, but it would have been better for me not to show them to her, my mother got upset and scolded me, she almost hit me. , he told me that this was bad, that we should return immediately to the cemetery to take them to the place where he had grabbed them, arguing that it was bad for several reasons, the first, because if they are not mine I should not have grabbed them and the second, and the It made me tremble with fear, that; According to her, at night, when I was sleeping, the soul of the deceased would come to my house to look for his pebbles. We arrived at the cemetery again and I placed them where they belonged.
I must confess that I did not sleep that night, I was very scared, thinking that the dead man might have come to look for what was his.
Moral: never take what is not mine and the dead are respected.
Fotografía propiedad del autor @marcosmilano71
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