¡Hola usuarios!

Los días pasan volando, la tierra rota más rápido de lo que rotaba antes por consecuencia del daño que le ha causado la humanidad, hoy estamos en el día lunes, empezamos la faena del trabajo, pero en un abrir y cerrar de ojos, ya es domingo, empezamos vivir una nueva semana, y así se nos va la vida.

El día anterior planifico que haré y resulta que el día se me fue en un dos por tres, y no logré hacer ni la mitad de lo que había planificado. Me despierto y me siento cansada, es como si no fuese descansado nada, la mente parece que trabajara pensando toda la noche, pareciera que vivimos un eterno correr.

Vivimos en una sociedad acelerada, si te vas a montar en un bus, no te montas tú mismo, la gente que viene atrás te monta a empujones, para ellos también montarse, si vas manejando y la luz está en rojo, los de atrás te tocan corneta para que te comas la luz y cometas una infracción. Cuando comemos, ya no masticamos saboreando la comida, sino que tragamos como los animales, para terminar rápido porque tenemos otras cosas que hacer, a veces ni nos sentamos a la mesa, sino que comemos parados o haciendo algo al mismo tiempo.

Una de las cosas que puede demostrar el aceleramiento de las personas, es que cuando estás conversando con alguien no te deja ni hablar, te va interrumpiendo, cuando quieres decir algo en una conversación, otra persona quiere completar la frase que estás diciendo, cuando pasas una información por un mensaje telefónico, la persona que lee el mensaje, te pregunta algo que ya está respondido en tu mensaje, todo por querer leer a millón, no leen ni escuchan las notas de voz completa, porque las personas llevan la vida volando, por la rapidez en que vivimos, ya no nos escuchamos, al leer no interpretamos porque la mente va más rápido, no han sucedido las cosas y la gente ya quiere estar adelantándose a los hechos, por eso todos vivimos en un grado alto de estrés, la vida nos va empujando y la gente también.

Queremos resolver las cosas de inmediato, queremos saltar muchos peldaños de un solo sopetón, la vida tiene sus procesos, los que son niños, quieren ser jóvenes, los que son jóvenes quieren ser adultos, los adultos quieren llegar a la vejez para no trabajar, cobrar una pensión digna, poder descansar de los años, y los adultos y ancianos quisieran ser niños para no sufrir ni tener tantos problemas ni dolencias, ¿Quién entiende al ser humano?

Hoy en día, ya la Inteligencia Artificial y la Robótica está suplantando al ser humano, los crearon para que poco a poco el ser humano haga menos cosas, no quiero ser suplantada por la IA ni por un robot, quiero seguir viviendo la vida, no quiero perderme de ningún momento, quiero seguir sintiéndome útil y usando las facultades y dones que Dios me dio, quiero disfrutar del valor de la lentitud, vivir un día a la vez, cada día trae su propia bendición y su propia preocupación, no quiero preocuparme por un futuro que no existe, ni un pasado que ya murió.

El valor de lentitud para mí es:

_ Despertarse y tener unos minutos para dar gracias a Dios por la vida, por todo lo que nos da.

_ Es detenerme y tener tiempo para escuchar a mis hijos, para compartir con ellos.

_ Es valorar el tiempo que paso con mis nietos, es brindarle un tiempo de calidad, para educarle, enseñarles. No quiero darles un celular a mis nietos para entretenerlos y yo poder hacer mis quehaceres, no quiero prenderles el televisor todo el día para que me dejen trabajar, ¡No! ¡No quiero eso! No quiero que la sociedad corrompida eduque a mis nietos, quiero colaborarle a mis hijos en la educación de mis nietos el tiempo que me toque cuidarlos.

_ El valor de la lentitud es tener el tiempo para escuchar a quien lo necesite, a mis seres queridos y también a los extraños que se topan conmigo en la vida y necesitan ser escuchados así sea por 20 minutos.

_ Es tener tiempo para aconsejar al que lo necesite.

_ Es tener tiempo para sonreír a la vida, a las personas, a uno mismo, no perder tiempo en tanta queja, que esa es la reacción más rápida que tenemos hacia las situaciones que se nos presenta.

_ Es poder saborear la comida, sentir el agua en nuestro cuerpo, oír el cantar de un pájaro, sentir la brisa en nuestro rostro.

_ Es detenerse un rato a inhalar y exhalar varias veces para oxigenar los pulmones y el cerebro.

En fin, el valor de la “lentitud” en esta época, es ser inteligente, para poder pensar antes de actuar, aprender a resolver, y sobre todo es VIVIR.

Todas las imágenes son de mi propiedad. Mi firma con aplicación Canva.